Capítulo diecisiete.

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Cuando te enteras del caso de un adolescente que está en juicio por haber apuñalado a su tío, y él te cuenta la razón, la gran razón, te sientes totalmente seguro de decir: "Sí, él tiene toda la defensa posible. Está totalmente declarado inocente, es seguro."

Pero luego, te enteras de otra cosa.

Algo que cambia totalmente la historia, y te hace sentir mucha pena por el chico. Te hace pensar que debe gritar ya, no debe callar o estará luego él pagando las consecuencias de su tío abusivo.

Si te diesen la oportunidad a ser jurado de un juicio y te ponen en frente: "Chico se auto-defiende de su abusivo en intento de violación", dirías rápidamente un audible "Inocente", ¿no es así? Pero, si se te presenta un: "Chico apuñala a su tío sin razón argumentada." entonces todo cambia.

Porque el pobre chico del que antes nos lamentamos por el casi acto horroroso que él mismo evitó le sucediera, ahora es un chico que apuñala a su tío porque sí.

El victimarío se convierte en la víctima en tan sólo un cambio de palabras. La víctima se convierte en el victimario por guardarse palabras, por guardarse la razón, por tener miedo.

Entonces Louis está guardando un secreto, el secreto que le sacaría en un abrir y cerrar de ojos de la posibilidad de ir a la cárcel, el que lo sacaría de ese hospital en un santiamén, pero Louis tiene miedo. Louis tuvo miedo.

La violación deja a la víctima en estado de shock, entras en estado de shock antes de que suceda, cuando se insinua y se ve venir. Son muy pocas las personas que pueden defenderse al darse cuenta de la situación, las que no caen en ese estado de shock.

Las palabras del violador dejan huella, sus artimañas, sus métodos para aplicar terror dejan a la víctima con miedo a decir qué pasó y cómo pasó. Más aún cuando deben hacerlo frente a tantos desconocidos, como lo es en un juicio.

Louis estuvo callado mucho tiempo, rememorando en su engañosa mente el momento en que ese hombre intentó tocarlo más de lo que había hecho antes.

Hubo algo en Louis, algo se encendió en su nublada mente que le hizo tomar ese cuchillo sin pensarlo y empuñarlo en el estómago de su tío. Las palabras del hombre moribundo le calaron hasta los huesos, tomaron forma de piedras en su mente y quedaron ahí, estancadas, para atormentarlo.

Le dijeron que lo haría caer, que se vengaría, que lo violaría y lo mataría.

El tío de Louis pensaba y por lo tanto contaba con que su sobrino era lo suficientemente tonto como para decir o hacer algo para que él pudiese quedar libre y, además, su abogado podría crear una forma factible para quedar libre y ahí, se vengaría del castaño.

Pero Louis se quedó callado, prefirió ir preso él, por algo de lo que se auto-declaraba totalmente culpable, es decir, él no se arrepentía ni un segundo de haberlo apulado.

Entonces llegó un abogado que la justicia le había dado con un "hazte pasar de enfermo mental" para que tuviesen tiempo a preparar algo más hasta los próximos juicios. Las opciones eran:

1) Vivir el resto de su vida como un dopado enfermo mental más.

2) Estar preso y, posiblemente, ser violado muchas veces ahí.

Entonces empezó con eso de hacer sufrir a la gente, como lo habían hecho sufrir a él.

Cuando vió lo que darle un brote a un hombre hizo, cuando se enteró de lo que eso hacía, le pareció una buena manera de ayudar y ayudarse.

Él pensó que los profesionales se darían cuenta al tiempo y dejarían de culparlo, confiarían en el "cruel" chico y lo ayudarían en su caso, dándole la confianza a él para poder contar su versión de la historia. Pero nunca se le habló a él de qué pasó con los pacientes brotados, sólo supo del primero y nunca más, entonces él siguió callado, esperando su destino.

Oblivion. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora