A quien concierna

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¿Por qué te quedarías en un lugar donde solo te sientes mal teniendo el libre albedrío de irte? Donde la realidad se mezcla con la ficción, dando resultado aquello... que no sabría aún qué nombre darle, eso que conocí por accidente y con lo que desaría nunca haberme topado, pero que sin duda te hacía adicto, te hacía sentir bien por momentos pero al igual que cualquier otra droga; te ata y te destruye, porque olvidarse de la aburrida realidad tenía su precio, porque aunque al principio lo controles, termina controlándote a ti.

¿Por qué te quedarías al lado de alguien si sólo te daña? Cada vez que me tocaba abría mis heridas pero juro por el nombre más alto por quien podría jurarse, que era la mejor sensación del mundo aunque dolía con la intensidad del infierno. Sus dedos eran dagas, mi cuerpo era su blanco, y cada vez que trataba de romper las cadenas que me mantenían atado a aquello que había hecho mi maldición no podía, no tenía la fuerza de voluntad suficiente para salir huyendo de mi pecado aunque cada vez que intentaba hacerlo, cada vez que me levantaba, me tomaba de la muñeca y me hacía postrarme nuevamente.

¿Cómo huyes del problema, cuando el problema eres tú?

Aunque te escondas, aunque llores, te rompas, inicies de cero, tengas otro nombre u otro rostro, sigues siendo la misma persona y no puedes cambiar eso.