Capítulo 3: ¿Qué somos? ¡Wildcats!

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Se me pasaron 3 cosas por la cabeza cuando la vi cruzar la calle sosteniendo con firmeza el paraguas, saltando un charco a pesar de que lleva botas de agua que le permitirían hundir las piernas hasta la rodilla en un lago para recoger flores de loto.

La primera: es preciosa.

La segunda: qué suerte tengo.

La tercera: estoy loco por ella.

¿Qué me está pasando?, me pregunté mientras esperaba en una esquina de mi calle. Era de enamorarme hasta las trancas, vale, pero no tan rápido. No llevábamos ni dos semanas y, si me pedía la Luna, yo no le diría que era imposible. Le aseguraría que en 24 horas sería suya. Me rompería la cabeza, me deslomaría, pero se la conseguiría.

Estáis casadísimos, canturrearon los chicos en mi cabeza. Sonreí un poco por escucharlos, pero sobre todo por verla llegar.

-Vas a coger frío-fue su saludo.

-Ahora ya no-repliqué, escaneándola de arriba abajo y de abajo arriba. Se había puesto unos leggins negros que se le pegaban como una segunda piel. Se echó a reír, porque le encantaba cuando me ponía chulo (así me había puesto antes de entrar por primera vez en ella, y había sido la mejor decisión de mi vida, el no controlarme), me puso una mano en la nuca y me besó en los labios. Seguía sabiendo a cereza.

Me tendió el paraguas, porque era más alto que ella y lo lógico sería que lo llevase yo. Me acarició el brazo con los dedos cuando se colgó de él, haciendo que las gotas de lluvia que se precipitaban del cielo y habían ido a aterrizar en ellos se deslizaran por mi piel.

Me apetecía deslizarme por ella igual que lo hacía la lluvia.

-¿Qué tal el partido?

-Perdimos-susurré, encogiéndome de hombros-. Tommy no estaba a lo que hay que estar.

Había metido 5 triples, vale, pero eso no nos bastó.

-Getcha head in the game, Troy!-recordó ella, sonriendo y negando con la cabeza.

-Pero yo metí un triple-anuncié, orgulloso. Sonrió, se puso de puntillas, y volvió a besarme.

-Ojalá no fuese lo único que vas a meter hoy.

¿Alá? ¿Estás ahí? Espero que no estés ocupado, quería darte las gracias por reciclar el molde que usaste conmigo para hacerla también a ella.

-No me hagas esto, mi niña-repliqué, pasándole el brazo por la cintura. Ella hizo lo mismo con sus manos en mi nuca, y yo lo mandé todo a la mierda, dejé caer el paraguas a un lado, consiguiendo que dijera mi nombre entre risas, como mejor sonaba, la atraje hacia mí y la besé.

Tommy no me quería cerca de ella.

Iba a darle razones de sobra para que me matara. No podía pedirme que me alejara de mi planeta si yo era un satélite, me moriría si no la tenía cerca.

Le aparté el pelo de la cara, y se quedó allí tieso, dócil. Le cayó una gota de lluvia en las pestañas, porque era una ninfa y yo era el mortal al que estaba a punto de arrastrar hacia las profundidades de su bosque para devorarle el alma... y, como el resto de los mortales que seguían a las ninfas, yo no podía esperar a que me destrozara la vida.

Moonlight [Chasing the Stars #2]Where stories live. Discover now