Damian llegó al salón con la misma cara de siempre; sus ojos severos bajo su ceño fruncido y aquellos labios completamente rígidos y sin rastro de alegría alguna. Quienes lo vieron lo dejaron pasar sin prestarle mucha atención, el joven tenía fama de malhumorado y nadie quería hacer pasar un mal rato al estudiante más rico y privilegiado de toda la academia.
Pero aun así, con todo su humor de nube negra, había alguien para quien su actitud no era un obstáculo. Jonathan entró al salón con una sonrisa brillante y una energía optimista que afloró sonrisas amables en sus compañeros. Sin preguntar, se sentó junto a Damian y lo saludó con un tono amistoso, que a Damian le pareció irritante y estridente.
-Es lunes por la mañana, ¿cómo puedes estar tan feliz? –preguntó el más joven de los Wayne.
-¡Es un día genial! –comentó con alegría-. El sol brilla, el viento es más cálido que ayer y todo parece indicar que el mundo nos sonríe ¿no lo crees?
Su respuesta fue una inexpresiva mirada de Damian.
-Ajá. Si no te importa, ¿por qué no te sientas cerca del país de las maravillas o vas a juntarte con alguna de las Sailor Moon y me dejas en paz?
Al contrario de lo esperado, Jonathan sonrió.
-A veces en serio puedes ser tan gris –Damian se concentró por un momento en aquellos ojazos azules, y sólo por una milésima de segundo, sus labios se curvearon en un sonrisa.
-En serio a veces puedes ser tonto.
Como la calma después de una tormenta, el salón quedó sumido en un súbito silencio cuando lo vieron entrar. El hombre pudo haber sido familia de Damian por su expresión, sólo que la suya era más burlona y despreocupada.
-Bien niños ricos, ha comenzado la clase, pero antes... ¿alguno tiene un cigarrillo? –los chicos se miraron los unos a los otros con total confusión-. Ah, veo que aún no llegan a la etapa de robarle a sus padres –suspiró pesadamente antes de escribir algo en la pizarra-. Mi nombre es Jonh Constantine y seré su profesor de historia a partir de ahora, hasta el final de año... si no me despiden antes, claro está.
-Uhm... ¿qué le pasó al profesor Stein? –preguntó una chica.
-Se mudó, o se divorció... o algo así –dijo John sin estar muy seguro realmente-. Ahora, hablemos de historia y comenzaremos con la prohibición. ¿Alguien sabe qué es?
-¿Cuándo prohibieron el alcohol en los Estados Unidos? –adivinó Damian, no muy seguro del por qué ese tema era relevante.
-Excelente cara de vinagre –Wayne abrió los ojos ante tal osadía-. Para los que no lo saben, este período fue uno de alta tensión social...
-Uhm... ¿profesor? ¿Por qué vemos este tema? –preguntó Jonathan confuso.
-Porque es muy importante. No lo saben ahora, pero cuando crezcan se darán cuenta de la importancia del alcohol.
Constantine recibió las miradas extrañadas de sus alumnos y decidió, no prestarles atención. Esa fue la clase más extraña que hubieran podido tener, aunque si aprendieron mucho sobre esa época, aún no podían decidir si hablar sobre alcohol era el tema más apropiado en una escuela.
En otro lado de la academia, Wally estaba en las duchas después de un entrenamiento en la pista de atletismo. Como era temprano, el vestidor estaba desierto y completamente sólo para él. Por eso no se cohibió de cantar a todo pulmón mientras realizaba pasos de baile pobremente coordinados.
Salió de la ducha con la toalla enrollada en la cintura y aun canturreando una melodía. Se quedó lívido entonces, cuando aquél rostro entró en su campo visual. El rojo cabello se asemejó a su rubor mientras observó, el pecho lampiño y marcado de Roy Harper.
-Tienes una voz adorable –comentó burlón.
Wally tragó saliva, intentando recomponerse de la vergüenza y también, de la gloriosa visión.
-Pensé que estaba sólo.
-No lo dudo. A menos que te vaya el estilo American Idol.
-Muy gracioso –contestó algo serio.
Roy se frustró un poco, no había querido ofenderlo.
-Decía en serio lo de tu voz –mintió, como un recurso para ganarse la simpatía del menor.
-Entonces es muy probable que estés sordo –aunque fue involuntario, Wally sonrió.
Este pequeño acto amistoso le dio alas a Roy.
-¿Te gusta cantar? –West lo observó con una ceja alzada.
-Un poco.
-¿Te gustaría ir... a un karaoke conmigo... tal vez? –se sintió estúpido por estar nervioso, no le pasaba nunca.
-¿Tú cantas? –Wally sonó burlón al hacer la pregunta.
Era incómodo estar conversando con Roy Harper cuando ambos usaban sólo una toalla.
-Ni un poco.
-¿Y para qué quieres ir a un karaoke conmigo si no vas a cantar?
Roy se ruborizó, para sorpresa de Wally.
-Porque me gustaría pasar tiempo contigo –respondió directo. Esto sirvió para desestabilizar al menor.
-Si claro... -dijo después de una risa nerviosa.
Harper se quedó un momento en blanco y luego, como el casanova que era, tomó el control.
-¿De verdad es tan difícil? –en sólo tres pasos eliminó la distancia entre ellos.
Wally sintió su respiración pesada, como si el aire que intentara inhalar se hubiese vuelto sólido. Se angustió por la cercanía de los cuerpos, le pareció que Roy podría sentir su corazón latiendo desbocado a esa distancia.
-Yo... tú... esto no...
-¿Qué pasa? ¿Ya no eres tan atrevido? –de alguna manera el aire que estaba conteniendo logró salir, acompañado de una ruidosa exhalación-. Dime Wally, ¿y si me quito la toalla? –las pupilas del menor se dilataron, casi desapareciendo por completo el color verde de sus ojos.
-No lo harías.
-No lo haré... pero si vas conmigo en una cita.
-¿Qué?
-Cuando tú quieras, pero si no, vendré aquí todos los días por el resto del año y me pasearé desnudo ¿estamos claros? –Roy sonrió al ver al pelirrojo agazapado como un corderito-. Quien sabe, muchas cosas pasan en las duchas... o eso me han dicho –lanzó una carcajada burlona antes de alejarse-. Nos vemos West.
Wally tardó unos minutos en recuperarse. Fue el sonido del agua de la ducha caer, lo que lo espabiló. No podía estar allí cuando Harper saliera. Se apresuró al vestirse y salió, con el corazón aún desbocado. Se sorprendió, sin embargo, al darse cuenta de que se estaba riendo.
Roy Harper, el chico malo, el bravucón, jugador del equipo de fútbol y uno de los principales bombones de la academia, quería una cita con él. Sin poder evitarlo Wally saltó alto mientras celebró con un grito. Se quedó en seco al ver que había llamado la atención y entonces, sólo bajó la cabeza y siguió caminando con una sonrisa en los labios.
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No tan super [Fanfic] [Yaoi]
Fanfic¿Qué pasaría si, en un mundo normal donde los súper héroes no existen, Bruce Wayne y Clark Kent se encontraran? Cuando Clark Kent reciba la oportunidad de su carrera, el entrevistar al millonario más excéntrico de Ciudad Gótica, jamás se imaginará q...