Capítulo 21

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Alfred dejó a Bruce en la entrada de su gran edificio. El magnate tenía una sonrisa plasma en el rostro. Si le hubieran dicho que un hombre llegaría a su vida y se quedaría más de una noche en su corazón, se habría reído. Pero resulta que Clark, su Clark había llegado para quedarse y Bruce sintió una alegría que creía haber perdido.

Sonrió a sus empleados en el ascensor, quienes se deslumbraron de la hermosa e imponente visión del dueño de toda aquella edificación. Las puertas se abrieron en el piso de presidencia y vaya, cuál sería su sorpresa al no encontrarse con su diligente asistente. Frunció el ceño extrañado; dio un paso hacia adelante con un ligero sentimiento de inseguridad. Era extraño no tener a Allen revoloteando a su alrededor recordándole todas las cosas que tenía que hacer.

Su oficina lo recibió y simplemente no pudo dejar de sentirse extraño. Descolgó su teléfono y marcó unos números. El tono de la llamada tardó unos cuantos segundos en interrumpirse por la voz agitada de Barry Allen.

-¡Señor! –se oyó al otro lado de la línea con alarma-. Yo lo lamento, estoy... -un sonido extraño seguido de una risilla juguetona.

Bruce alzó las cejas ruborizándose un poco. Por lo que parecía oír, el señor Allen estaba tomando una ducha... acompañado.

-Barry uhm... lo siento... yo... -carraspeó, incómodo.

-Yo iré enseguida señor, lo lamento mucho... tuve un... inconveniente –las últimas sílabas brotaron con un tono de voz más alto.

Bruce sonrió de pronto. Tuvo curiosidad de saber quién era la persona que había logrado que ese hombre llegara tarde al trabajo.

-De hecho Barry, estaba pensando que hoy podías tomarte el día libre –comentó, a sabiendas que el señor Allen jamás había faltado un día a su trabajo. A su criterio, el rubio se lo merecía.

-¿De verdad señor? –preguntó su asistente como si no se lo pudiera creer.

-Sí, de hecho creo que incluso yo me tomaré el día –comentó decidiéndolo de pronto.

-Bueno... está bien... señor... -aunque intentó disimularlo, Bruce no pudo evitar sonreír levemente por los gemidos del señor Allen-. Te dejo Barry, uhm... que tengas buen día –y colgó.

Bruce se quedó mirando su escritorio y se encogió de hombros.

-El mundo no se acabará porque no trabaje un día.

Tomó su chaqueta y pidió a Alfred que lo recogiera, ya sabía a dónde iría.

**

Clark leía los reportajes de sus trabajadores con el ceño fruncido y los ojos cerúleos, imbuidos de concentración. Se quitó los lentes y se frotó el puente de la nariz cuando acabó con uno más. Decidió que podía darse un pequeño break. Salió de su oficina y se dirigió al lugar de la cocina, donde se sirvió un poco de café en una taza que rezaba: "el mejor hermano del mundo".

Jimmy Olsen, su asistente, lo alcanzó para hablarle.

-El señor White llamó, quiere venir la semana que viene para hablar unos ciertos asuntos.

-Dile que está bien, pero que confirme para poder arreglarlo todo y... -de pronto la sala entera entró en silencio.

-¿Alguien podría decirme dónde se encuentra Clark Kent?

Nadie podía creerse que Bruce Wayne estuviera allí, y mucho menos que se dirigiera a ellos.

-Bru... uhm... señor Wayne –llamó Clark.

No tan super [Fanfic] [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora