No tan super [Fanfic] [Yaoi]

Capítulo 17

Barry tecleaba furiosamente en su ordenador mientras fruncía el ceño y sacaba la lengua fuera, en un mal hábito de concentración. Wayne tenía una importante reunión, pero por alguna razón había decidido reorganizar toda su agenda para despejar el fin de semana. Sospechó que era por aquél reportero, Clark Kent, aunque él no lo mencionaría jamás, sabía que eran novios.

-Hey. –Alzó la mirada para encontrarse con Hal Jordan quien le dirigió un mirada sonriente.

-Oh, hola. –saludó pragmático-. El señor Wayne está ocupado ahora, pero le avisaré que...

-No vine por él.

Barry se detuvo.

-¿Entonces?

-Vine por ti, ¿quieres almorzar? –se quedó en blanco un momento, el rubio acomodó un mechón de cabello antes de contestar.

-Pero si aún falta para almorzar. –Hal se rio en su cara, gesto que ofuscó un poco a Allen-. ¿Algo gracioso?

-De hecho sí. Señor Allen ¿qué hora cree que es? –Barry lo observó confuso, pero entonces dudó. Exhaló aire copiosamente al ver que, de hecho, habían pasado más de treinta minutos de su almuerzo.

-No puede ser.

-Entonces, ¿sushi o hamburguesas? –Barry lo observó sin pronunciar una palabra por varios segundos.

-Definitivamente hamburguesas –respondió con una sonrisa amable.

**

Allen dio un bocado de su hamburguesa de tofu mientras que Hal, como un animal carnívoro, devoraba con ferocidad el pedazo de carne envuelto en pan que tenía enfrente.

-En serio –dijo con la boca llena de hamburguesa-. ¿Cómo es que no te gusta la carne?

-No es que no me gusta –repitió-. Es que prefiero no ingerirla y ya, es todo.

-¿Pero por qué?

Barry rodó los ojos.

-Hal, a veces hablar contigo me recuerda cuando tenía estas charlas con Wally cuando era niño –intentó que sonara como crítica, sin embargo sólo pareció un comentario dulce y divertido.

Hal sonrió, radiante y con los dientes manchados de salsa. Allen meneó la cabeza desaprobadoramente, pero más para el mismo porque, de alguna manera eso comenzaba a parecer lindo para él.

-Sabes qué, entonces hagamos algo –Hal tomó la hamburguesa de Barry y la hizo a un lado; en cambio, puso delante de él, el mordido pedazo de hamburguesa de carne que quedaba.

-Yo no.

-Vamos, no seas un cobarde.

-Yo no soy cobarde. –Replicó con un súbito brillo en sus ojos azules.

-Pruébalo.

Se retaron con la mirada y entonces, envalentonado por el reto, Allen tomó aquél pedazo de carne y le dio una mordida bastante generosa. El sabor se fundió en su paladar, haciendo opaca la textura y el gusto de la soya. Una exclamación de placer brotó de sus labios sellados mientras su expresión de deleite, era observada por Hal detenidamente.

-Wow, creo que había olvidado lo deliciosa que era.

-¿Ves?

-No significa que cambiaré mi estilo de vida –dijo, alejando la hamburguesa y trayendo de vuelta la suya.

-¿Por qué no?

-Porque ya estoy acostumbrado a ellos, y me gusta que sea así. No necesito reorganizar todo.

-Pero tal vez, puedas dejar que ciertas cosas entren en tu vida ¿no? –la pregunta sonó justo como tenía que sonar, como una proposición encubierta de algo mucho más grande.

Barry observó esos ojazos verdes de Hal y sonrió.

-Tal vez. Pero no será hoy.

-Demasiado seguro ¿no?

Hal propinó un gran mordisco a su hamburguesa, provocando que un poco de salsa choreara por su boca. Barry, sin avisarle, lamió su pulgar y luego lo llevó hasta la comisura de la boca de Jordan. Éste se vio sorprendido, pero no rechazó el contacto. Sintió el suave dedo de Allen rozar su piel, quitando la salsa.

-Puedo que no tan seguro –sonrió levemente, con una encantadora expresión.

Hal, distraído, logró derribar la bebida sobre la mesa mojando en el proceso el teléfono de Allen.

-¡Oh, lo siento! –se excusó el castaño alarmado.

Barry miró su celular.

-No te preocupes –toqueteó el dispositivo y éste no respondió.

-¿Está bien?

-No lo creo. Es decir funciona, pero no puedo ver nada.

-Te compraré uno nuevo.

-No es necesario –respondió Barry después de carcajearse-. De hecho estaba pensando en cambiarlo.

-Aun así, quiero compensarlo.

-Ay Jordan, a veces eres tan...

-¿Tan qué? –preguntó con un deje de expectación.

-Tan tú.

-¿Eso es bueno o malo?

-Es bueno.

Ambos se sostuvieron la mirada y sonrieron. Y es que tal vez, por primera vez desde que se conocieron, estaban completamente a gusto entre los dos.