II

7K 498 91
                                    

—Muéstrame el flujo de utilidades del mes de noviembre —cerró una pila de archivos que había leído durante toda la mañana y se recostó en su gran silla al ver salir por la puerta a su asistente.

Dirigió su mirada hacia el techo de su propia oficina, el olor a café inundando la habitación lo mantenía despierto luego de haber trasnochado todo el mes. 

Luego de haber recibido la aprobación de su padre y de su hermano de poder tomar un pequeño cargo en la empresa había pasado casi todos los días en aquellas cuatro paredes. No era lo que quería, pero Itachi insistió en que primero debía practicar en minorías para luego poder si quiera pensar en ser el gerente de una sucursal.

—Ese idiota, siempre me toma por tonto —se quejó Sasuke levantándose de golpe de su silla al recordar lo que había hecho su hermano. 

Sintió su saco vibrar, luego de pensarlo por unos cuantos segundos insertó su mano en su bolsillo para identificar quién lo estaba llamando, una mueca se formó en su rostro al reconocer el número.

—Te tardaste —se escuchó decir por el dispositivo.

—¿Qué pasó? ¿Algo está mal? —caminó hasta llegar a la gran ventana que dejaba ver el paisaje de la ciudad.

—No, no, sólo digamos que ayer fue mi cumpleaños y no recibí ningún mensaje tuyo, eso me deprime ¿Sabes? 

Soltó un suspiro al recordar que había olvidado que Itachi había cumplido años.

—Mi error, pero sabes como es esto, estamos a finales de año, la empresa está ajetreada. 

—¿Y no lo sé? Claro que lo sé, estoy en otra zona pero también estoy metido en esto contigo ¿No? Pero en un cargo superior —canturreó Itachi poniéndole énfasis en la última palabra.

—¿Hasta por teléfono molestas? ¿Y te sientes sólo o qué demonios? —Sasuke se frotó la sien al oír los jugueteos de su hermano. Siempre le sacaba de quicio oírlo burlarse de él, aunque la mayor parte del tiempo era él quien lo molestaba.

Eran como una especie de niños dentro de cuerpos de adultos.

—Por teléfono no, he venido hasta aquí —rápidamente cortó la llamada y se pudo oír murmuros fuera de la habitación.

—Hey ¿Qué tal te ha tratado la vida? —dijo Sasuke evitando sonreír al ver a su hermano entrar a su oficina.

—Nos hemos visto hace seis días, que drámatico te has vuelto —Itachi cerró la puerta dejando a la gente con la intriga, llevó sus manos hacia su cuello y desabrochó su camisa hasta poder estirar su corbata. —¿Necesitas una mano?

—Me quitarás los créditos por el avance que he hecho ¿Ochenta por ciento? —se levantó y se lanzó hacia él dándole un abrazo fugaz pero cálido.

—Ya vete a casa a descansar, prometí que te ayudaría si necesitabas una mano, sólo un mes más y terminas de hacer tus prácticas de este año y luego...  —no pudo culminar su frase, Sasuke lo interrumpió como era costumbre.

—Y luego tengo que buscar un trabajo de medio tiempo como counter o algo así, lo sé aunqué no lo veo necesario.

—Se debe saber un poco de todo ¿Verdad? Para llevar el mando de algo no sólo es necesario saber números y teorías, hace falta empatía, esa que habías recuperado antes —Itachi se mordió el labio al notar que había dicho algo innecesario.

—Si, mi empatía quedó atrás hace muchísimo tiempo —Sasuke suspiró y cambió de tema sin dejar un segundo en blanco. —Pero creéme que hasta Naruto tiene más trato con las personas, bueno no lo culpo, ha tenido tantos trabajos que ya debe conocerse todo Japón. 

COMO LA PRIMERA VEZ / SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora