VI

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Caminó por un túnel angosto y tenue, mientras daba pisadas temerosa la ansiedad iba incrementando. Más y más pasos y no conseguía llegar hasta el final del camino. Miraba a su alrededor. Sólo ella y la oscuridad que la iba consumiendo lentamente.

—¡Sakura! —escuchó a una persona, se encontraba lejos debido a la baja intensidad del tono de voz.

—Por favor, ayúdame a salir de aquí —pidió desesperada corriendo hacia el emisor del mensaje.

—A ti no te importó —habló tajante. —No te importó, no pensaste en los sentimientos de los demás. Huiste.

Al fin pudo reconocer la voz. Vio la silueta de la persona a lo lejos y se detuvo al sentir sus ojos sobre ella.

Llenos de odio y rencor.

Su piel se erizó al ver los ojos negros y profundos de Sasuke penetrandole el alma. Quería huir de allí pero algo no lo permitía.

—¡Enana! —soltó alguien interrumpiendo el pesado sueño que estaba aconteciendo Sakura.

Abrió los ojos bruscamente nublandose su vista debido a la luz que entraba por los finos espacios que dejaba libre la persiana.

—Sakura ¿Pasó algo? —preguntó con tono de preocupación. —Estás agitada.

—¿Lo estoy? —replicó. Llevó sus manos a su cabeza y, en efecto, tenía pequeñas gotas de sudor resbalando sus mejillas.

—¿Pesadillas? —Nagato agregó arrugando la frente.

— Pesadillas —murmuró y levantó la vista hacia su amigo que se hallaba sentado en su cama. —Y ¿¡Y tú que haces en mi habitación!? —gritó y retrocedió cubriéndose con su manta.

—Toqué tu timbre, no saliste así que creí que te había pasado algo —señaló con su índice hacia un extremo. —Y entré por ahí.

—Por la ventana —aregó la pelirosa conteniendo las ganas de gritarle. — ¿Por la ventana? Por favor, Nagato ¿Qué si te caías? Deja tus aires de Indiana Jones para otro día.

Nagato agachó su cabeza para ver de reojo a Sakura con una expresión de preocupación en el rostro.

No había sido cosa de otro mundo. Tuvo que trepar el árbol que se encontraba en su jardín y saltar, aproximadamente, cinco metros.

Si, creyó que Sakura estaba actuando de sobre manera, pero era consciente de su actitud. Ya había sucedido lo mismo cuando eran niños.

Nagato había trepado un árbol muy frondoso para poder recoger el cometa que Sakura había atorado. Ignorando el peligro trepó lo más alto y, sin haberse dado cuenta, pisó en falso y cayó dándose directamente en la acera. Permaneció una semana en reposo y Sakura no se alejó de su lado hasta verlo totalmente recuperado.

—Hey —tomó su mentón y la hizo mirarlo —, no sucedió lo mismo ¿Ves? Mis piernas largas ahora si me hacen justicia, no fue algo temerario —terminó esperando su respuesta.

—Ya, está bueno —se frotó el rostro y se descubrió las sábanas. —¿ Y porqué estás aquí?

—Te mandé un mensaje ayer por la noche.

—¿A mí? —inquirió Sakura.

—Hasta me dejaste en visto —el pelirrojo hizo un puchero. —Vamos, necesito a mi enana.

Entendimiento cruzó el rostro de la pelirosa.

—¡Tus clases en el instituto de artes! —voceó enérgica.

—Bingo.

—¡Hoy es tu audición! —se levantó y se colocó las pantuflas para correr a su cuarto de baño. —Espérame abajo.

COMO LA PRIMERA VEZ / SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora