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Se acabo el maratón xD❤











La mañana siguiente, Star se detuvo ante la puerta de Marco, indecisa. ¿Estaría dentro? Si era así, ¿debía seguir con su trabajo, ignorándolo, o volver más tarde?, Oyó el murmullo de la voz de su esposo a través de la puerta y, con firme resolución, empujó el carrito hasta el final del pasillo/Empezaría por otra habitación.

Horas más tarde, Star ya no pudo posponer limpiar el cuarto de Marco. Había aseado todos los del nivel. Llamó a la puerta y anunció: "Servicio". No obtuvo respuesta. ¿Había salido? La chica cruzó los dedos, esperanzada.
Al abrir con la llave maestra, el corazón se le cayó a los pies. Marco estaba sentado ante las grandes ventanas, hablando por teléfono. Star lo miró por un momento y se deslizó hacia el baño. No la había oído entrar.

Mientras trabajaba, se dio cuenta de que estaba nerviosa. Las mariposas volaban dentro de su estómago, como si se hubieran instalado allí de manera permanente. ¿Qué le pasaba? El ni siquiera sabía que ella limpiaba su dormitorio. Cuando Marco se dedicaba a los negocios, excluía todo lo demás.
Al entrar en el cuarto para arreglar la cama, Star se sorprendió de que Marco la observara. El no sonrió ni cambió de expresión, continuó escuchando a la persona del otro lado de la línea, pero la taladró con los ojos. A ella le costó gran esfuerzo apartar la mirada, pero se dirigió al lecho, decidida. A sus espaldas, escuchaba la discusión sobre metros cúbicos de concreto, grúas y ladrillos. La letanía de siempre. A través de los años oyó a Marco enumerar los mismos detalles infinidad de veces.

Al terminar de sacudir, Star caminó hacia la puerta para meter la aspiradora. La mano de Marco la atrapó. Despacio, la atrajo hacia él. La mano varonil no la lastimaba, al contrario, los dedos acariciaban la suave piel de su muñeca. Ella apenas lograba respirar.

-Un momento, Alfonzo -Marco puso el auricular sobre su pecho-. ¿Ya acabaste? ¿Tan pronto? -preguntó en un susurro.

-Me falta limpiar la alfombra -dijó sin poderse concentrar a causa de las caricias que recibía.

-Déjalo por el momento o no podré oír a Alfonzo.

-Llámame cuando quieras -tiró de su brazo, pero él no la soltó.

- ¿Hoy también jugarás voleibol? -indagó.

-No, hoy no.

-Sal conmigo cuando termines tu trabajo.

-No, no puedo. Tengo otros planes -se mantenía apartada de ese hombre que tanto la perturbaba-. Debo irme, Marco -volvió a tirar de su brazo, luchando contra las viejas sensaciones y ansiedades que ese contacto propiciaba, sofocando la sensualidad y el deleite que sentía.

El se llevó la muñeca de su mujer a la boca y apenas la rozó con los labios, observando a Star con fijeza todo el tiempo.
La joven no esperó más, huyó como si él la persiguiera. Al cerrar la puerta, oyó que Marco hablaba por teléfono de nuevo. ¡Siempre el maldito negocio!, pensó furiosa.

Esperó durante toda la tarde a que la llamara para que limpiara la alfombra, pero la orden nunca llegó. Cuando Star salió del hotel la atormentaban emociones confusas. ¿Realmente quería ver a Marco de nuevo? ¿No debía agradecerle que no la hubiera llamado?

Vuelve a Mi||Starco||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora