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Star se detuvo antes de cambiar la funda de una almohada. Jamás le confió a Marco lo que sentía. Durante la cena le contaba que había asistido a una comida de caridad o escuchaba lo que él planeaba organizar en el siguiente evento social para impresionar a un cliente.
Hacía años quizás hubiera podido arreglar esa situación. Ahora era demasiado tarde. Le agradaba su nueva vida, se dijo v con firmeza.

Aspiró profundamente y llamó a la puerta del cuarto donde se hospedaba Marco.
Le abrió de inmediato, sonriéndole con los ojos. Acababa de bañarse y su cabello brillaba con la luz del sol. Sólo usaba unos short hasta las rodillas, sin camisa.

—Vine a limpiar el cuarto. ¿Te parece bien? —exhaló, incapaz de mirarlo a los ojos. ¿Por qué le costaba trabajo respirar? Porque ese hombre estaba cerca, demasiado cerca.

—Seguro, pasa —retrocedió y Star tuvo que escurrirse, rozándole el pecho, para entrar. Se mordió el labio, tratando de ignorar el cosquilleo que ese contacto le causó en la piel.

Empezó a limpiar el cuarto de baño, mientras Marco se apoyaba con pereza contra la puerta, observándola. Consciente de que esos ojos seguían cada uno de sus movimientos, Star actuaba con torpeza y tardó más tiempo para hacer un buen trabajo.
— ¿Tienes que quedarte allí? —preguntó exasperada.

—No, pero quiero hacerlo, ¿por qué? —sus ojos oscuros se burlaban de ella, como si supiera que la ponía nerviosa.

—Vete a la playa —le ordenó, olvidando que casi siempre él le decía lo que debía hacer y que en ese momento era un huésped del hotel.

—Prefiero quedarme aquí —replicó con voz sensual.

Star frunció el ceño y reanudó su trabajo. El le bloqueaba la puerta, así que ella prolongó sus tareas lo más posible, consciente de que los ojos de ese hombre la seguía a todas partes. ¿Le permitiría pasar o la obligaría a pedírselo? Maldición, ¿no veía que le causaba problemas?
Marco permaneció en su sitio, con una mirada traviesa. Parecía que la retaba.

Sacudió el tocador. Las sábanas suscitaron imágenes de Marco durmiendo desnudo(oye que juerte :v). Abría brazos y piernas, acaparando más espacio del que le correspondía. Star tomó aliento y descartó tales recuerdos.

— ¿No te preocupa toparte con un huésped indecente cuando arreglas los cuartos? —indagó Marco, acercándosele.

—No, por lo general entro en las habitaciones cuando están vacías; de lo contrario, sé cuidarme.

La atrapó y la obligó a mirarlo, sujetándola de los brazos, pero no con mucha fuerza.
—Estás más bella que nunca —susurró— y te me escapas de las manos. No quiero que eso suceda. Te deseo, Star.

Antes que ella pudiera reaccionar, la besó y Star se consideró perdida. La boca de Marco, cálida y firme, la presionaba, llenándola de pasión y de nostalgia. La apretó contra sí, contra la tibia y dura piel de su pecho, en el círculo de sus exigentes y poderosos brazos.
La joven se aferró a sus hombros, deleitándose en las sensaciones tórridas que él despertaba con sus labios y el contacto erótico de su lengua. Con suavidad, Marco le pidió con la lengua que abriera la boca y ella cedió.

La alegría se desbordó dentro de su cuerpo cuando su marido exploró la dulce cavidad de su boca; sus lenguas entablaron un duelo, tormentoso, juguetón, hasta que Star deseo algo más, mucho más. Se volvió atrevida, regresó el beso y sus sensaciones se desbordaron al mismo tiempo que su lengua se movía con voluntad propia y respondía a él, saboreándolo.

Debió apartarlo de un empujón en lugar de acariciarle los hombros y hundirle los dedos en el cabello oscuro y grueso, buscándolo con su cuerpo para apagar la fiera ansiedad que despertaba en sus entrañas. Star se sumió en un torbellino de emociones sin desear salir de esos círculos infinitos. La tibieza del pecho de Marco se filtró a través del delgado algodón de su uniforme, una barrera que hubiera querido borrar.

El se fundió en su mujer, presionándole las caderas para que sintiera su apasionada urgencia. Star perdió el sentido del tiempo y la realidad, se mareó, para al final rendirse a exigencias y deseos largamente dormidos. Hambrienta, buscó satisfacerse.

Vuelve a Mi||Starco||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora