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El moreno le miraba sin expresión, y acercándose a él, le toma del cuello de la chaqueta, jalándolo hasta su departamento, una vez dentro, le empuja súbitamente arrinconándole a la pared, quitando de encima la chaqueta que cubría al rubio, Otabek, no tardó en sacarse su esmoquin, desanudando su corbata, tirando sus zapatos en la entrada del pasillo, con fuerza, gira bruscamente al ruso dejando su rostro hacia la pared mientras acariciaba latentemente sus partes bajas.

Sin esperar le susurró al oído palabras obscenas, frotando su miembro sobre los glúteos del rubio... sujetándole de las cuerdas que aun no eran removidas, le jala del cuello, provocando que este se quejara un poco por el dolor, lo recuesta segundos después sobre la mesa, mientras paseaba una de sus manos en la pálida piel de sus espalda, y con la otra abría la cremallera de su pantalón, desnudando su falo, que se encontraba más que despierto sobre las suaves y rosadas nalgas del ruso, el cual este le provocaba con gemidos un tanto provocativos.

El blondo no hablaba, siquiera oponía resistencia alguna, al contrario, incitaba al moreno para que prosiguiera en su actuar, Otabek, sin tardar introduce sus dedos en la palpitante entrada del más bajo simulando estocadas, y este respondía contorneando sus caderas ante la intromisión.

Su pene ardía ante la erótica imagen del rubio siendo sometido a su merced, y sin avisar, inunda su interior con su miembro, comenzando a ejercer movimientos apresurados, que hicieron gritar al ruso, la invasión dolió como el infierno, pero no mostraría debilidad ante el imponente moreno que le tomaba...

Otabek, comienza a moverse un poco más lento, el trasero del ruso estaba muy estrecho, por lo que se le dificultaba moverse con destreza dentro de este, Jade, no mostraba signos de dolor, su rostro permanecía oculta bajo su cabellera, y los gemidos entremezclados entre el placer y el dolor, solo incitaban al kazajo a seguir su paso dentro de este, sin dejar que su miembro saliera del provocativo trasero que le succionaba con intensa intención.

El cuerpo del piel pálida estaba tenso, y el moreno para relajarle, le levanta lentamente, apegándolo a su cuerpo rodeándole con sus brazos, no dejando de embestirle, el choque de sus caderas causaban eco en el oscuro departamento, el ruso se retorcía en sus brazos, excitando más al dominante kazajo.

Las cuerdas estaban dejando marcas rojizas en la blanca piel del erótico ángel que gemía bajo su el movimiento de sus caderas, y desamarrándolas una por una regaba besos en su piel, dejando rastros de estos, Jade, gemía ante las agradables y placenteras sensaciones que el moreno le otorgaba, viéndole tan sumido en el acto, palmea fuertemente sus esponjoso trasero, provocando que este gritara ante ardorosa sensación, sin poder evitarlo regó liquido preseminal en la mesa, haciendo sonreír de forma satisfecha al moreno.

Otabek, sintió la gloria al sentir que su miembro era apretado exquisitamente por las carnosas paredes del rubio, quien apretaba su falo ante la excitación del reciente orgasmo, sin pensarlo, este al verle lapso sobre la mesa, arremete contra sus labios, besándole de forma hambrienta, lamiendo sus lóbulos y mordisqueando sus clavículas, dejando besos húmedos en su cuello, y terminando en su boca, lo que despertó nuevamente al ruso, que le abrazó apegando sus cuerpos ante la necesitada acción.

DESVARÍO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora