Un Amor Inesperado (Kim JunMyeon)© #Wattys2019

capítulo 03

Al llegar a la mansión de los Kim, Stephanie no pudo evitar sentirse muy impresionada.
Era un lugar inmenso rodeado de hermosos jardines.
Varios coches de lujo podían verse desde la entrada, y la seguridad, por supuesto, era altamente estricta.

La chica bajó de la camioneta ayudada por su hermano Paul, quién no podía cerrar la boca maravillado por todo lo que veía.

-Pasen, por favor, Están en su casa-
Dijo el sr. Kim amablemente, mientras eran recibidos por una mujer mayor de aspecto dulce.

-Ella es la señora Cho, nuestra ama de llaves y empleada de confianza, ella les mostrará sus habitaciones-
Dijo el señor Kim, mientras tomaba asiento en uno de los cómodos sillones de la elegante sala.

La mujer hizo una educada reverencia a la familia Thompson, misma que ellos respondieron con educación.

JunMyeon, quién hasta el momento no había pronunciado palabra, se dirigió a la mujer y la saludó con un beso en la frente.
Stephanie no pudo evitar ver ese gesto como algo lindo de su parte, sin embargo, se golpeó mentalmente ignorando el suceso, JunMyeon no era más que un patán.

-¿Puedo ofrecerles algo ?-
Preguntó la amable señora, mientras les indicaba tomar asiento.

-¿Tal vez un vuelo de regreso a casa ?-

Dijo Stephanie con sarcasmo, provocando una sonrisa burlona en el rostro del Sr. Kim y la señora Cho.

El comentario de la chiquilla les hizo gracia, sobre todo por la reacción de JunMyeon, que no podía articular palabra, notablemente perturbado por la audacia de Stephanie.

-¡Hija..por Dios! ¡Que cosas dices!-
La regañó su madre apenada mientras JunMyeon la veía con rostro molesto.

Sin duda, esa chiquilla lo iba a hacer pasar muy malos ratos.
Empezó a cuestionarse si aún podía arrepentirse de casarse con ella.
Sin embargo, algo en esa chica le hacía hervir la sangre, Era un sentimiento extraño, Tal vez era rabia, se decía a sí mismo.
aún le ardía la mejilla por la bofetada que Stephanie le propinó.

El señor Kim se apresuró a hablar sobre los detalles de la futura boda.
Tenía prácticamente todo listo con la ayuda de su cuñada Heo, la madre de JongIn y MinSeok.

-Espero que todo lo que se ha dispuesto sea de tu agrado-
Se dirigió a Stephanie.
-Con confianza puedes decirnos si algo no te gusta y lo cambiamos -
dijo sonriendo amablemente a la chica.

Stephanie no respondió.
Se limitó a escuchar a sus mayores decidir por ella.
Realmente no le interesaba el asunto, ya que para ella, era como ir a su sentencia de muerte.

Giró a ver a su prometido y éste le dedicó una mirada intensa.
La chiquilla no pudo descifrar la intención de JunMyeon, pero se estremeció.
Nunca la habían mirado así.

Después de charlar por un buen rato, La señora Cho acompañó a la familia a sus habitaciones.

Por último, llevó a Stephanie a la que sería su habitación.
Era una recámara enorme, sobria y llena de detalles elegantes.
Nada comparada con su habitación, que estaba decorada con colores vivos y pósters de sus ídolos favoritos.
La chiquilla se sentía absolutamente fuera de lugar.

-¿Le agrada la habitación señorita?-
Preguntó la señora amablemente mientras ponía sus maletas en el suelo.

-Es muy...grande -
respondió la chiquilla sin saber que decir.

-Estará muy cómoda, ya lo verá, esta casa es muy tranquila, nadie la molestará-

dijo la señora tomando las manos de la joven, intentando transmitirle confianza.
La chiquilla se sintió en paz por primera vez desde que había entrado en esa casa, la señora Cho era realmente encantadora.

-¿Puedo preguntarle algo señora Cho?- dijo tímida.

-Claro señorita...lo que sea-

-¿Hace mucho que trabaja usted aquí?- preguntó la chiquilla con curiosidad.

-Si señorita, prácticamente vi nacer al joven JunMyeon -
Contestó la mujer con una sonrisa.

Stephanie no dijo nada y siguió observando la habitación con asombro,
realmente era demasiado para ella.

-Si desea que cambiemos algo, no dude en pedirlo-
Sugirió la mujer y la chiquilla sólo suspiró profundamente, sentándose en la orilla de la cama.

-Dudo que lo que deseo cambiar esté en sus manos-
Dijo con tristeza y la señora se acercó a ella.

- Es usted muy hermosa señorita...no debe estar triste, le aseguro que nada es tan malo como parece -

-¿Le parece que casarse sin amor y con un perfecto desconocido, que además es un patán engreído puede ser algo bueno?-

Dijo la chiquilla con amargura,
y luego se disculpó, después de todo, estaba hablando del dueño de esa casa, y al parecer, la señora Cho y él tenían una excelente relación.

- No debe disculparse por decir lo que piensa, además, puedo asegurarle que el joven JunMyeon no es tan malo como parece, cuando lo conozca mejor, verá que no es lo que aparenta-
la amable mujer le dió cariñosas palmadas en su hombro y Stephanie le sonrió sin ganas.

Al quedarse a solas, tenía deseos de llorar.
Se sentía sola en esa inmensa recámara.
Ese día había sido demasiado para ella,
Estaba acostumbrada a una vida sencilla y divertida, con sus amigos y su familia.
Y ahora estaba en esa enorme mansión, en un lugar completamente desconocido para ella.
Y lo peor...
comprometida para casarse

Recordó entonces el beso de JunMyeon y sin darse cuenta, se tocó los labios.

No podía negarlo.
El beso le había hecho sentir algo que nunca antes había sentido.
Negó en repetidas ocasiones, llevándose las manos al rostro, sintiéndose muy desesperada.
Se casaría dentro de unas pocas semanas con ese hombre.
¿Qué podía esperar de ese matrimonio?
Estaba realmente muy asustada.

 ✳️❇️

En su habitación, JunMyeon daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño.

El rostro de Stephanie aparecía una y otra vez en su cabeza, volviéndolo loco.
No entendía que le pasaba con ella,
Desde que había visto sus fotografías, la chiquilla se había instalado en su pensamiento.

Era una mocosa malcriada, sin embargo, no había podido evitar prestar atención a su hermoso rostro y esos ojos verdes que lo habían cautivado.
Pudo notar su maravilloso cuerpo a pesar de vestir de forma conservadora y se sentía un estúpido por mirarla de esa forma cuando él la consideraba una niña.

Pensó en el beso que le había robado y se estremeció.
El corazón se le aceleró al
recordar la suavidad y el sabor de los labios de la chiquilla.

Se levantó de golpe de la cama y empezó a dar vueltas por la habitación.

Estaba exitado...mucho.

Miró su reloj y era casi medianoche.
No le importó, se arreglo un poco y salió de la habitación con toda la intención de salir a la calle y buscar quién le quitara esos pensamientos.

No le costó trabajo, sólo bastó con marcar un número para que una de sus tantas conquistas apareciera.
Dió rienda suelta a sus más primitivos instintos, tratando de hacer a un lado los pensamientos que lo estaban atormentado, sin conseguirlo.
Regresó a su casa peor que al principio.
Se sentía vacío y no dejaba de pensar en Stephanie.
Ni siquiera había cruzado más de dos palabras con ella, Y ya se estaba convirtiendo en una obsesión.