Intento 76

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Otro día de trabajo en el laboratorio del Galileo; Raymundo do Santos se preguntaba cómo era posible que no colapsara aún, ya que se hallaba tan ocupado que casi ni tenía un instante para respirar. Jamás hubiera soñado cargar con la responsabilidad que de él, y los demás envueltos en el proyecto Delik, dependiera el futuro de la humanidad. Sin mencionar asimismo, el compromiso que tenía con la investigación de la desaparición de Dimos, por lo que trataba de robar unos minutos al día para ayudar a resolver el problema de los exys. A todo ello, tenía que sumarle el soportar a la Alegre laborando a su ladol todo en todo momento, y luego, mientras tenían funcionando el exali en su habitación de hotel, aceptar su transformación en una persona diferente por completo.

A pesar de todo, ¡no podía negar que se encontraba pasando el mejor tiempo de su vida! El trabajo en el Galileo iba viento en popa, incluso estaban yendo más rápido en sus estudios de lo que él había planeado gracias a la colaboración de Belinda. Los otros equipos del programa también andaban avanzando cual reloj. Nadie ya presentaba ánimos decaídos o deprimidos por un futuro incierto. Todos se sentían seguros que el proyecto sería un suceso.

Después de la conversación que tuvieron con el Profesor Saturnino Quispe, acerca de la gran probabilidad de que el papel utilizado en la nota de Dimos proviniera de la tienda del Einstein, Raymundo se puso manos a la obra. A la mañana siguiente, mandó mensajes con su librel al establecimiento en cuestión, haciendo averiguaciones acerca de su clientela y quiénes habían conducido compras recientes. Le respondieron que lo lamentaban mucho, no obstante, esa era un tipo de información reservada que no podían proporcionarle. Él persistió, diciendo que estaba interesado porque se encontraba haciendo un análisis sobre qué tipo de gente utilizaba papel y quería entrevistarlos. Su foco de atención se centraba en personas jóvenes (de la edad de su ex-colega) que, por lo general, siempre se comunicaban a través de medios electrónicos. Los del negocio volvieron a negarse, arguyendo que necesitaban algún documento acreditando tal indagación, más un permiso legal especial que les permitiera romper las normas de confidencialidad y privacidad de sus clientes. Do Santos volvió a insistir con nuevas explicaciones, tratando de conseguir, de alguna manera, que llegara a los oídos del desaparecido su persistencia; que pareciera que lo estuviera buscando sin mencionar su nombre. Al mismo tiempo, Belinda le consiguió una carta de la Policía Internacional, que acreditaba la susodicha investigación y libraba a la tienda de cualquier responsabilidad por facilitarle los nombres de sus usuarios.

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"Dimos, el tipo ese que te conté, que está haciendo averiguaciones sobre quién ha comprado papel en el Einstein en los últimos meses, sigue fastidiando con eso. Hasta nos ha mostrado un permiso legal. No vamos a tener otra opción que de darle lo que pide."

El apelado se encontraba en una de las dos oficinas privadas del complejo. Pocas personas tenían autorización para entrar en ellas, y las que no, las conocían por haberse metido en algún lío. No eran buenas noticias cuando a uno lo llamaban a tener una conversación, en uno de esos dos lugares. La habitación no era una sala de torturas ni mucho menos, era un cuarto blanco impecable como el resto, así como sobrio. La intimidación del lugar era el aura de misterio que lo envolvía, sobre todo, las consecuencias sufridas por quienes tenían el privilegio de haber sido invitados allí.

"Y total, ¿quién es este?" preguntó, no dejándose amedrentar por su interlocutor.

"Un tal Raymundo do Santos, un director ejecutivo del Instituto..."

"¿Raymundo? ¿Cómo no me dijiste antes que era él?"

"Dimos, ya sabes que te digo solo lo que puedo. No nos gusta esto, nos huele muy mal. Le podemos dar la información, no encontrará nada que te relacione o nos relacione, pero ese no es el punto. La cuestión es, que apenas se comunicó con nosotros y caímos en la cuenta de quién era, tomamos nuestra decisión al respecto porque resulta que desde hace poco él está envuelto con Belinda Alegre."

"Pero eso es normal," repuso el interrogado. "Ya sabíamos que está trabajando con él en el Galileo."

"Está envuelto con ella no solo por trabajo, están compartiendo la misma habitación de hotel."

"¿Raymundo y Belinda?" exclamó el invitado, sorprendido en realidad.

"Mira, Dimos: primero, do Santos no tiene por qué estar haciendo el estudio de uso de papel que nos dice; no es su especialidad, no es su afición y carece de tiempo para eso. Segundo, sus averiguaciones iniciaron justo después que él comenzó su relación con la Alegre. Y no me digas que ella ya dejó la investigación de los desaparecidos, es obvio que de alguna forma este tipo la está ayudando."

"¿Tienen pruebas de eso? ¿No es que tienen a Belinda bajo estrecha vigilancia?"

"Ya sabes que no confiamos cien por ciento en eso, por más que tengamos cámaras en su cuarto de hotel. No estamos del todo seguros, pero sospechamos que ella es uno de nosotros, de ser así, bien conoces que puede eludir nuestro sistema. En fin, no tengo por qué justificarme contigo. Como te dije, a partir de la primera comunicación de do Santos resolvimos qué hacer, tan solo la hemos hecho larga para que sea más creíble lo que planeamos."

"Si me estás contando todo esto, entonces, es porque me necesitan para algo."

"Por supuesto. Vamos a decirle que queremos que venga en persona para darle la información, que no sería legal mandársela por vía electrónica porque pondría en peligro la privacidad de nuestros clientes. Con certeza, Belinda evitará que venga do Santos, su instinto le dirá que es algo peligroso, pero si tú te comunicas con ella, eso la convencerá de no solo dejar a que este entrometido del demonio venga, sino a acompañarlo. Como quien dice, mataremos dos pájaros de un solo tiro."

"Lo que quieren que haga es meterlos en la boca del lobo..."

"Ni pienses en negarte, Dimos, ya sabes las consecuencias. Y no necesito recordarte las matemáticas del asunto: sacrificar dos personas contra la perspectiva de millones no debería ser una decisión difícil de tomar."

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