Intento 115

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 "¿Tampoco tú puedes dormir, Raymundo?" indagó Femi desde su cama, envuelta en la oscuridad de su habitación.

No, Raymundo no conciliaba el sueño; se hallaba recordando la imagen de Samantha Lloyd en la foto que Vania le había mostrado ese día. La pequeña le contó que, cuando murieron sus padres, fue ella quien hizo los arreglos necesarios para que viviera en el Einstein puesto que  había sido muy buena amiga de su familia. La niña, por supuesto, no recordaba eso; ella era una bebé cuando sucedió la tragedia de la muerte de sus progenitores y hermano. Como no tenía ningún pariente cercano, la Dra. Lloyd se encargó de qué hacer con la pequeña. El Einstein no tuvo problema alguno en aceptarla, ya que confirmó la sospecha de su benefactora: la aspirante poseía una capacidad intelectual fuera de lo común. Después de arreglar todos los papeles y dejar a la chiquilla bien instalada en su nuevo hogar, la directora del Van Leeuwenhoek no se desentendió de ella; continuó visitándola de vez en cuando y asegurándose que se encontrara bien. Vania la consideraba como su único familiar, a pesar de que no la veía muy seguido porque era una persona ocupada en extremo que, además, no residía en su misma ciudad; no era fácil para su responsable de adopción ir a visitarla de modo continuo.

"No, tampoco ando durmiendo, Femi, ¿qué te preocupa?" inquirió do Santos, más para distraerse de sus propios pensamientos que por otra cosa, pues creía conocer la respuesta.

"Bueno, mañana es el gran día, ¿no? Estoy repasando cada detalle: en la mañana tomamos desayuno con tranquilidad. A las nueve llegará el grupo de periodistas para ser testigo del lanzamiento del opuesto. Dimos y yo los recibiremos en el lugar indicado y los llevaremos a la entrada. Una vez dentro del complejo, les daremos un breve tour de dieciocho minutos y treinta y cinco segundos. Después, les mostraremos el centro de control por cuatro minutos exactos y de allí los llevaremos a la sala de reuniones, donde Grimaldo y Ajanta les explicarán lo que vamos a hacer durante veintitrés minutos y veintisiete segundos. Luego tendrán otros veinte minutos con trece segundos extras para hacer preguntas relacionadas con lo del lanzamiento. Todo podrá ser filmado, pero no transmitido. Una vez terminada la conferencia, llevaremos a los periodistas a la central donde ya podrán iniciar a transmitir. Cuando sea el instante en que Nicola apriete el botón que dispare al opuesto..."

"¿Nicola? No sabía que iba a ser él. ¿Por qué lo escogieron?"

"Por el Juramento del Silencio. Él es una de las pocas personas del complejo que no están afectadas por este. Ya sabes que la mayoría de nosotros, en algún momento de nuestra vida, descubrimos lo que éramos: exypnos. Al hacerlo, ya sea en el Einstein o en otro lugar, fuimos obligados a beberlo, por lo que nuestra existencia se supone es un gran secreto. Pero Nicola, siendo él un niño, no lo ha tomado y nunca necesitará hacerlo porque después de esto ser un un experimento géntico no tendrá que ser un secreto de estado. Además, y esto no lo vas a creer, resulta que en realidad no es un exy."

"¡¿Cierto?!!!"

"Sí. Solo Dimos y yo lo sabemos y, ahora, tú. No queremos que llegue al oído del Jefe ya que imagínate el escándalo que sería, que al final no fuera un exypno quien mandara la señal del opuesto y que, encima, él haya colaborado de manera importante en definir su trayectoria."

"¿Pero, cómo puede ser?"

"Nicola es simplemente un genio natural. Él no tendrá que ser esclavo de tomar nuestra medicación porque vivir dentro del caos y aceptar errores comunes nunca afectará su existencia."

"¿Cómo supiste, Femi?"

"Era algo que Dimos sospechaba por su comportamiento, ¿has viso su cuarto? ¡Creo que ni siquiera tu oficina en el Van Leeuwenhoek se ve así!" afirmó ella con una gran sonrisa

"Ya pues, no es para tanto...," inició a protestar Raymundo.

"El punto es, que Dimos no se pudo aguantar la curiosidad y le hizo un análisis para ver si era como nosotros o no. Es un procedimiento sencillo: solo necesitas un cabello o algo de la persona. Consiguió un pelo y lo analizó, este confirmó sus sospechas."

"Ya veo... Aunque todavía no entiendo, Femi, ¿no se suponía que todos nosotros estábamos sanos y salvos de explotar porque no había cómo nos pudieran detectar y, por lo tanto, nuestros nanochips no mandaban ninguna señal de lo que conversáramos o hiciéramos? ¿Que la señal estaba interferida de tal manera, que no activaba ningún nanochip que indicara alguna indiscreción de nuestra parte?"

"Sí, es verdad lo que tú dices, pero la interferencia dejará de funcionar en la central para permitir que la transmisión sea en vivo. Nosotros tendremos que pasar un día más en el complejo antes de salir. Para ese entonces, nuestros secretos serán de dominio público y correremos cero riesgo de explotar."

"Pero Nicola..., ¿han pensado en las implicaciones de que él lo haga? La publicidad que haya sido él quien apretara el botón que esperemos salve a nuestro mundo será agobiante. ¿Cómo podrá llevar una vida normal después de eso?"

"No podrá, por eso hemos sugerido que sea remodelado en secreto apenas todo esto pase. Nadie será capaz de reconocerlo. El Jefe ha aceptado más que feliz tal propuesta, comprenderás que no le gusta la competencia. Su intención es estar también presente en el momento del lanzamiento, él será quien dé la orden y, estoy segura, tratará de robar la atención de la cámaras."

"Ser el salvador de la humanidad."

"Exacto, ya te imaginas el poder que tendrá después de eso."

"Por fin conoceremos al Jefe," dijo su interlocutor en modo pensativo. "¿Cómo llegará? ¿Quién lo va a recibir?"

"No tengo la menor idea, solo sé que estará para el lanzamiento."

"Y tú, Femi, ¿cuáles son tus planes cuando todo esto termine?"

"Solo quiero regresar a mi trabajo, Raymundo. Lo malo es que voy a estar con los periodistas y no podré evitar que me filmen. Pero será Belinda Alegre quien los reciba. Por supuesto que mi personalidad no será tan terrible, aunque mi apariencia sea la de ella. Luego podré regresar a ser Femi y Belinda desaparecerá para siempre. Dimos anda en el mismo dilema, pero lo cierto es que en el fondo a él le atrae la idea de convertirse en una persona famosa. Y tú, ¿ya pensaste qué vas a hacer?"

"Como tú. Regresaré al Van Leeuwenhoek y ya," y tal vez yo y Samantha..., mas eso no lo manifestó en voz alta.

"Espero me vengas a visitar de vez en cuando," repuso ella en tono callado, casi esperando que él no la oyera.

"Y tú a mí, Femi. Va a ser raro no vivir juntos..., bueno, no es que vivamos juntos..., claro, convivimos el mismo cuarto, pero no dormimos juntos..., ya sé que sí dormimos juntos, pero no en la misma cam... Tú sabes a lo que me refiero."

"Sí, Raymundo," contestó ella con una sonrisa, sospechando la expresión de confusión en el rostro de su compañero de habitación inmerso como ella en la oscuridad. "Yo también voy a extrañarte, ¿con quién voy a conversar cuando ande con insomnio?"

Y con esa última frase ambos se quedaron callados, ella cerrando los ojos y por fin conciliando el sueño; y él pensando que tendría un vacío triste, sombrío y solitario de verdad, cuando dejara de compartir sus días con la agente de la Policía Internacional.

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