Capítulo 4

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El joven rubio llegó al aula desbocado, con el corazón en la garganta y jadeando continuamente, dificultándole su respirar.

Todos los integrantes de la banda volvieron la vista al joven, con una mezcla de sorpresa, tristeza y decepción en cada uno de ellos.

La excepción era Foxy. Su mirada ámbar tan sólo demostraba una ira absoluta, se notaba a kilómetros que en esa mente tan sólo pasaban miles de frases, a cada cual que imaginaba peor que la anterior para dedicarle al culpable de tal enfado.

El rubio levantó la cabeza al ver que el joven pelirrojo iba a abrir la boca.

–Menudas horas...– fue lo menos ofensivo que el más alto de los dos pudo soltar.–

–Ya hemos terminado.–mencionó Bonnie calmo, tratando de bajar aunque fuera un poco la tensión que se había formado en esa sala.–

–Bueno chicos, ya es muy tarde y tengo que llegar a casa.– dijo esta vez Freddy.–

–Eh...– la voz de Chica se hizo sonar en la sala con un poco de duda y pena entremezclada. La rubia no sabía como comenzar.–Has faltado a todas las prácticas últimamente. ¿Estás seguro de que tú...? ¿Tú quieres...?– se quedó atascada la fémina.–

–Seguro que el niño lindo no se toma esto en serio.– interrumpió cortante el ojimiel, mirando por encima del hombro al chico, mostrando que era él quien ahora mismo llevaba la ventaja.–

–¡C-claro que es serio para mí!– afirmó el chico sin cabida a ningún tipo de duda en su voz.–Pero no puedo dejar los pendientes de negocio a un lado.– trató de excusarse, bajando la voz en esta última frase.–

–Oh, claro, claro, claro.– el pelirrojo comenzó a caminar hasta quedar al lado del joven rubio, sin dedicarle una simple mirada.– Tantas cosas en tu mundo fino que no te permiten estar en nuestras prácticas sin importancia.– las palabras salieron ligeras de sus labios, con suma calma y fluidez, sin titubear ni una sola vez,pero iban cargadas de un dañino sarcasmo.–

–Tú no sabes nada de mi mundo.– por primera vez en tal confrontación sus miradas chocaron. Golden trató de llegar al rostro de Foxy, no se iba a dejar intimidar, al menos no tan fácilmente.–

Sentía una opresión en su pecho. Todos los momentos, todas esas noches horribles llegaron a su mente. Parecía como si su mente le jugara una mala pasada, tratando de destruirlo, pero él no se rompería, no delante de esa banda, ahora no podía simplemente llorar como lo hace normalmente con esas cuchillas que habitan en su interior, esos recuerdos más afilados que cualquier cuchillo existente en la faz terrestre. Ahora no lo haría, aguantaría esa confrontación con el pelirrojo, a todo costo, aunque en el intento acabara mucho más roto de lo que él podría soportar, no se doblegaría.

–¡Oh! ¡Estoy seguro de que sufres tanto en él!– cada palabra que salía de la boca del pelirrojo era como una bala entrando directa al corazón del chico. Sin quererlo Foxy le estaba haciendo un daño que luego costaría mucho reparar.– No como nosotros, claro. Nosotros lo tenemos tan fácil. Seguro te costó mucho elegir qué clase de vino tomarías hoy.– Su ceño se frunció, al igual que sus labios, dándole una expresión de total enfado.–

–¡Sólo por qué no me vista con trapos no significa que mi vida sea perfecta!– el chico quería explicarlo todo, absolutamente todo de su vida destruida, para nada perfecta. Quería gritarle a Foxy, desplomarse ahora mismo y llorar todo lo que quería, quería recibir amor y comprensión de sus compañeros, los únicos a los cuales podría considerar por ahora su familia. Pero querer no siempre es poder, ¿verdad?

–Trapos o no, yo siempre he estado aquí, este grupo necesita un cantante y empiezo a pensar que ese no eres tú.–

El golpe final, el daño absoluto. Como romper el corazón de cristal del chico perfecto. Pero, a pesar de estar ya totalmente destruido, Golden quería seguir luchando aun.

–¿A-ah si? ¿Y entonces quien va a cantar?– dijo el chico intentando que su voz no temblara por las lágrimas acumuladas en sus ojos y los nudos en su garganta que apenas le dejaban hablar sin que se le escapara un sollozo.

–¡Foxy tiene razón!– intervino Freddy.– ¡Tú nunca estás con nosotros! ¡Y sólo ocupas el sitio de alguien que sí quiera cantar con nosotros!– culminó el castaño su frase.–

–¡Oh rayos! ¡Ádios!– pareció haber recapacitado sobre lo anteriormente dicho, pero el daño ya estaba hecho. El joven dejó el lugar sin una palabra más.–

–¡¿Ves lo que haces ?!- le recriminó Foxy señalando la salida.– ¡Todo esto es una pérdida de tiempo! ¡Nunca debí haber entrado a este grupo!– la pelea se dio por terminada con la partida del pelirrojo.–

–Bueno, nos vemos otro día... creo.– se despidió Bonnie, tratando de ser lo más sutil posible.–

–¡N-No chicos! ¡No se vayan! ¡Quédense!– suplicó Chica en un intento de mantener a esa familia que tanto le había costado conseguir unida.–

–¡Confiamos en ti! ¡Yo confié en ti!– Chica no trató de retener esas lágrimas saladas que bajaban de su mirada violácea. Tapó su rostro y simplemente corrió hacia la salida sin mirar atrás. Un Golden sin palabras extendió su brazo, en un intento de retenerla allí, de poder mantener una única parte de su roto corazón.–

–E-Eh no, ¡e-espera!– fueron las únicas palabras que a duras penas pudo pronunciar el joven. Pero éstas se quedaron el aire, pues nadie respondería a su petición. Nadie se quedaría con él.–

–No Chica no te vayas...No se vayan por favor...– salieron estas palabras como un grupo de suaves susurros de sus labios.–

Sus rodillas tocaron el frío suelo y sus ojos quedaron fijos en éste, derramando lágrimas. Sus puños se apretaron y a partir de ese momento...

Nada. Absolutamente nada pasaba por su cerebro ni su corazón. Se había quedado en blanco totalmente. Veía lo que pasaba a su alrededor pero no era capaz de reaccionar. Se levantó con una mirada inocua y se dirigió a la limusina, mirando al frente, sin esa humanidad característica que podemos ver en los ojos de todas las personas.

Finalmente Golden, ¿has podido dejar de sentir?

Sálvame [Foxy X Golden] FNAFHS COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora