Aún después de un rato, Foxy seguía acariciando al rubio. Algunos temblores todavía se le escapaban. Cuando su manager le venía a la mente tan sólo era capaz de sentir una cosa: terror en su más puro estado.
–¿Estás ya más tranquilo?– preguntó Foxy con suma suavidad y calma, algo que no era para nada habitual en el alto chico.–
Golden asintió contra su pecho. Se acercó aún más a éste, tratando de buscar más protección.
–Entonces...– comenzó a decir Foxy– Eres ahora un callejero, ¿no?– mencionó el pelirrojo con una leve risa, tratando de aliviar así el ambiente.–
Golden levantó la mirada. Sus ojos algo rojos chocaron con los ámbar de Foxy y de nuevo asintió, esta vez con algo de vergüenza.
–Pues...– comenzó a decir el pelirrojo.– Tengo una pequeña idea. Podrás vivir conmigo una temporada. Lo hago por pena, ¿Eh?
Golden esbozó una sonrisita a la vez que apretaba el agarre al alrededor del chico.
–¡Gracias!
.
.
.
No era la casa más lujosa del mundo. De hecho, era una vivienda con bastantes malas condiciones. Pero lo agradecía.–Bien, siéntete como en tu casa.
Caminó un poco, analizando su entorno. Un sofá rojo algo viejo. Una alfombra bastante sucia. Un televisor algo antiguo. Algunas cortinas color crema colgando de la pared. Y unos dos marcos con una foto cada uno.
En uno de ellos, el cual le llamó la atención en especial, aparecía Foxy, con un chico rubio y de ojos grises y una chica que no tardó en reconocer.
–Esa es...–murmuró el rubio a la vez que se acercaba a la foto para examinarla mejor.–
–¡Anda! ¡Deja ya de cotillear!– Foxy lo cogió del hombro y lo empujó con suavidad a la cocina. –
–No hay mucho entre lo que elegir para la cena.– comenzó a decir el pelirrojo.–Tengo galletitas y sopa en lata. ¿Acaso alguno llegará a sus exigencias mi señor?– mencionó esto algo cómico.–
Golden soltó una pequeña risa. Se tapó sus labios a la vez que reía.
Foxy esbozó una leve sonrisa. Ya no quedaban rastro de las lágrimas de esa misma mañana. Sabía que pronto cedería y se lo contaría. Le alegraba saber que había hecho sentir a alguien mejor.
.
.
.
Vale, retiraba lo dicho. Nunca, repito, NUNCA, debería haberle ofrecido a Golden vivir en su humilde morada.La mañana había empezado entre extrañas manías del ahora Golden vagabundo, que debía ir perfecto a clase, por mucho que viviera en la calle. Que si limpiar sus zapatos con su cepillo de dientes, que si arreglar sus calcetines con una de sus camisetas...
A Foxy por poco le da una crisis nerviosa y un tic se estaba comenzando a apoderar de su ojo izquierdo. Pero, no pasa nada, ¿verdad? Todo por un amigo, ¿no es lo que dice la gente?
Pues el pelirrojo lo tenía claro. Como el rubio siguiera así, él que iba a acabar en la calle o en una tumba iba a ser él. Eso sí no lo mataba antes, por supuesto.
Pero luego, cuando lo veía tan feliz y recordaba como había llorado la mañana del día anterior todo se le pasaba. Algo malo le había pasado, y él no quería hacérselo peor. El ojiambar tenía varias capas, por fuera rudo, por dentro, un pedacito de pan.
Llegaron a la escuela. Golden decidió ir ese día a clases. Su prima Joy le trajo unas galletitas caseras, de esas que tanto le gustaban y sus compañeros se portaron de lo mejor con él. Quizá no todo iba a ser tan malo para él.
Pero todo esto se fue al ver frente a él la puerta de su clase. ¿Y si su manager ya había dado el aviso de desaparición? Los profesores obviamente llamarían a su casa y le tocaría vivir un infierno aún mayor.
–E-Eh. Chicos... Yo creo que mejor me quedaré fuera, ¿sí? Luego me decís lo que habéis dado.
–Debes ir a clase.– le regañó Chica.–
–Exacto, no puedes para de venir para siempre– reclamó Freddy a su vez con algo de pena en su voz. Posó su mano en su hombro, expresando su apoyo total, alentándolo a darle algún tipo de explicación.–
–De verdad, no pasa nada.
Golden se dio la vuelta, dispuesto a irse. Comenzó a caminar, pero cuando dobló la esquina y sus compañeros ya no podían verlo, empezó a correr.
Acabó en el exterior de la escuela, y a pesar de que estaba al aire libre, sentía que a sus pulmones les faltaba oxígeno. Se sentía perdido. ¿Qué iba a hacer?
Pronto, su solución le pareció peor que el problema. Parecía que había abierto más puertas de las que había cerrado y eso lo agobiaba de sobremanera. ¿Acaso iba a huir toda su vida de absolutamente todo?
Sabía las influencias del hombre, sabía que con tan sólo chasquear los dedos podría encontrarlo, y cuando lo hiciera las cosas se pondrían peor. Mucho peor...
Parecía que estaba condenado a vivir con ese terror corriendo por sus venas hasta el día de su muerte, parecía que las cadenas que lo mantenían preso nunca desaparecerían...
Por otra parte, el grupo miraba a Foxy, expectantes, sabiendo que éste último era el único que era capaz de ir tras Golden y poder calmarlo y hacerlo entrar en razón.
El pelirrojo tenía la mirada fija en el pasillo. Ninguno era capaz de adivinar lo que pasaba por la cabeza del joven.
–Foxy...– comenzó a decir Chica.–
Un suspiro se escapo de entre los labios del de ojos miel. Volteó su mirada dejando clara su decisión.
–Dejémoslo solo. Creo que es lo que le hace falta.– Dijo Foxy a la vez que entraba al aula con suma calma.–
–P-Pero...– le iba a reclamar la joven, pero Bonnie puso una mano en su hombro y negó con la cabeza.–
El resto entró también sin una palabra más.
ESTÁS LEYENDO
Sálvame [Foxy X Golden] FNAFHS COMPLETADA
Fanfic-Ya lo verás, yo lograré hacer sanar tus heridas, sin importar su profundidad ni tamaño. La vida de Golden está rodeada de sucesos desdichados, trágicos, hirientes... Al acudir al instituto FNAFHS conocerá a muchas personas que tendrán en su mano e...