Caminaba por las calles desoladas. Estaba perdido, calculaba que habría pasado más o menos una hora desde que huyó llorando como un niño pequeño. Aún había rastro de su llanto en sus ojos aguados y su nariz rojiza.
Se abrazó a sí mismo tratando de mantener su calor corporal y suspiró con cansancio haciendo que un humo blanquecino escapara de sus labios.
Decidió sentarse en el bordillo de la acera. Sabía que lo único que podía encontrar en esos momentos era o más gente como la de antes o más oscuridad y más calles enrevesadas.
Notó que alguien se sentaba a su lado dirigiendo su mirada de forma algo temerosa al contrario. Un chico de tez morena, cabello castaño oscuro y ojos como el cielo lo miraba con curiosidad. Tenía grandes dilataciones en sus orejas, una camisa de cuadros azules y unos vaqueros grises desgastados.
–¿Estás perdido?– preguntó el chico alzando una ceja.–
Golden tan sólo asintió desde su sitio sin siquiera mediar palabra.
–Lo suponía.– mencionó el chico con una sonrisita.– Se ve que no eres de estos barrios.– añadió con una leve risa.–
El rubio tan sólo apartó la mirada algo avergonzado. A pesar de esto una sonrisa salió de sus labios.
–Veo que no eres muy hablador. Soy Deuz. Si quieres puedo llevarte a donde tendrías que estar.– ofreció algo amable.–
–Yo soy Golden.– habló por fin el joven.– Y yo querría ir a casa de Foxy. No sé si sabras quien es.
El joven levantó el dedo índice y asintió, indicándole que conocía al pelirrojo.
–Sé exactamente donde vive. Vamos, antes de que se haga más tarde.
Por el camino iban entretenidos en una interesante charla. Deuz le explicó su cambio de actitud de antes y ahora, por los posibles rumores que podían haber llegado a los oídos del rubio. Por su parte, Golden le explicó su situación actual, sin entrar en muchos detalles.
–Bueno, pues aquí es.– indicó sonriente el moreno.– Yo me voy yendo ya.
– Muchas gracias Deuz.– agradeció el rubio.– No sé que habría hecho si no me llegó a encontrar contigo.– añadió en un suspiro.–
El de ojos azules tan sólo le guiñó un ojo y se despidió con la mano, dándose la vuelta acto seguido.
Él miró hacia la puerta de madera. Acercó los nudillos y dio dos toques rápidos.
La puerta no tardó más de tres segundos en abrirse, mostrando a un Foxy despeinado, con los ojos hinchados y rojos. Al verlo su boca se entreabrió y sus pupilas se empequeñecieron.
Golden esperaba una regañina, una pelea, insultos o cualquiera de estas opciones.
Pero, en vez de eso, lo recibieron unos cálidos brazos. Notó un calor cerca de él, abrasándolo como si de llamas se tratase. Cerró sus ojos, tratando de grabar el tacto de los brazos del pelirrojo, tratando de guardar los latidos que resonaban por sus oídos...
Foxy, sin separarse de ese abrazo, atrajo más hacia él al rubio, haciéndole entrar en el lugar. Cerró la puerta y se separó un poco del más bajo, mirándole a los ojos. Sus brazos aún sujetaban los del contrario con suavidad.
–¿Todo bien?– una pregunta simple, pero importante.–
–S-Sí. Yo...– comenzó a decir Golden con un potente sonrojo apoderándose de sus mejillas.– ¡Lo siento! ¡De verdad!
Foxy sonrió y acarició su cabello suavemente.
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Los primeros rayos de sol se colaron por la ventana de la habitación de Foxy. Golden entreabrió sus ojos, incómodo ante la luminosidad a la que estaba siendo expuesto. Se tapó con la manta hasta la cabeza, cerrando sus ojos con mucha fuerza.Sin embargo, otra cosa lo desconcertó. El calor que antes estaba junto a él desapareció de golpe. Abrió sus ojos viendo que a Foxy se acababa de levantar y estaba estirándose junto a la cama.
–¿Vienes hoy al instituto?– preguntó aún de espaldas.–
Golden tan sólo suspiró cansado. No, no tenía pensado ir, pero no quería ausentarse demasiado.
–No tienes porque venir.– aclaró Foxy.– Tampoco tienes que decirme el motivo.
Golden esbozó una leve sonrisa y posó de nuevo su cabeza en la almohada con suma calma. Cerró sus ojos con suavidad, sintiendo pronto como su cuerpo se volvía liviano y como su conciencia se comenzaba a nublar.
–Adiós.– murmuró Foxy a la vez que se alejaba lentamente de la habitación, intentando no hacer ruido para no despertarlo.–
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.El instituto estaba abarrotado de gente. El sol brillaba sobre el cielo azul, a pesar de que algunas nubes aún se podían apreciar en el azul fondo.
Foxy entró con sus dos manos tras su nuca, con una postura despreocupada. Se encontró en el umbral de la puerta a Bonnie caminando con su guitarra en la espalda. No dudó ni un segundo en correr para alcanzarlo y así poder entrar a la clase junto a él.
Los dos hablaban animadamente de temas triviales. Todo aparenta ser un día normal. No más sobresaltos, no más sorpresas.
Entraron al aula encontrándose con los típicos grupos parloteando en diferentes zonas de la habitación. Él se acercó a Chica y Freddy, que hablaban cerca de uno de los ventanales por el que entraba una brillante luz.
–Estoy algo preocupada por Golden. ¿Está mejor?– se dirigió la chica a Foxy.–
–Algo mejor está, pero ha decidido quedarse en casa.—lo excusó Foxy.–
La campana que daba comienzo a las clases resonó por el aula, haciendo que todos corrieran hacia sus sitios, saltando algunas sillas y mochilas por el camino.
El profesor entró con su carpeta en la mano y sus gafas puestas en la punta de la nariz. Posó todas sus pertenencias en la mesa y se subió las anteriormente mencionadas gafas con la punta de sus dedos.
–Buenos días chicos.– saludó el amable hombre.–
–Buenos días.– contestó a coro la clase al completo.–
–Chicos, hoy una alumna nueva estará entre nosotros.– comenzó a decir el hombre.–Quiero que le den una cálida bienvenida. Adelante querida.
Una joven de larguísimos cabellos verdes entró. Su piel era muy pálida. Era refinada y sus pasos eran suaves al igual que sus movimientos.
–Hola a todos, yo soy Cami.– se presentó la recién entrada con un leve acento extranjero.–
Chica miró a sus compañeros de forma afligida. Había visto a esa persona una vez, una sola vez, pero su cara quedó guardada en su cabeza como un nítido recuerdo.
¿Quién era exactamente Cami?
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Sálvame [Foxy X Golden] FNAFHS COMPLETADA
Fanfic-Ya lo verás, yo lograré hacer sanar tus heridas, sin importar su profundidad ni tamaño. La vida de Golden está rodeada de sucesos desdichados, trágicos, hirientes... Al acudir al instituto FNAFHS conocerá a muchas personas que tendrán en su mano e...