Capítulo 2

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Luisa.

La semana de examenes ha finalizado, por suerte podemos aprovechar algunos dias para dormir, descansar y poder salir a pasear.

Este es el primer fin de semana sin responsabilidades académicas, con Sabrina y Jeffrey pasaremos un rato juntos para disfrutar las breves vacaciones porque en pocos días tenemos que rendir los examenes finales.

— bien, ¿dónde iremos?. —
pregunto mientras me abrocho el cinturón de seguridad.

— vamos a jugar pool. — responde Jeff mientras conduce.

— soy la única en este auto que no sabe jugar a eso.

— te enseñaremos. — dice Sabry desde el asiento de adelante.

— ajam, ustedes con esa paciencia infinita que tienen. Claro.— pongo mis ojos en blanco, ellos no son para nada pacientes.

— tan sarcástica que duele, te volveremos buena Lulú.

Soy pesima para jugar al billar, mi hermano ya intentó enseñarme y ni siquiera puder meter una miserable bola.
Estoy segura que hoy no será la excepción.

Llegamos al bar, las luces tenues, la música de fondo y muchas mesas de billar son las primeras cosas que logran captar mi atención.

Jeff pide una mesa de juego y nos guían hasta ella para luego anotar nuestros pedidos.
La noche recien arranca así que vamos a ir con calma.

— agarra un taco Lulu, haremos dueto.

— somos tres, genio.

— otro integrante vendrá pronto, no te preocupes. Ahora practiquemos un poco.

Trato de imitar las poses de Jeff y sus golpes pero nada, no hay caso. Lo único que logré es que los otros jugadores se rían de mi inutilidad para el billar.

—te dije que no habría caso.

— disculpen la demora. — nada más y nada menos que Jacob, el chico matemático, está aquí.

— por llegar tarde harás pareja con Luisa. — menciona Jeff y Jacob me mira mientras hace una sonrisa.

— ¡perfecto!.

— no lo creo.-susurro pero ellos lograron escucharme.

— ¿no quieres ser mi pareja?.—Jacob levanta una ceja.

— no, soy un desastre jugando a esto. En menos de un minuto vas a opinar lo mismo.

— yo te enseñaré.

— el.-señalo a mi amigo. — lo intentó pero no hay caso.

— eso es porque no me conoces a mi, Jeffrey no es muy bueno en esto.

— ¡oye!.

Jacob rie un poco mientras busca un taco, analiza bien la mesa y se prepara para golpear la bola blanca logrando meter tres bolas de un solo golpe.

— ¡wow! Jacob será mi pareja de juego, por primera vez ganaré. Ustedes deberan pagar la cena.

La partida comienza, soy la cuarta en tirar. Aquellos tres han metido una bola pero yo no, ya me quiero ir.

— tu problema es la postura. — dice Jacob. — dejame ayudarte.

El se coloca detrás de mí, una de sus manos va hacia la mia y con la otra me rodea la cintura hasta llegar al final del taco.

— ahora mira una bola, ¿la tienes?. — dice en mi oído.

— si. — respondo.

— ¿cual elegiste?.

— la verde lisa.

— buena elección. Ahora necesito que pongas una pierna atrás de la otra, flexiona un poco tus rodillas e inclínate hacia adelante, pero solo un poco. Cuando estés lista, golpea.

Trato de hacer caso a sus indicaciones, pero entre el nerviosismo que tengo de que esté tan cerca y las ganas de golpear la bola, lanzo mi tiro de una manera un tanto... bruta.

—¡genial!.—festeja y alza su mano para chocarla conmigo.

—¡lo hice, no puedo creer!.— digo emocionada y aceptando su festejo.

—que buen apoyo te dió.— Jeff guiña un ojo.

—si, Sabrina aprendió igual. ¿Cierto Jeff?.

—a mi no me metan en sus asuntos. Correte niña que es mi turno.— Sabrina por poco me empuja, es que me ama.

Las tecnicas de Jacob me ayudaron, en toda la partida logré meter tres bolas en mis doce golpes. Tan mal no estuve.

¿O si?

— Jeffrey apurate, tengo hambre.

— no lo distraigas. — Sabry me codea.

La final está entre los chicos, están así por varios minutos hasta que Jacob logra meter la última bola.

— ¡ESO COMPAÑERO!. — grito y chocamos nuestras manos.

— bien, pagaremos la hamburguesa, es lo justo. Bien jugado, chicos.

— disfruta la hamburguesa compañera.

— ¿no vas a venir?. — pregunto.

— no, creo que seguiré jugando.

— no, tienes que venir. ¿Con quién te quedarás? No volveré a pagarte una hamburguesa, Jack. — Jeff se cruza de brazos.

— está bien, vamos.

Salimos los cuatro y subimos al auto de Sabrina.

Esta vez, yo voy adelante y los dos chicos atrás.
Hablan como cotorras, se rien entre ellos mientras que Sabrina y yo nos limitamos a escuchar la divertida platica.

— ¿cómo te fue en el examen de la otra vez?. — pregunta Jack mientras llegamos a la mesa con nuestras ordenes.

— bien, saqué nueve.

— felicidades.

— gracias, ¿cómo te fue en tu coloquio?. — pregunto antes de morder mi hamburguesa.

— no tan bien, pero tengo una chance más. Me tengo que preparar bien.

— ¿en qué año estás?. No recuerdo.

— en tercero, a punto de pasar a cuarto.

— falta poco, ¿siempre te gustó la matemática?.

— si. Antes de terminar la preparatoria sabia que debía seguir esta carrera. Desde niños siempre ayudé a Jack, ¿cierto amigo?.

— si. — responde luego de morder su hamburguesa. — de hecho, el me ayudaba con matemática y yo con literatura. Jack odia leer, llegó a primer año sin poder leer un párrafo de cualquier cosa.

— ¡eso no es cierto!.—se queja Jacob pero nosotros reímos. Jack lo dijo con tanto encanto, imposible no hacerlo.

— ¡qué si! Recuedo que teníamos que leer una colección de Edgar Allan Poe y este apenas había leído el resumen del Corazón Delator.

— es cierto que no me gusta leer pero Jeffrey exagera las cosas.

— Jeffrey es un ratón de biblioteca. — agrega Sabry quién estaba muy callada.

— ¿de qué lado estás? Tu eres mi amiga.— se queja Jack en un tono de indignación.

—yo solo agregué lo que todos ya sabemos. Además, eso es una virtud no te puedes quejar de eso.










BrokennessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora