capitulo 20

39 1 0
                                    


Jacob.

—¡JACOBINOOOOO!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡JACOBINOOOOO!.

— te veo muy instalada en mi casa.

— yo también te extrañé.— Stella está sentada en el sofá y estira sus brazos para que la abrace.— te esperé toda la tarde.

— hoy hice varias cosas.

— lo sé, tu mamá me contó, casi le pido un pijama para dormir porque yo no me iba a ir de aquí sin antes hablar contigo. ¿Cómo te fue con la chica?.

— todo marcha muy bien, demasiado bien para ser real.

— Jacob, sos mi mejor amigo, te quiero como un hermano y por eso tengo que decirte que a mi no me gusta esta relación, no va a terminar bien.

— ¡ya vas a empezar de nuevo!.— digo y tras ello me pongo de pie y ella me sigue el paso.

— lo voy a repetir para que el dia de mañana pueda decirte: "te lo dije". Jack tu no eres...

— no importa. Valoro mucho tu amistad pero si te vas a entrometer en esto, lo mejor será que no te cuente absolutamente nada de mi relación con Luisa.

— es la única vez que lo diré, yo no te voy a decir que es lo que tenes que hacer.

— es lo que necesito, solo quiero que me apoyes en esto. Hoy hablé con mi papá, está en la ciudad.

— ¿qué quiere?.

— no lo sé, imagino que pedirme algo pero no estoy tranquilo sabiendo que está aqui. Me pidió que no le dijese nada a mi mamá pero claro que se lo diré.

•••••••••••


Camino costeando la avenida, sumergido en mis pensamientos sobre mi vida y mis decisiones. Decisiones como la que tomé el dia de hoy: volver a ver a mi papá.

El me llamó hace dos dias, contandome que estaba aquí, que nos ha encontrado en esta "maldita" ciudad. Que curioso que odie con tanta pasión su ciudad natal.


Cruzo por las puertas del restaurante y a lo lejos lo puedo ver. Esta casi calvo pero ese semblate serio y de pocos amigos lo reconozco a kilómetros.

— hola papá. 

— Jacob, mi hijo amado.— se pone de pie y me abraza. Nunca antes me había abrazado tan fuerte como ahora.— siéntate. ¡wow, tu cabello! ¿Le sacaste el tinte a tu madre?.— apenas rie por su chiste.

— por lo menos tengo una melena, ya quisieras ocultar tus canas... pero no las tienes, ¿desde cuando comenzaste a perder el cabello?.

— mi comentario no era para que te pongas a la defensiva.

— si hablas de mi madre yo no puedo controlarme.

— no la volveré a mencionar. ¿Cómo has estado?.

— estoy bien y muy feliz. ¿Qué tal tu vida?.

— buena, hay muchísimos negocios en juego, no me puedo quejar.

El mesero interrumpe nuestra charla para anotar nuestra orden y tras ello, se va.

— ¿para qué me buscaste?. Sé que odias esta ciudad, la verdad aún no creo que estés aquí.

— ya sabes hijo, podré estar ausente, a lo lejos pero siempre sé en donde están. 

— el padre del año. — susurro antes de darle un sorbo a mi copa de vino.

— Jacob, yo sé que me equivoqué mucho con ustedes, mi familia. Pero al menos quiero tener un lazo con vos, con Connor, con mis hijos.

— papá, es un poco tarde para eso. Yo solo vine para escucharte y saber como estás pero a mi hermano no le importa, a el lo perdiste para siempre.

— ya buscaré la manera de acercarme a tu hermano.

— ¿lo vas a perseguir por todo San Luis?.

— no, pero soy persistente, no me daré por vencido.

— ¿me vas a decir que es lo que quieres?.

— primero almorcemos.

Yo sabía que todo este circo era para pedirme algo, el no va a venir hasta aquí por un simple abrazo y un te quiero.

— padre, no tengo mucho tiempo. Dime ya que pasa.

— tengo un problema, hay un local que quiero comprar pero no estoy logrando. Existe alguien más terco que yo, ¿puedes creerlo?.— rie por lo bajo.

— no entiendo, ¿piensas que conozco a todas las personas que viven aqui?.

— no a todas pero si a una en particular. A la que necesito yo sé que tu la conoces muy bien. Sin más rodeos: se trata de tu novia.

— ¿de Luisa?... ¡Espera!. ¿Cómo sabes qué tengo novia?.

— esto te confirma que yo sé todo.

— no tengo doce años para que estés siguiendome el paso. Puedo demandarte si junto pruebas.

— Jacob, calmate. El destino los unió y veo una muy buena ventaja con esto. Ayúdame a que Luisa venda el local y te recompensaré.

— no. Y no quiero tu dinero, no me vas a comprar.

— yo no te iba a pagar ningun centavo, si lo haces te contaré sobre la caja que encontraste en mi casa. ¿La recuerdas?.

— ¿y por qué me interesaría saber sobre esa caja?.

— no te veo hace tiempo pero justo ahora tienes la misma expresión de cuiriosidad que el dia que encontraste esa caja llena de fotos y papeles. Yo te dije que eso es información de nuestra familia, de la historia de tu legado. Sé que quieres saberlo y te lo contaré. Ahí entenderas por qué aborresco tanto este lugar.

No voy a mentir, curiosidad es mi segundo nombre. Sé que el local es algo muy especial para Luisa pero esto es en parte mi identidad y sé que hay secretos en mi familia que aun no sé.

— haré lo que pueda.

— sabia que no ibas a defraudarme. Jacob, esa chica no es para ti. Si tan solo supieras lo que su padre nos hizo. Pero en fin, no hablaré demás. Gracias hijo.

— comprendo un poco lo que estás diciendo. Quizas leí una carta que estaba en esa caja, creo que entiendo apenas a lo que te refieres.

— en tus venas corre nuestra sangre, no hay dudas que seremos un gran equipo.

BrokennessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora