Capitulo 10: Amor

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Miroku lo miró con su ceño fruncido.

Miroku : Aguarda un momento, aún no sabemos cuales son realmente las intenciones de esas sirenas y no podemos matar a una de ellas o tendríamos muchos problemas-. Dijo convencido.

Bankotsu : ¿Qué te pasa?, Inuyasha está secuestrado en la isla de esas sirenas y tu decides ahora que... ¿debemos perdonarle la vida a esas miserables?-. Espetó malhumorado.

Myoga : El señor Bankotsu tiene razón, Joven Miroku. Si esas sirenas secuestraron al amo InuYasha es por que no traman nada bueno-. Coincidió con las palabras de Bankotsu.

Miroku : Haremos esto, iremos a esa isla y averiguaremos que sucede, si InuYasha está en peligro, secuestraremos a esa sirena ya que parece ser muy importante para ellos y si nos atacan,... la eliminaremos-. Propuso no muy convencido de esto último.

Bankotsu : De acuerdo-. Aceptó fríamente.

Myoga no objetó palabra, pero concordó con la propuesta de Miroku.

Miroku :Bien, partiremos esta misma noche, para mañana ya debemos tenerlo con nosotros, debemos hacerlo antes del amanecer-. Propuso a su hermano mayor.

Bankotsu : Bien, será lo mejor, no quisiera que esas sirenas, nos vean rescatándolo o tendremos que presentarles batalla, aunque eso es lo que menos me interesaría, ya que tarde o temprano, me encargaré personalmente de enviarlas al infierno-. Masculló apretando un pedazo de piedra hasta convertirlo en polvo

Más tarde y ya más avanzada la noche, el mayor de los hermanos, preparó unos rifles y bastantes municiones. Miroku tomó el suyo y subió al barco que los llevará a la isla. Bankotsu y Myoga abordaron después de cargar provisiones para el viaje y algunas armas y 5 soldados bien equipados para rescate y a la hora partieron a la isla.

Mientras tanto, allí, Inuyasha estaba sentado en una enorme roca que daba a la orilla del mar, bien en lo profundo de la playa y en donde generalmente, las sirenas se suben en ella a entonar sus dulces canciones, estaba comiendo algunas frutas que recogió de los árboles que había en esa isla ya que tenía hambre y no había comido nada en todo el día, mientras comía, sintió un ruido en el agua muy cerca de el, pero vio que se trataba de una de las sirenas, era Kagome.

La joven sirena, trepó con sus manos a lo alto de la roca y se sentó bien pegada a Inuyasha

Inuyasha : ¿Qué haces aquí?-. Preguntó con desdén.

Kagome : Es nuestra roca, aquí solemos venir a cantar-. Respondió con frialdad.

Inuyasha : ¡Oh!, lo siento, no sabía eso, pensé que ustedes iban a las rocas y corales más altos que asoman del mar a entonar sus melodías-. Se excusó

Kagome : No te preocupes, supongo que no sabías que solemos venir aquí a cantar, y si, es como tu dices siempre vamos a los corales y rocas que están a lo lejos en el mar-. Dijo alegremente.

El joven príncipe, siguió comiendo sus frutas y luego de terminarlas, se levantó, ante la atenta mirada de Kagome que lo vio dejar las semillas y restos de frutas bajo un pequeño pozo en la tierra junto a los árboles y regresó a su lado. La joven princesa de los mares, sonrió al verlo nuevamente y por instinto apoyó su cabeza en el hombro derecho de Inuyasha que enrojeció al verla.

Pero su escena romántica, era seguida muy de cerca por la perversa bruja Urasue que rió maliciosamente al saber que por ahora todo iba sobre ruedas, sabía que Kagome llevaba dentro de su sostén de caracoles marinos, el caramelo que la convertirá en humana, pero en realidad ese no era el verdadero caramelo, el original se lo había quedado Kikyo para llevar a cabo su plan malévolo y no siguió las órdenes de Urasue que le dio claramente las indicaciones que ese caramelo debía ir para Kagome y el que tiene la princesa de los mares debía ir para Kikyo.

La isla de las sirenas ( InuXKag ) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora