Maratón 5/5
Inuyasha empezó a dudar un poco de si volver a la isla, ¿qué pasaba si el rey Tritón se enteraba que sus hijas volvieron a tener un encuentro con humanos?, la volverían a castigar y el no sabe el castigo que había sufrido Kagome al permanecer encerrada en su cuarto y castigada por sus acciones.
Inuyasha : No se,... dimos nuestra palabra de no volver allá y sobre todo se lo prometimos a tu padre, y el mío-. Dijo con seriedad.
Kagome : No te preocupes por ello, estoy segura que mi padre ya sabrá toda la verdad acerca de esa desgraciada de Kikyo. Anda, ven a la isla, debes oír toda la ponzoña que esa maldita tiene que confesarte-. Afirmó tomando de su manos con suplicia.
Inuyasha se mordió su labio de abajo y la miró, ella le hizo dos parpadeos y sonrió inocentemente. El joven príncipe, se puso de pie y llamó a Myoga, que acudió de inmediato.
Myoga : ¿Qué desea, amo Inuyasha?-. Preguntó.
Inuyasha : Prepara una pequeña barcaza, partiremos tu y yo solos a la isla de las sirenas, parece que hay algo muy importante que debemos saber-. Dijo severamente.
Myoga : Pero, señor. Su señor padre no quiere que vaya allá-. Musitó sorprendido.
Inuyasha : Te aseguro que si es verdad lo que van a confesarnos, mi padre cambiará de parecer. Anda, trae una y partiremos de inmediato-. Ordenó.
Ante la orden de su señor, Myoga preparó una barcaza y partieron junto a lo que fue la isla de las sirenas. Kagome los seguía desde la superficie del agua, nadando a la misma velocidad de la barcaza y llegar cuanto antes a la isla, mientras tanto, allí, una nerviosa Kikyo permanecía prisionera de unas enfurecidas sirenas, la habían desnudado y le hicieron de todo, como atarla con fuertes tiras de raíces de algas, bien resistentes y fuertes.
Las sirenas siguieron entonando esa melodía lúgubre y estridente, con ello lograban atormentar la mente de Kikyo y hacerla pagar por sus males, pero ella juró decirle la verdad a Inuyasha con tal de que no la sigan torturando con sus cantos, pero las sirenas estaban tan furiosas que difícilmente no dejen que Kikyo se la lleve de rositas.
Más tarde, Inuyasha y Myoga, llegaron a la isla, acompañados por Kagome que estaba feliz de volver a ver a sus hermanas y del escarmiento que le estaban dando a Kikyo. Inuyasha y Myoga, vieron a la sacerdotisa, atada de pies y manos y totalmente desnuda, sentada en un coral, estaba ojerosa y despeinada, trató de fingir lástima y pena para convencer a Inuyasha, pero recordó rápidamente lo que las sirenas eran capaces de hacerle y que prometió decir toda la verdad.
Inuyasha y Myoga, se acercaron al coral, pero las sirenas los pararon diciéndole que esperen en el borde de la isla donde estaban los corales y un hermoso sembrado verde lleno de blancas flores y aunque el encapotado cielo, era lo único que empañaba el hermoso panorama. Todo hacía presagiar un final feliz para Kagome, pero no todo sería como ella lo esperaba.
Inuyasha y Myoga, vieron como las sirenas, llevaron a Kikyo hasta la orilla, la había empujado del coral como un saco de papas y llevarla nadando, tomándola de los brazos y dejándola en la isla, ambos hombres la ayudaron a subir al suelo, ya que al estar atada de pies y manos no podía moverse y las sirenas desde el agua, ayudaron a que suba a tierra firme. La dejaron bien cerca de la orilla y tanto Myoga como Inuyasha se sentaron algo más alejados y las sirenas rodearon la isla. Entonces, Inuyasha empezó el interrogatorio.
Inuyasha : ¿Bien que sucedió aquí?, ¿qué es lo que tienes que confesarme según Kagome?-. Preguntó severamente y con enfado.
Kikyo : Verás, yo,... soy la culpable de todo-. Gimoteó tristemente.
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La isla de las sirenas ( InuXKag ) [Terminada]
RomanceInuyasha Taisho un joven de 21 años busca la cura para la enfermedad para su padre que tiene una grave enfermedad, lo que hizo fue comer carne de sirena para obtener la juventud, pero fue una mentira para que el rey lo comiera. Kagome higurashi es u...