Capitulo 11.

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Limpió bruscamente su mejilla con la mano para quitar el rastro de lágrimas, no podía creerlo, no quería, joder no. Él no jugaba con las personas y Dulce menos, su hermana sabia lo que ella sentía por Dios, Dul nunca sería capaz de hacerle eso; sacudió la cabeza desasiendo la coleta que tenía en el pelo y que se ponía para limpiar. Bajó las escaleras rápido antes de que se arrepintiera y subiera para seguir escuchando a la loca que tenía por jefa, quizás era masoquismo pero no podía evitar la voz que le decía que ahora todo tenía sentido, el porqué estaba raro, porqué no la quería besar, cuando desaparecía.

Era imposible que fuera Maite, ella se iba temprano junto a Christian y la única que quedaba en casa era Dulce.
Soy una tonta, si, lo era, solo que aún no sabía si era por creerle a Paulina o dudar de su hermana.
Pasó por la cocina hacia la puerta trasera para salir a la cabaña, tenía que hablar con Dulce, todo debería tener otra explicación obvio que la tenía. Aunque eso no quitaba que Alfonso se haya acostado con Paulina... No, pensar en eso la ponía peor. Debió imaginarse que él no podría estar todo el verano sin .. sin... Nadie.

Pero ahg ¿es neta? ¿Tenía que ser la loca? Aunque bueno, ella no era fea, todo lo contrario pero no quería ponerse a comparar ahora, suficiente tenía con lo que se imaginaba. Sin darse cuenta llegó hasta la cabaña, tuvo que respirar profundo y calmarse antes de abrir así que simplemente se quedó en la puerta mirándola fijamente mientras ordenaba sus ideas.

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Sonrió sin poder evitarlo y cerró la cortina, había sido tan fácil engañarla casi tanto como haber adivinado la situacion. Alfonso era muy convincente pero la pequeña Ani no sabía mentir ni disimular, ver el porqué de su sonrojo cada vez que servía la cena o como se quedaba absorta mirando al amargado pelinegro le había dado la razón, allí pasaba algo.
Ver como Alfonso le devolvía las miradas, eso sí había sido una sorpresa pero muy a su favor, quién pensaría que teniendo tantas mujeres se fijaría en ella, algo irónico a decir verdad. Ahora Alfonso iba a pagar no haberla ayudado, no sabía que era lo que escondía pero esas visitas a casa de las sirvientas mientras la rubia no estaba era la cereza del pastel más perfecto.

Esta vez sí rió. Eres una genio Pau.

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—Te lo aseguro, pronunciaste todas bien— dijo mientras cerraba el cuaderno con la lección del día y el asintió aliviado— Ya puedes saludarla y entender más o menos lo que habla — rió un poco mientras el le sonreía.

—Gracias por esto Dulce—agradeció el con algo de timidez haciéndola sonreír.

—Oye tú tranquilo, todo esto que haces por ella me hace ver cuánto la quieres— dijo con una sonrisa e hizo una mueca— Admito que no estaba muy segura con respecto a ustedes, sin ofender, eras muy imbécil— dijo con burla y el hizo una mueca— Pero es lindo que te esfuerces en esto por ella. Ani es muy frágil aún, nosotras...—suspiro con pesar y tragó fuerte— Hemos sido muy egoístas al dejarla llevar todo este peso.

—Yo no la veo frágil Dul, todo lo contrario, es muy fuerte para enfrentar todo esto— Poncho resopló algo desilusionado— A veces creo que no estoy haciendo bien. Soy mayor que ella por mucho y no he sido un santo, me arrepiento de muchas cosas y tengo que controlar otras— hizo una mueca que Dul siguió, ya Ucker le había dicho de algunos problemas de ira que tenía Poncho— Dios, me siento un imbécil por gustarme que ella sea así de dulce e inocente, creo que la estoy limitando. A ella le falta conocer, salir con otros para ver qué es lo que quiere.

—Pero ahora te quiere a ti— lo corto la pelirroja para darle ánimos— No te pongas a pensar en eso, cuando el corazón elige no importa lo que habías planeado, si quieres otra cosa o no, él sabe lo que necesitas— se encogió de hombros— No le des tantas vueltas pensando si te lo mereces o no, disfrútalo y has lo posible para merecer ese amor o solo devuelvelo, te aseguro que con eso basta y sobra.

International Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora