Capítulo 17

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—¿Estás de broma no? —el silencio que siguió a la pregunta incrédula del castaño hizo que este se estremeciera. Miró rápidamente a su costado donde permanecía la pelirroja mirando a la nada— ¿Dulce?

Pero ella no quería responder, estaba demasiado nerviosa para eso; mantenía las manos furiosamente apretadas a sus costados ignorandolo deliberadamente.

— ¡Mierda! Jodida mierda— murmuró en alguna clase de trance apretando el volante—¿Cómo demonios...? No olvídalo, yo sé cómo pero ¡Joder! Ni siquiera tengo trabajo aquí. ¿Qué voy a hacer ahora? —el pánico poco a poco lo hacía hablar de manera más nerviosa y sin tener en cuenta su lado racional siguió con su retahíla.

>>Joder, me van a matar, no, me voy a morir. Dios mío ¿Que hago? Joder joder joder ¿Y si es niña? ¿Cómo carajos se hace una trenza? ¿O si es niño y se parece a mí? ¿Alfonso dice que yo era insoportable... Si no soporto a mi hijo? Mierda, esto no tenía que pasar as... ¡Joder, Dulce!

El silencio de la noche se cortó por el sonido chirriante de las llantas del coche al pisar el freno a fondo y el de la puerta cerrarse de golpe. La pelirroja en un trance la había abierto sin importarle que estuvieran rodando.
Las respiraciones de ambos se encontraban agitadas con los cuerpos hacia adelante por la inercia.

De golpe la pelirroja abrió la puerta y salió al frío de la madrugada. Christopher trató de normalizar la respiración mientras veía la figura de la chica alejarse a paso rápido por la carretera.

Dulce se abrazó a sí misma para protegerse del frío tratando de retener las lágrimas que querían correr por su rostro. Escucho a lo lejos su nombre y luego sintió el tirón del hombro; Ucker la tenía agarrada del antebrazo y aunque trató no pudo soltarse de él.

—¡Dulce basta, vuelve al auto!

—¡No!

El sollozo que siguió a su grito lo dejo paralizado por unos segundos.

—¡Sueltame maldita sea! ¡Eres un imbécil y egoísta!— gritó tratando de alejarse de el. Dio dos pasos hacia atrás mientras lo apuntaba— ¿¡Tu crees que yo planee esto!? ¡Pues no! Lo último que quería era quedar embarazada antes de terminar la universidad ¡y más de alguien como tú!

—¿Cómo yo?

—Eres un imbécil, egoísta, egocéntrico, inmaduro y mentiroso ¡Que me amabas, por Dios! Ya a la primera vienes y me hechas en cara todo ¿Cierto?

—Yo no...

—Tu te callas— lo corto fulminandolo con la mirada— A la única que le va a cambiar la vida... ¡es a mi! Yo soy la que va a tener que dejar la residencia, yo soy la que va a tener que buscar trabajo, yo soy la que...

—Lo dices cómo si yo te fuera a dejar sola.

Dulce cerró la boca de golpe y lo miró con los ojos entornados, parpadeo varias veces antes de fruncir el ceño y soltar la primera lágrima.

—Tu solo te estás preocupando por ti —murmuro con un leve temblor en la voz, Christopher dio un paso hacia ella pero la pelirroja dio otro hacia atrás para alejarse, las manos le temblaban de rabia y miedo contenido viendolo acercarse a ella tratando de tocarla— ¿Tú crees que a mí no me afecta esto? No sé qué hacer Christopher —bajo las manos y por fin dejó salir los sollozos que tanto había evitado. Sin perder tiempo Ucker cortó la distancia entre ellos y la abrazó. Dulce se aferró a él, Ucker la aferró de la cintura y le acarició el cabello— No puedo... No voy a poder ¿Cómo voy a cuidar a un niño?

—Tu vas a poder, cariño. Yo estoy aquí y tus hermanas también.

—Tu no lo quieres —dijo con voz quebrada y el suspiró fuerte.

International Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora