Caputulo 15.

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—No entiendo que tendríamos que hablar de él— evadió Anahí alejándose de ella tan pálida como si fuera un fantasma. Dulce suspiró y se acercó a ella.

—Haz estado muy extraña estos días chaparra y eso nos preocupa— dijo la pelirroja mientras la tomaba por los hombros. Anahí alzó la vista hacia ella y negó.

—Ya les dije que no me pasa nada.

—Mira Ani necesito que me digas la verdad. ¿Que pasó en la cabaña como para que te fueras llorando?—dijo con el rostro serio. La rubia la tragó grueso y apartó la vista de su hermana al hombre que aún se encontraba en la cama.

—Tu lo sabes—murmuro jugando con sus manos—Pudiste decírmelo, tenías que decirme— se le quebró un poco la voz. Poncho abrió los ojos al sentir las lágrimas en la voz de Anahí a través de la neblina del sueño; trató de enfocar la vista pero solo pudo ver su espalda y su cabello mientras Dulce se encontraba cerca de la puerta.

—Es que no hay nada que decir Ani, te estás creando cosas en la cabeza— trató de razonar la pelirroja acercandose a ella. Anahí negó con la cabeza negada a alzar la vista.

—Yo los ví, a los dos— murmuró con voz ahogada limpiándose algunas lagrimas— Vi todo, Dulce. ¡Los escuché!— gritó mientras la recorría un estremecimiento al recordarlo— ¡Escuché lo que te decía! ¡Aprendió a hablar español por ti! ¿Cómo quieres que me sienta si descubrí que jugó conmigo? ¿¡Qué, como siempre, lo único que quería era acercarse a ti!?— el nudo en el pecho le crecía cada vez más y las lágrimas corriendo por sus mejillas, sin embargo aún sintió ese pinchazo de culpa al ver las lágrimas en los ojos de Dulce.

—Ani las cosas no son así. Mira— la pelirroja respiró profundo para evitar las lágrimas que por alguna razón pedían salir— Lo que viste y escuchaste estuvo fuera de contexto. Poncho...— Anahí volteó la vista dolida cuando la escucho; lo que sentía era tonto, pero el animalito de los celos se hacía presente, se suponía que ella le decía así... Exaló un suspiro fuerte y se frotó los brazos con las manos.

—Ya, Dulce basta. Yo no soy tonta ¿sabes?. Yo sé lo que soy, y parece que nunca soy suficiente— dijo en un amargo murmuro y salió corriendo de la habitación. Dulce la siguió con la mirada a punto de decirle algo pero el sonido de algo cayendo la distrajo. Volteó la cabeza y abrió los ojos sorprendida al ver a Alfonso tirado en el piso a un lado de la cama; el sonido lastimero de un gemido proveniente del pelinegro la saco de su trance y se acercó a él rápidamente para ayudarlo a levantarse.

—Dios mío Alfonso, ¿En que estabas pensando?— dijo entre dientes mientras hacía fuerza para subir un costado de el hasta la cama.

—Ani... Lloraba...—dijo sin aire y haciendo una mueca de dolor cuando se pudo sentar en la orilla de la cama con la ayuda de la pelirroja— ¿Por qué?— preguntó con el ceño fruncido y ella suspiró, trató de hacerlo acostar de nuevo pero el pelinegro se negó— ¿Por que lloraba?.

Dulce lo miró rendida y asintió con renuencia para si. Aún tenía que hablar con Anahi, y no creía que la intromisión de Poncho sirviera de mucho, cuando a Ani se le metía algo a la cabeza rara vez cambiaba de opinión; Aunque... Tal vez si Poncho le explicaba las cosas... No, el se iba a enredar con la explicación.

—Primero cálmate, recuerda que debes guardar reposo hasta que se te baje la fiebre o el dolor— reprendió la pelirroja mientras lo empujaba a la cama y resoplaba— Ani tiene una ligera confusión sobre lo que pasó hace unos días en la cabaña— la mirada fija con el ceño fruncido de Alfonso hizo rodar los ojos de Dulce— Anahí cree que lo que escribiste fue para mi—los ojos de Alfonso poco a poco fueron enfocándose mejor hasta que se abrieron con sorpresa aún brillando con confusión— ¡Ay Alfonso, reacciona! ¡Anahí cree que no la quieres! Hablé con ella y piensa que jugaste con ella y que querías estar conmigo. ¿¡Te das cuenta de lo que te digo!?

International Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora