En el pueblo

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Llevo toda la noche junto a Teemo, no he dormido, pero no me importa. Ya está amaneciendo. He conseguido extraerle la flecha y detener el sangrado pero aun así necesita un medico urgentemente.

El proyectil se había alojado en su hombro derecho, ha tenido suerte, si le hubiera alcanzado un poco más centrado en el pecho no lo habría contado.

El pueblo está a un día de camino pero si me doy prisa es posible que llegue antes de la puesta del sol, allí debe de haber un médico que pueda atender a Teemo como es debido.

Con esa idea en mente puse a Teemo en la carreta con su saco de dormir, quise tardar lo menos posible y le ordene a Macario que cabalgara tan veloz como le fuera posible, aunque no se lo dije con palabras, me entendió.

Llegue unas cuatro horas más tarde, el pueblo era... bueno, como un pueblo. Podría llegar a los quinientos habitantes fácilmente. Dejé a Macario en un establo y comencé a preguntarle a la gente por un médico, hasta que me dieron la dirección de una casa, se supone que un curandero ha venido al pueblo, o eso me dijeron. Cargue con Teemo hasta la casa.

Cuando llegue tardaron unos diez segundos en abrir. La persona que nos abre la puerta es Soraka. ¿Qué hace Soraka aquí? Ella vive en Jonia.

Su cara de sorpresa lo decía todo. Ella sabía perfectamente la rivalidad entre Teemo y yo y seguramente le extrañará que le esté cargando hasta su casa.

-¿Veigar? ¿¡Qué le hiciste a Teemo!? -

-¿Yo? Nada, nos atacaron en el camino, necesita ayuda urgente. Está herido y ha perdido mucha sangre -

-Está bien, entra- Y así hice, la atenta mirada de Soraka estaba puesta en mí, seguro que desconfia.

Nos llevó a una habitación que claramente era para atender a personas, no creo que nadie tenga un equipo médico en su habitación por gusto.

-Pon a Teemo en la cama- Su voz era fría pero aun así hice lo que me ordeno.

-Veo que has utilizado un conjuro sanador de bajo nivel, eso probablemente le haya salvado del desangrado pero no es suficiente, ya me encargo yo del resto. Ve al salón y espera allí, saldré en un momento- Me di la vuelta y antes de salir del cuarto Soraka me interrumpió- Ya hablaremos-

Pasaron otras dos horas antes de que Soraka saliera, estoy sentado en un sofá marrón con los pies colgando. Se sentó en un sillón delante de mí. Le dije con la mirada que me contara sobre el estado de Teemo.

-Está bien, ya no hay peligro. Está en coma y no despertara hasta mañana como mínimo-

Solo la observe sin decir ni una palabra.

-Dime Veigar, ¿Por qué le has salvado? Realmente no lo puedo entender-

-Pues la verdad, no lo sé, creo que fue porque él me salvo antes y quise devolverle el favor-

-Ya veo, me alegro que lo hicieras. Teemo es un yordle de muy buen corazón y un buen amigo, seguro que si le hubieras conocido en otras circunstancias habrías sido amigos- Eso ya lo sé, sé que Teemo tiene un corazón generoso y amable. Yo diría que su corazón es el más puro que jamás haya visto.

-¿Y tú, que haces en Kumungu?-

-Lo mismo te podría preguntar yo. Un hombre contrajo una enfermedad contagiosa aquí, solo estoy para curar al hombre y evitar que la enfermedad se propague-

-¿Así que estas aquí solo por temas sanitarios?- Por un momento pensé que sabía del ataque de Noxus y había venido a dar apoyo a la ciudad ya que Jonia y Bandle son aliados.

-Sí, así es. Mientras Teemo se recupera puedes quedarte en la habitación de invitados, voy a hacer de cenar, tu estomago no ha parado de rugir desde que llegaste- La verdad es que no he comido desde ayer y ya casi está anocheciendo, decir que tenía hambre era poco.

Mientras Soraka hacia la cena me quede en el salón pensando. Pensé en todo lo que sucedió estos últimos dos días, pensé en Teemo, pero sobre todo pensé en la razón por la cual yo le había salvado la vida. Sí, es cierto, él me había salvado antes de los soldados noxianos, pero soy malvado y la idea de salvarle la vida a alguien solo porque ese alguien te había salvado antes me parecía estúpida. Solo sé que algo dentro de mí me decía que no podía dejarle morir.

Durante la cena pude contemplar mejor la casa en la cual me hospedaría. Esta esta constituida por un gran salón, el cual servia también de comedor y sala de estar, seguido de un pasillo a la derecha el cual llevan a la habitación de Teemo, la de invitados, la de Soraka y un baño, a la izquierda del salón se encuentra la cocina. Al acabar de comer me dirigí a la habitación de invitados que está justo al lado de la habitación donde esta Teemo. Tengo sueño, pero cuando mire la puerta del cuarto de Teemo no pude evitar entrar.

Todo está en silencio, solo la respiración del yordle inconsciente se escuchaba en el cuarto, me acerque a la cama y le mire a la cara a mi rival. Parecía tranquilo, como si realmente no le hubiera pasado nada. Pase como media hora mirando su rostro, la verdad es que es realmente atractivo. ¿¡En que estoy pensando!? Como voy a pensar así de él.

-¿Por qué te preocupas tanto por él?- La voz de Soraka me sobresalto.

-¿C-Cuánto tiempo llevas ahí?- Está apoyada en la puerta mirándonos.

-El suficiente. Sois rivales, y según lo que me contaste no has dormido en toda la noche y estás realmente preocupado por él. ¿Por qué le salvaste?-

-No lo sé- Susurre- ¡No lo sé!- Levante el tono de voz -Realmente no lo sé-

-¿Es posible que estés comenzando a sentir cosas como la compasión, la generosidad, o incluso, el amor?-

-No, yo no puedo sentir cosas tan innecesarias como esas-

-Sea la razón que sea, has hecho bien- Se marchó, y yo también debería hacerlo, pero no sin antes darle un último vistazo a Teemo.

Llegue mi habitación y me dispuse a dormir, la cual cosa me costó. Tenía un lío en la cabeza, es posible que lo que dijera Soraka sea verdad, a lo mejor estoy cambiando.

Pase media noche dando vueltas en la cama hasta que finalmente conseguí dormirme con la melodía de la jungla como canción de cuna.

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