Desperté a la voz de Soraka quien golpeaba a la puerta de mi habitación.
-Veigar, el desayuno está listo, date prisa o se enfriara- Dijo tras la puerta. No quise demorar mucho por lo que me vestí para salir al comedor y encontrarme a Soraka metiendo varias medicinas y aparatos médicos en un maletín.
-El desayuno está en la cocina, también he hecho para Teemo por si se despierta, yo tengo que ir a visitar al hombre enfermo del que te hablé ayer- Me quede viéndola mientras ella recogía el maletín y se dispuso a marcharse, pero antes de cruzar el marco de la puerta se detuvo y volvió a hablar-El baño esta al final del pasillo, deberías ducharte- Y con eso, se fue.
Tenía razón, llevo sin ducharme varios días, por lo que estoy sudado y huelo horrible.
Después de comer y asearme me dispuse a entrar en mi habitación para vestirme, cosa que no pude hacer ya que me quede viendo la puerta de la habitación de Teemo una fuerza desconocida me impulso a entrar con solo una toalla alrededor de la cintura.
Teemo seguía allí, inmóvil, con el rítmico sonido de su respiración para decirme que seguía vivo. Me senté en la cama junto a él.
En verdad quería que despertara, me sentía mal al verlo tan, apagado y sin esa sonrisa que le caracteriza. Me quede viendo su rostro, en especial sus ojos. ¿Por qué siempre los tenia cerrados? ¿Qué será lo que esconde? ¿De qué color serán, azul como el océano o marrón chocolate?
Seguí imaginándome a Teemo con varios tonos de color de ojos mientras le miraba fijamente. Una gota de agua cayó en el rostro de Teemo desde mi pelo aun mojado lo que hizo que este reaccionara y abriera los ojos.
Un tono de verde esmeralda fue lo que sus parpados escondían cada día. Me perdí en esos ojos que para mí se han vuelto los más hermosos que haya visto jamás.
-¿V-Veigar, q-que e-estás haciendo?- Tan absorto estaba en sus ojos que no me di cuenta en la incómoda situación en la que estábamos. Yo estaba casi encima de él semidesnudo, mirándolo fijamente. Pude notar como un sonrojo comenzó a aparecen en sus mejillas, y en las mías también. De forma brusca me enderece e intente explicarme.
-Yo...eh, esto... veras...-
-¿Qué es lo que ha pasado?-
-Eh...-Me alegro de que cambiara de tema, porque así me libraba de tener que explicarle el cómo habíamos acabado en tan vergonzosa situación.
-¿Qué es lo último que recuerdas?-
-Estábamos de camino hacia al pueblo cuando nos atacaron dos humanos, me encargue de ellos pero no me di cuenta de que un tercer hombre nos estaba apuntando con un arco hasta que me lo dijiste, me di la vuelta y lo elimine-
-Bueno, después de que te encargadas del tercer hombre, fuiste alcanzado por su flecha y caiste al suelo. Conseguí salir de la jaula y traerte hasta el medico del pueblo que resulta ser Soraka que se encontraba en la localidad, fue ella la que termino de curarte-
-Pues que bien, me alegro de seguir vivo- La última palabra vino acompañada de una sonrisa, pero esta vez se sintió diferente. Esa sonrisa, la misma de todos los días, hoy me hacía sentir diferente, una agradable sensación de calor apareció en mi pecho, lo que me hacía sentir feliz.
-E-eh, Soraka no está, pero me ha dicho que tienes el desayuno en la cocina, seguro que tienes hambre, ¿a que sí?-
-Pues la verdad es que sí, me estoy muriendo de hambre-
-Bien, te traeré el desayuno, tú te quedaras aquí que necesitas reponer fuerzas- Sin darle tiempo a contestar, salí de la habitación para regresar un par de minutos después con el plato en mano.
- Aquí tienes. Voy a dejarte descansar así que me iré a mi cuarto-
Me dispuse a salir por la puerta pero Teemo llamó mi nombre antes de que pueda salir.
-Espera, Veigar, ¿por qué no te quedas conmigo?- Volví la vista a Teemo, quien había vuelto a cerrar los ojos, ocultando esas esmeraldas que tenía por ojos al mundo.
-Está bien, pero primero déjame que me vista- Ya que me había salvado la vida no me matará estar un rato hablando con él.
Pasamos el resto de la maña charlando y conociéndonos mutuamente, descubrimos que teníamos muchas cosas en común, como por ejemplo, a ambos nos gusta la música de Sona.
Nos lo estábamos pasando muy bien hasta que una duda me asalto a la mente. La misma duda que llevaba varias horas incordiándome.
-Teemo, ¿Por qué no esquivaste la flecha? Sé que podías haberla evitado-
La respuesta tardo unos segundos en llegar, pero al final lo dijo.
-Si me hubiera apartado te habría dado a ti- Me quede en shock. No esperaba que dijese lo que acaba de decir. Me tarde unos cuantos segundos para que mi mente absorbiera y procesara la información.
-¿Quieres decir que no la esquivaste para que no me diera mí?-
-Eh... ¿Sí?-
-¿Por qué?-
-No estoy seguro- Durante unos minutos no estuvimos callados, mirándonos el uno al otro a los ojos, hasta que la voz de Soraka interrumpió el silencio.
-Veigar ¿Se ha despertado ya Teemo?- Pregunto Soraka mientras entraba en el cuarto-Veo que sí, bueno dime, ¿cómo te encuentras?-
-Adolorido- Respondió Teemo.
-Eso es normal, en unos días se te pasara el dolor. Intenta no levantar mucho peso y reposa- Mientras ellos hablaban yo salí del cuarto sin que se dieran cuenta. Estuve pensando sobre lo que había dicho Teemo. Había recibido un disparo por mí y lo hizo con una sonrisa.
No hay muchos yordles que reciban un disparo por otro y eso es admirable. Me acorde de Macario, no había comido nada desde ayer, por lo que me encamine al establo donde lo deje. Mientras caminaba vi a los lugareños, personas de diferentes edades y aspectos, pero fueron un par de humanos los que me llamaron la atención.
Estaban parados en un banco besuqueándose y dándose abrazos. Me quede mirando unos momentos y volví a caminar. La imagen de esos dos se me quedo grabada en la mente. La tarde paso muy rápida y ya había anochecido, nos fuimos a la cama pronto ya que mañana partiríamos al pueblo más cercano fuera de la selva de Kumungu.
Poco pensé en lo que me esperaba esta noche.
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Opuestos
De TodoVeigar es atrapado por Teemo en la selva de Kumungu mientras se disponía a llevar a cabo su plan malvado. De camino a la ciudad de Bandle para el juicio de Veigar, Teemo descubre que Veigar no es tan malvado como aparenta y Veigar aprende que no nec...