Un lugar al que llamar hogar

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Las chicas no pudieron aguantar la risa al ver a la versión yordle de Barbie salir bajo un montón de ropajes.

-Jajaja, ¿Que te ha pasado?-

-Un idiota me ha cambiado el champú por un colorante de pelo- Lo dice mientras me mira con una cara de odio.

-Tú mismo te lo buscaste-

-No seas así Vei, es solo un niño-

-Así aprenderá a respetarme-

Comenzamos a caminar hacia la casa del yordle color crema. Teemo y Tristana decidieron que lo mejor sería que los hermanos se quedaran en casa de la peli plateada hasta que pasara mi juicio.

Supongo que después les buscaran un hogar decente en el que puedan vivir.

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Tardamos una hora y media aproximadamente en cruzar Bandle. Sin duda es una gran ciudad.

Por lo que me han contado, Teemo vive en las afueras de la ciudad, donde las casas son más espaciosas.

Tristana dijo que su casa está en pleno centro, cerca de un campo de tiro. Lógico viniendo de ella.

Llego el momento y nos tuvimos que separar. Ella vive en un gran edificio con varias plantas.

Lo importante es que ya estamos delante su hogar. Es bastante espacioso, de una sola planta y con un pequeño jardín trasero.

-Ahh... Hogar, dulce hogar-

-Lo dirás por ti, yo no tengo un lugar al que volver-

-¿Por qué no te quedas? Si todo va extremadamente bien podrás vivir aquí-

-No soy de quedarme en un lugar mucho tiempo- En realidad, si me quedo mucho tiempo en un solo lugar acaban descubriendo quien soy en realidad y me echan del lugar.

-Pues deberías pensar en asentarte- Teemo abrió la puerta y me dio paso, al entrar pude notar que los muebles y demás objetos de la casa están impecables.

-Qué bonita casa tienes, se nota que la cuidas-

-Gracias, la verdad no estoy mucho por aquí, no tengo una razón para hacerlo-

Ambos nos encontramos en un salón con un par de sofás y una mesa de comedor entre otros muebles.

-Y dime Teemo, ¿desde un principio habías pensado temerme en tu casa?-

-¿A qué te refieres?-

-Me refiero a que si desde el momento en el que nos encontramos en Kumungu tu planeaste llevarme a tu casa-

-La verdad es que no, planeaba meterte en una celda-

-Y dime, ¿que hizo que cambiaras de parecer?-

-Tu-

-¿Yo?-

-Sí, tu. Me has demostrado que has cambiado para mejor y pensé que no sería justo encerrarte-

- P-Pues gracias, gracias por dejarme que me quede aquí-

-No hace falta que me lo agradezcas- Me contagio su estúpida sonrisa y nos quedamos los dos mirándonos como bobos- Bueno... Voy a salir un momento-

-¿Me vas a dejar solo?-

-Solo será media hora como mucho-

-Está bien-

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-¡Ya he vuelto!- La voz de Teemo resonó por toda la casa.

Mientras el explorador estaba fuera decidí explorar un poco el lugar donde me hospedaría los próximos días.

En este momento me encuentro en el que parece ser el cuarto de Teemo, una cama de matrimonio, un par de mesitas de noche, un armario y una cajonera.

-¡Vei, ¿puedes venir?!-

Salí de la habitación y entre al comedor donde me esperaba Teemo, y otros tres yordles, una mujer, una niña y un chico.

-Ehhh... ¿Quiénes son, Teemo?-

-Son mi familia-

-¿Como que tu familia? ¿Y qué hacen aquí? Pensé que vivías solo.

-Oh, tranquilo joven, nosotros solo estamos de visita-

-Bueno, veras. He ido a visitarlos y les dije que tenía un invitado en casa y se han empeñado en venir-

-Ahh... Pues, un gusto. Yo soy Vei-

-Yo soy Zariko, la madre de Teemo, este es Ryuko, el hermano menor de Teemo y ella es Aridia, la pequeñaja de la familia-

-¡Mama! Yo ya no soy pequeña-

-Claro que lo eres- Aridia se cruzó de brazos e hinchó sus mejillas como una niña pequeña.

-Iré a preparar la cena-

-Está bien hijo, de mientras conversaremos con Vei-

El explorador entra en la cocina dejándome solo con sus tres familiares, mejor dicho con su madre ya que sus dos hermanos le siguieron.

-Y dime, ¿dónde está su marido?-

-Mi marido... Mi marido murió unos años después de nacer Aridia-

-Oh, lamento haberle recordado algo tan triste-

-Oh, no te preocupes, todos nosotros lo tenemos superado. Sabemos que ahora está en un lugar mejor y que nos espera-

Aunque le haya hecho recordar el fallecimiento de un ser querido, no muestra el más mínimo sentimiento de tristeza.

-Y dime Vei, ¿a qué se debe tu estancia?-

-Oh, nada sin importancia, solo estoy de visita unos días-

-¿Tú y mi hijo sois algo más que amigos?-

-¿A-A qué se refiere?-

-Oh, ¿no te lo ha dicho?-

-¿Decirme que?-

-Mi hijo prefiere a los hombres, quiero decir, él es... homosexual-

-¡¿Que, qué?!-

-¿Todo bien afuera?- La voz de Teemo resonó desde la cocina.

-Sí, tranquilo hijo, solo le estaba contando como conseguiste acabar tu solo con aquel golem que causaba tantos problemas-

-Tampoco fue nada especial-

-¿Lo dice en serio? ¿Teemo es gay?-

- El prefiere decir que tiene gustos diferentes, pero sí, lo es-

-Yo, no lo sabía-

-¿Y tú sientes algo por él?

-Pues la verdad yo no...-

-¡A cenar!- Teemo apareció con una gran bandeja de comida seguido de sus dos hermanos completamente manchados.

-Hay no, ¿pero que os ha pasado?-

-Quisieron ayudarme con la comida y cuando quisieron coger la harina que se encontraba en un estante en alto acabaron echándosela por encima-

-Hay, ¿qué voy hacer con vosotros dos?-

Después de cenar, la madre y los hermanos de Teemo se fueron a su casa dejándonos a los dos solos.

La revelación de que Teemo es gay no ha abandonado mi mente desde el momento en el que me lo dijo.

A pesar de todo la deliciosa comida del yordle explorador ayudo a hacerme sentir somnoliento.

Por suerte Teemo tiene una habitación de invitados y no tendré que dormir en el sofá o en su cama.

Lo último que había en mi mente antes de dormir fue aquellas palabras que tanto me alteraron.

Teemo es gay.

Y una sonrisa involuntaria apareció en mi rostro a la vez que cerraba mis ojos.

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