Sueños húmedos

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-Veigar...- Susurraron mi nombre. Abrí los ojos, solamente había oscuridad en mi alrededor.

-Veigar...- La misma voz volvió a llamarme, esta vez un poco más fuerte.

Intenté responder pero mi voz no hizo acto de presencia. Entonces la voz volvió a pronunciar mi nombre, pero esta vez detrás de mí.

-Veigar...- Me di la vuelta y frente a mí se encuentra Teemo. Con la llegada del yordle, la oscuridad desapareció dando lugar a una habitación bien iluminada. El cuarto estaba compuesto por una cama de matrimonio y dos mesitas de noche a cada lado de esta.

Aunque todo esto no tenga lógica no le di importancia, como si en realidad si la tuviera.

-¿Dónde estamos, Teemo?- Volvió mi voz, como si nunca se hubiera ido.

Teemo no contestó, en su lugar se acercó a mí. Tenía su mirada fija en la mía y comenzó a acercar su rostro al mío y me beso. Inmediatamente devolví el beso, como si lo hubiera estado esperando, y comenzamos una lucha en nuestras bocas por el dominio del otro.

Envolvió sus brazos con los míos en un cálido abrazo.

Lentamente bajo su mano desde mi nuca hasta la hebilla de mi pantalón acariciando todo el camino mientras está seguía bajando, al llegar a su destino comenzó a desabrocharme el pantalón, pero una voz me trajo de vuelta al mundo real.

-Veigar despierta, Soraka ha hecho el desayuno. Tenemos que darnos prisa si queremos llegar al siguiente pueblo en tres dias- La voz de Teemo sonó tras la puerta en un intento de despertarme el cual funcionó.

-Y-Ya voy, d-dame cinco minutos- Le contesté de la forma más tranquila que pude.

-Está bien, pero no te tardes- segundos después se escucharon sus ligeros pasos indicando que se había ido.

Con Teemo fuera de escena, tenía que encontrar una solución a mi problema. Gracias al sueño, Veigar jr. se había despertado y quería atención.

Por suerte sé que hacer en momentos como este, tengo dos opciones, una ducha fría o pensar en algo desagradable. Para evitar encontrarme con alguien en el pasillo me decidí a probar la segunda opción.

Pensé en varias cosas desagradables, entre las cuales se destaca a Urgot en una pose provocativa empapado en aceite.

La imagen mental funcionó durante unos segundos hasta que recordé el sueño y acto seguido mi pequeño amiguito del mal volvió a erguirse orgulloso.

Con el primer intento fallido, me encamine a la ducha para mi segundo intento de controlar mi cuerpo. Por suerte este si que funcionó y ahora Veigar jr. se encuentra tranquilo.

Me seque y vestí en tiempo récord y salí al comedor, donde se encontraba Soraka y Teemo a mitad del desayuno.

A la vista del yordle recordé el sueño, pero esta vez pude controlarme, no quería ir al baño a por el tercer intento.

El par están charlando tranquilamente sobre no se que cosas mientras comían, me traía sin cuidado el tema de la conversación.

Me senté a la mesa a desayunar. Solo probé dos bocados antes de que Teemo me dirigiera la palabra.

-¿Te ocurre algo, Veigar? Has estado muy callado y eso no es muy normal en ti- Un rubor apareció en mi rostro el cual fue tapado por mi sombrero.

-Sí, todo está bien, no hace falta que te preocupes- Mi respuesta no pareció convencerle pero dejo el tema de lado.

-Después del desayuno nos dirigiremos a la siguiente población, allí miraremos de conseguir otro poni con el que viajar por que parece ser que aquí no tienen-

-Es cierto, aquí solo hay caballos y algún que otro burro. ¿No os sirve?- preguntó Soraka.

-Los caballos y burros son animales demasiado grandes para que los yordles puedan montar cómodamente, en cambio los ponis tienen una altura perfecta para nosotros. Y ya que Veigar no necesitara más la carreta, la dejaremos aquí para que los aldeanos le den uso-

Habíamos quedado que iría hasta Bandle sin la necesidad de ir en una jaula, ya que yo también me dirigía allí.

Terminamos de desayunar y nos dirigimos al establo donde se encuentra Macario, tendríamos que ir los dos sobre Macario ya que habíamos acordado dejar la carreta aquí.

Antes de abandonar la localidad nos despedimos de Soraka quien dijo que el hombre ya se encontraba mejor y que tendría que regresar pronto a Jonia.

Durante el viaje de aproximadamente cuatro horas pude pensar en el sueño.

¿Qué significado tendría? ¿No estaría mi subconsciente intentando decirme algo, o si?

Traté duro de encontrar una respuesta, la cual no fui capaz de encontrar.

Decidí que comerme la cabeza para tratar de encontrar la respuesta sin llegar a una no iba a servir de nada, por lo que el resto del camino procure que Veigar jr. siguiera durmiendo ya que con Teemo tan cerca y el sueño aun presente en mi mente me era complicado seguir tranquilo.

Logre que no notara nada y acampamos al anochecer. Teemo habia comprado un segundo saco durante nuestra estancia en el pueblo.

La cena continúo con normalidad, puede que un poco silenciosa, pero eso acabo cuando mi compañero de viaje decidió romper el hielo por segunda vez hoy.

-Vamos, cuéntame, ¿qué te pasa? Has estado todo el día callado y muy esquivo. Sabes que puedes contarme lo que sea, para eso somos amigos.

Mi recién autoproclamado amigo inquirió, está preocupado por mí y se le notaba en la cara.

-Nada, sólo he tenido una pesadilla, solo eso- Mentí a medias, una pesadilla es desagradable, pero aquel sueño pareció gustarle a mi cuerpo, por lo que no lo podría describir como una pesadilla.

-¿Te apetece hablar sobre eso?- Su preocupación me trajo una sonrisa al rostro. Era agradable tener a alguien que se preocupara por mí, llevaba años sin tener ningún tipo de afecto y había olvidado como se sentía.

-No será necesario- Conteste.

Teemo pareció notar mi cambio de humor ya que él también se puso a sonreír.

- Bueno, ya va siendo hora de ir a la cama. Se está haciendo tarde y todavía hay un largo camino hasta Bandle.

Estaba de acuerdo, y mi bostezo se hizo presente por lo que nos metimos en nuestros sacos y nos fuimos a dormir.

El mismo sueño me volvió a visitar esta noche.

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