Cap. 61 - Sacrificios

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Esa tarde pasó como cualquier otra, Abraxas Malfoy ya no estaba bien, por lo que no había marcha atrás, era claro que en esos días el hombre caería en las redes de la muerte. Aun así, parecía que el rubio no tenía muchas intenciones de librarse de ello, nadie entendía por qué pero el Malfoy se negaba a tomar las Pociones que requería para sanar. Nadie a excepción de Ambar, Abraxas se había enamorado hacía años atrás, y ella sabía bien que se trataba de nadie más que Saly Riddle, pero Saly no lo noto jamás, a pesar de que el hombre era casi 12 años mas grande que ella, él se había enamorado de su inocencia, y a la vez de la sed se sangre que esta poseía, se había enamorado de su potencial mágico y su encanto al conjurar un maleficio, y de la manera en que reía imprudentemente frente a su amo tenebroso, pero lo que Abraxas nunca supo de la Riddle fue de su impuralidad, por que nadie más que su familia sabía que ella era una sangre sucia inmunda.

Tom dejó temprano la casa, debía terminar de organizar sus filas para al otro día, ya que pretendía atacar el ministerio de magia en Londres, mientras la rubia se quedó con la familia Malfoy, a excepción de Bellatrix quien se había marchado con su amo. Entonces la noche cayó, y con ella más tormentas, aunque el cielo estaba estrellado y sin una sola nube. Ambar quien estaba junto a Abraxas y Narcissa llevó un vaso de Whisky de fuego a sus labios

-Anoche Draco se enojó mucho, termino por romper toda la vajilla – comentaba Cissi para calmar la tensión del ambiente, pero los 3 estaban muy exaltados, no sabían nada de Voldemort ni su triunfo sobre los Potter y ya habían pasado horas

-Lo siento Cissi, pero estoy tan preocupada...- habló la mujer de ojos cielo mientras volvía a dar un trago de whisky y se preparaba para rellenar el vaso

-Oh Peverell, Mi Lord nunca ha fallado, tengo por seguro que ganara en una "lucha" contra dos jóvenes y un bebe querida –dijo Abraxas con un tono tembloroso intentando tranquilizar a la bruja, pero sin poder lograrlo

-No creo que entiendas esto Abrax... - pero entonces el pecho de Ámbar se comprimió nuevamente y sintió cómo su sangre se helaba de forma instantánea, callo al piso dejando caer con ella el vaso que sostenía el cual se rompió en una cantidad infinita de pequeños cristales, Narcissa corrió a socorrerla en un grito de temor pero entonces Ambar salió de esa realidad

* Estaba en el valle de Godric, lo reconoció a la perfección, pero en la entrada de una casa que no conocía, supuso que era la casa potter, pero esta no estaba destrozada ni nada parecido, estaba intacta, entonces Ambar entró. Encontró una sala perfectamente adornada con un sofá frente a una chimenea, y en el asiento había un hombre. Se movió un poco para reconocerlo, cuando al ver los ojos Avellana idénticos a los de su hermana lo reconoció, era James Potter. La rubia soltó una lágrima, sabía que Tom solo se haría daño a su sobrino si las cosas se complicaban

-Ya se quien eres – hablo está sorprendiendo a Ámbar y dándole un escalofrío – Eres la muerte, pero por alguna razón siento que te he visto antes... -

- Hola James – dijo ella fingiendo indiferencia, cuando en realidad ver a su sobrino por primera vez muerto le rompía el alma – Soy la muerte, pero no creo que me hayas visto antes –

- ¿Enserio? Se parece a mi madre, tal vez la conozca, Lolanthe Peverell, heredera de las reliquias - Entonces el asombro de la rubia subió, el chico se estaba burlando de ella – Mi madre sabía que su hermana había tomado las reliquias, ¿Ambar... no? –

-Ella siempre fue tan... Inteligente, Perdoname niño – respondió dejando ver una lágrima y bajando la mirada

- No se preocupe, ella siempre la perdono, y yo también... Tía – Entonces la rubia subió la cabeza de golpe con los ojos abiertos y vio como James le sonreía con cariño, la misma sonrisa que su pequeña, preciada y hermosa Lolanthe – Ahora me reuniré con ella... pero mi hijo... -

-El no merece la muerte James – esta vez él fue quien se sorprendió – perdón por no haber cuidado de ti y tu madre cuando tu padre murió – entonces el se paro y abrazo a Ámbar cuando un sollozo se hoyo en la habitación y al girar vieron a una muchacha de cabello sangre y ojos esmeraldas

- Lily – llamó el hombre al mismo tiempo que el espíritu de este era arrastrado con suavidad hacia el más allá. La joven Evans cayó al suelo destrozada de dolor y sufrimiento intentando alcanzar vanamente a su amado

- No le hará nada James – Lloro Lily confundiendo a la ama de la muerte – No podrá hacerle daño - Cuando soltó un último aliento y el mismo destino del Potter la alcanzó. 

Tom Riddle: La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora