Capitulo 7 - Legeremancia

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Esa misma tarde tuvieron vuelo con Hupfflepuff y el profesor Hooch. Ambar era muy buena volando, hasta quería entrar al equipo de quidditch pero no se sentía muy segura, Tom por otra parte aun que volaba a la perfección odiaba hacerlo.

-Bajen de la escoba, termino la clase.- dijo el señor Hooch. Luego fue caminando dirigiéndose a Tom.- Riddle, debería considerar entrar al equipo, nos hace falta un golpeador.- le ofrecia el profesor al muchacho

-Muchas gracias Señor, pero no es lo mío volar, no me da seguridad, sin embargo puedo recomendarle a la señorita Peverell, es buena con la escoba.- le respondio Tom mirando en dirección a Ambar.

-Mhm... Lo tendré en cuenta Riddle, gracias.-

Al otro día Ambar no fue a la biblioteca a estudiar con Tom, Tampoco lo espero en la sala común para charlar, no había ido a comer, así que Tom no la vio ese día, En cambio se lo paso en las pocas clases que tenían los viernes y en la sección prohibida de la biblioteca buscando el hechizo sobre los Horcrux. Ambar se quedo el día entero en la habitación, le pidió a Luisa que diga que estaba enferma por faltar a clases y se quedo mirando al techo y pensando en varias cosas, la primera era Riddle, ¿Por qué era tan frio?, la segunda eran las Gryffindor, que no entendía que era lo que tenían contra ella, y lo ultimo su familia... no le habían escrito y no sabía nada de ellos, había tenido una pelea con su madre antes de llegar a Hogwarts, puesto a que ella se quería llevar una herencia de sus Tatarastataras Abuelos y su madre no lo creía prudente... Ambar era una Peverell, y su familia no era famosa por la fortuna si no por su historia, la historia de los 3 hermanos, y las reliquias de la muerte, ella trajo consigo al colegio la capa de invisibilidad, y si alguien lo supiera podrían robarla, ella no había sido consciente de ello. Ambar no tenia hermanos o primos paternos, por lo cual era la única heredera de las reliquias, solo faltaba la varita de sauco que había sido robada hacia años al hermano de su lejano abuelo, entonces Ambar escribió una carta a su madre ofreciendo disculpas.

Ya era sábado y Ambar tenía la cita con Robin Carrow, como todos los sábados se levanto temprano a leer frente al lago, ya no era verano por lo que Ambar se abrigo antes de bajar al gran comedor, donde se encontró a Tom, ella estaba un poco dolida, pero muy bien lo disimulaba, así que fue y se sentó a su lado

-¿Que paso ayer? Me dijo luisa que estabas enferma, pero eso no te lo creo.- dijo Tom con su tono frio y sin mirarla al notar su presencia

- Buen día Tom, Muy bien Gracias.- respondió Ambar de forma indignada, ya que Tom no la había saludado.- Como sea, no me sentía en condiciones de ir a clases.- Tom se levanto y se dirigió al lago y ella lo siguió, pero no hablaron en toda la mañana hasta que Tom se digno a preguntar

-¿Hoy es tu cita con Carrow querida? ¿o ya le dijiste que no iras?.-

-Iremos a Hogsmeade por una cerveza de mantequilla, pero como no somos amigos no te incumbe ¿verdad Tom?- En ese momento ella sintió que no podía guardar lo que pensaba, y lo miro, lo miro con sus ojos color cielo que controlaban a todo, aun que con él nunca tenían efecto esa ves lo tubo y los ojos de Tom que tenían el mismo poder se posaron en los de ella teniendo el mismo control. Se sintió como una pausa para Ambar, pero el brujo se encontro de inmediato analizando como habia bajado un escalon en el juego de inspirarle confianza a la bruja hasta descubrir todo lo que aquella ocultaba. Entonces Tom no puedo evitar usar la legemancia:

- Si tiene problemas con el castillo señorita, Yo podría mañana ayudarla enceñandole el lugar, Si a usted le gusta la idea claro.- Dijo Tom demostrando confianza a la muchacha, después de ella levantar la mirada de su libro y dedicarle una sonrisa.- Tom Riddle querida.- Se presentó el mago devolviéndole la sonrisa y extendiéndole la maño. Tom se habia decidido por fijar un objetivo claro: deducir cada intención que pudiera ocultar la bruja.

-Ambar...Ambar Peverell.- le contesto ella devolviéndole el saludo.

-Lo se.- Dijo Tom.- Slughorn la a presentado hoy Señorita.- ella lo miro un segundo, y asintio – ¿Qué estaba leyendo?-

-Es mi libro de defensa contra las artes oscuras, lo he encontrado interesante en este punto Riddle.- Respondio ella.

-Interesante, Puede decirme Tom si quiere señorita.- ella asientio dándole una mirada y una sonrisa que a Tom le pareció una extraña combinación

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-No es bueno confiar en las personas, es mas facil confiar en las alianzas, toda magia tiene un precio y toda persona tiene una debilidad.- Contesto mientras veía el agua moverse con el viento, perdido y con un tono calmó y cortanté.

- Arriesgarse no es malo.- dijó Ámbar desconforme

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- Gaunt, Ese apellido si lo conozco, los Gaunt venían a Hogwarts, tenían una perfecta línea sangre pura, mi abuelo era buen amigo de un Gaunt cuando yo era niña y pasaba horas oyendo los relatos de mitos de ambas familias..- Comenzo a contar con ilución

-De Salazar Slytherin.- Corto tom, parecía orgulloso de ello, hasta que calló en las cuentas –Pero nadie debe saberlo.- 

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- Bueno, creí que podría contarte Tom, como algún tema de charla entre amigos.- un tono de preocupación acompañaba estas palabras junto a una mirada de asombro. Los ojos de Tom se abriero repentinamente, parecía paralisado, Tom Riddle no podía tener una "amiga" el no era alguien amistoso, aparte, una amistad podría parecer una debilidad para Tom

- Oh querida... Nosotros somos compañeros con un buen trato, la amistad es algo profundo, algo que nosotros no tenemos.- 

Por fin pudo salir de los pensamientos de Ambar, ella lo seguía mirando, para Tom pasado largos minutos, pero esos recuerdos los vio en segundos, ella no se dio cuenta que el chico había usado legemancia con ella.

-Ambar yo...- Pero antes de que Tom pudiera decir algo mas ella corrió la mirada y se levantó, el se había dado cuenta de que le había echo daño, y por alguna razón no le agrado eso, ¿Por qué le interesaba lo que le pasara a ella? el mago nunca habia tenido interes alguno por ningun tipo de persona, pero le era inegable la situacion en ese momento, y solo logro atinar a tomarle debilmente del brazo para evitar que se marchara

-Tom ¿Qué...-

-No, no te vayas Ambar.- Dijo Tom en un Susurro con la cabeza gacha mirando al suelo, ella entendió que Tom no haría eso con alguien que no le importara así que se volvió a sentar, pero ninguno dijo nada y volvieron a sus lecturas, aun que mientras Ambar leia, Tom pensaba *¿Qué hice? ¿Por qué la detuve? ¿Cómo fui tan débil ante una estúpida mirada y unos tontos recuerdos? Esto esta yéndose de control pero... la lastime, y eso estuvo mal, Pero ella cree que podemos ser ¿amigos? ¿Y que tal si yo no quiero ser su amigo? ¿que tal si... No, no, no, NO!* entonces Tom salió de sus pensamientos y la miro otra vez con una sonrisa de costado

-Si ese idiota de Carrow intenta algo esta tarde... - No pudo evitar decirlo, por lo que la chica sin apartar la vista de su libro abrió los ojos enormemente y se sonrojo de forma muy notable, pero sonrió y asintió.


Tom Riddle: La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora