Cap. 27 - Fin de año

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Así pasaron los días, los ataques pararon y el colegio no cerró, sin embargo llegó el fin de año y los estudiantes tenían que volver a sus casas y Tom al orfanato

-Tienes que escribirme todos los días, y 2 semanas antes de que empiece septiembre vendrás a quedarte a mi casa – decía Ambar en el vagón del tren camino a Londres

-Puedo usar la legeremancia a distancia en vez de tener que escribirte querida, pero debes dejarme entrar – contestó Tom sentado en frente de ella cuando entró Luisa con Grageas bertie bott de todos los sabores

-¿Quieren? – pregunta ella sentándose a un lado de Ambar cuando los dos niegan con la cabeza

-Voy a extrañarlos – dijo la rubia logrando que Tom le dirigiera la mirada y junto a ella una sonrisa

-Voy a extrañarte como nunca jamás extrañe a nadie – le contesta Tom a su "Reina"

-Yo también voy a extrañarte – comenta Luisa dirigiéndose a la rubia por lo que ambas sonrieron dirigiéndose un abrazo. Esa fue la última conversación del año, llegaron al andén 9 ¾. Ambar se fue con su padre no sin antes dedicarle un rápido beso a Tom y Luisa con los suyos, mientras que el chico se dirigió a su orfanato como en todas las vacaciones de verano.

Pasaron los días, estos se transformaron en semanas y luego en un mes, Tom paso las vacaciones rodeado de niños Muggles como siempre, no podía usar magia fuera del colegio ya que aún era menor de edad, por lo que sus dias se basaron en estudiar, estudiar, estudiar y más estudiar, mientras que sus noches se basaron en Ambar, ambar, ambar, ambar e infinidad de veces Ambar, No pasó un segundo sin extrañarla, y aunque se escribían no era lo mismo. Pasando así cada maldito segundo, llegó el 19 de Agosto, el día en que el chico iría a casa de la rubia, ella le había explicado que su padre solo estaría por la noche ya que trabajaba, pero estaba su tía y el resto de su familia así que el peli oscuro debería esforzarse por no matar a nadie y actuar... Amablemente con alguien que no sea Ambar.

Un hombre vestido de traje entró al orfanato hablando con una de las cuidadoras, quien le avisó a Riddle que ya habían llegado a buscarlo por lo que este tomo sus cosas, entre ellas, su nueva mascota, una serpiente enorme a la que él llamaba Nagini y del que la rubia ya estaba avisada. Mientras este salía de su alcoba con el reptil descansando en sus hombros y dos baúles bastante grandes arrastrando, el hombre de traje llegó a ayudarlo cuando varios niños salían corriendo al ver a Tom cerca, todos le temían en aquel lugar, salieron a la calle y el chico noto una carroza con tonos dorados y blancos, parecían de la misma reina de Inglaterra pero no lo era

-Puede subir señor Riddle – le ofreció en hombre colocando las cosas de Tom en el interior del carruaje cuando este asintió y subió con el caballero detrás –Mi nombre es Marvin Gungg, soy en cuidador de los parques de la casa Peverell, la señorita Olives me ha mandado a acompañarlo – explica este viendo fijamente a Nagini quien lo observaba con cuidado analizándolo

-Muy bien señor Gungg – contestó el peli oscuro dedicando una sonrisa falsa pero que este creyó. 

Tom Riddle: La MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora