Hasta el final

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"...Como te volviste la única persona capaz de ver a través de mí, es verdad que puse mucho de mí en vos. Era inevitable. Nadie en mi vida ocupa el lugar que ocupas vos, y sin siquiera tenerte todos los días en mi vida cotidiana. Nunca logré entender como es que establecimos este vínculo, tan fuerte, tan nuestro. Y siento que sin importar que pase, siempre vamos a volver el uno al otro, como si hubiese más de lo que se puede ver, más de lo que incluso nosotros dos podemos admitir que hay. Supongo que recién hace un año y medio, dos, me di cuenta de cuanto me importabas.
Me acuerdo la primera vez que dijiste que me querías, recuerdo cómo se sintió, recuerdo cuanto me negué a decir que te quería, porque en ese entonces no sabías que cuando quiero, cuando realmente quiero a alguien, lo digo enserio. Y mis palabras valen cada letras que las componen, las siento como si mi corazón estuviese pronunciándolas, con una sinceridad que pocas personas poseen. Recién cuando lo dije, cuando escribí el primer "te quiero" fue que comprendí cuanto necesitaba de ese vínculo, porque no tengo a nadie en mi vida con quien comparto tanto, no tengo a nadie con quien soy yo al cien por ciento. Y el motivo de que sea así es porque se cuan vulnerable me deja, es como si me convirtiera automáticamente en el blanco de una práctica de tiro. Supongo es por eso que cada vez que disparabas contra mía, tus balas iban directo a mi corazón, justo en medio de todos mis sentimientos.
Creo que el problema de saber tanto de alguien, y de que esa persona sepa tanto de vos, es que todo está visible. Todo está ahí, expuesto. Y todos mis defectos, lo peor y lo mejor de mí, todas esas cosas que me volvían única, se volvían en contra mío. Porque si te quería te quería demasiado, te quería con los ojos de una mujer que se interesa por un hombre, te quería como quien quiere a un todo y no las fracciones que le convienen, te quería en mi vida de la forma en que pudieras y quisieras estar, incluso cuando no fuese la forma que yo quisiera. Porque para mí, no tenerte no era opción. Recuerdo lo mal que estabas, recuerdo las veces en que nos quedábamos charlando hasta tarde, las veces que rezaba por convencerte de que te quedes, recuerdo las veces que me decías que no querías más, recuerdo las veces que lloré por la frustración de quien quiere ayudar pero no tiene cómo, recuerdo leerte y pensar "ojalá vieras lo mucho que vales, al menos para mí". Y de a poco, nos distanciamos de nuevo. Decías que no querías nada con nadie, pero recuerdo el día que vi una foto tuya besando a otra chica, y sentí...sentí como si me hubiesen clavado un cuchillo. Y no era tu culpa, porque no éramos nada...yo no era nadie. Y comprender que estaba todos los días mi nombre inundaba tu teléfono, pero no tu vida, me hizo comprender que no podía quedarme, no así. El problema no era que no querías nada con nadie...sino que no querías nada conmigo.
Y supongo que a fin de cuentas, a pesar de ser tan parecidos, todo se reduce a las cosas que nos diferencian. Será que a pesar de todos tus defectos, de todas esas veces que nos lastimamos sin quererlo, de todas las estúpidas discusiones, de las veces en que el silencio inundaba la pantalla del celular, de esas veces en que sentí mi corazón chillar del dolor por lo sencillo que era para mí quererte y lo dificultoso que era para vos, no sólo quererme, sino dejarte querer...a pesar de todo eso...a pesar de todo...hasta el final...siempre se trata de las cosas que me unen con vos. Siempre se trata de todas las razones por las que sí...me quedaría..."

Dear "A"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora