Una verdad que pesa

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"...Ahora viene la parte más dolorosa, la parte de ese dolor que se clava en el corazón sin que quieras, de ese dolor que genera la indiferencia y el rechazo de la persona de la que te enamoraste. El rechazo escondido y silencioso, ese que las personas dan cuando no saben decir que te estan rechazando, cuando  no pueden admitir que el tiempo...el tiempo es esa relatividad que se hace para aquellos que uno quiere en la vida. Y esa indiferencia, de quien finge que le das igual, de quien pretende que está bien mientras vos te deshaces enfrente de sus ojos.
Muchos dicen que era previsible, que era esperable y que era cuestión de tiempo, pero para mí que te quería ciegamente, para mí era difícil reconocer lo volátil que eras, lo pasajero que fue todo, casi como si no significara nada para vos, casi como si nunca hubiese estado ahí cuando te caías y todos desaparecían, casi como si nunca me hubieses dicho que me queres y que importo. Enrique, mi psicólogo, era el único que estaba de acuerdo con esto. Cuando le conté de que habías vuelto, y cómo fue que volviste me dijo "tene cuidado, vos sabes donde te metes", pero después cuando le dije que habías accedido a vernos, que venías a casa y te quedabas a dormir (sabiendo que no soy de abrirle la puerta de mi departamento a muchas personas) consideró que quizás después de todo estar con vos podía significar un progreso, una mejora, que quizás habías cambiado todas esas cosas que hicieron que hace un año siempre estuvieras tan negado a compartir siquiera un café conmigo, porque yo cambié...pero algunas cosas tienen que ser de a dos. Y supongo que él me vio sonreír cuando decía tu nombre, como no lo hacía en meses. El problema no era lo que sentía, sino más bien lo que pensaba cuando pensaba mucho. Me confundía que siempre estuvieras hablando de tu ex, que siguieras sacándola a flote, como si siguiera presente en tu vida, como si no pudieras ver más allá de ella. "No creo que me quiera a mí, y temo ser ese parche que usa para poder superar a la novia, como si fuese una cualquiera" y se hace silencio, porque adentro mío me consumo cuando no estoy segura de mis pasos, cuando estoy al lado que saca a flote todas mi inseguridades, esas inseguridades que pensé que habían muerto con la que era antes.
Vuelvo a pedirte que no la nombres más, pero parece que no entendes, parece que no sabes lo mal que me hace. ¿Por que jugas así conmigo?¿por qué haces cosas que sabes que me duelen?. Y mientras más peleamos por lo mismo, empezas a alejarte, lentamente empezas a repetir la historia, como si no hubiésemos tenido suficiente con lo que ya vivimos, como si yo no hubiese aprendido de todo lo que pasó. Pasaste de venir seguido, de desear verme constantemente, a simplemente no querer ni podes hacerte el tiempo. Y cuando tenías el tiempo, no tenías las ganas. Porque siempre parecía que merecía tu indiferencia, que me la había buscado, que no permitirme verte era el castigo perfecto cuando discutía o peleaba, cuando lo único que pretendía es que me quieras sólo a mí. Y mi mayor miedo, el miedo de que te vayas, se hacía cada vez más concreto. Pasaron semanas, un mes, y podía ver cómo es que salías con otras personas, cómo es que para el resto sí tenías ganas y tiempo, cómo es que vos sólo sabías ser malo conmigo. Porque mi problema nunca fue que salieras con tus amigos, que hicieras tu vida, sino que mientras hicieras eso, me apartaras a mí. Yo quería formar parte al mismo tiempo en que eras felíz, no por separado. No como un apartado.
Supongo que siempre supe que eras el mejor siendo el peor, pero hasta ese momento guardaba la esperanza de que por una vez quisieras hacerme bien. Te dejo pasar todo, te dejo alejarme, te dejo no permitirme verte pero tus no empieza a acumularse de nuevo, me pesan en el corazón. No querés compartir tu vida conmigo, no queres que vaya a tu casa, no queres que salgamos, no queres venir a casa, no queres irte pero tampoco quedarte, no queres ser mi amigo pero tampoco mi persona en el mundo, no queres que te pelee pero te enojas si no actúo exactamente como esperas o idealizas que lo haga. Con un poco de esfuerzo tuyo, y sí, errores míos, me volves tu peor enemigo de nuevo. Y sin siquiera notarlo, empiezo a sangrar por tus no, con lo lindo que sería escuchar tus sí, con lo feliz que me hiciste sólo con uno. De nuevo tengo un mal presentimiento, de nuevo empiezo a creer que queres mi atención...pero no, no queres mi corazón..."

Dear "A"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora