...pero ella se encontró...

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"...A veces...a veces se siente como si estuviésemos hechos para separarnos y volver, infinitamente. Y cada vez que nos distanciábamos dolía...pero esta vez, esta vez se sintió como si hubiese dejado partes de mí en el camino, como si me hubiese arrancado el corazón sólo para mostrarte cómo latía por vos. Cuando dejaste de hablarme, sentí que no estaba ahí, no estaba adentro mío. Estaba perdida buscándote en el bosque...luchando contra mis propios demonios y el fantasma de los tuyos. Un día estaba tan colapsada por la situación que salí de mi trabajo, bajé rápido las escaleras hasta llegar hasta el frente del edificio y me escondí tras uno de los árboles que tiene a sus costados. Me sentía tan dolida, tan desahuciada, que sólo se me ocurrió llamar a mamá. Apenas atiende el teléfono, dice mi nombre y y dice hola, varias veces, porque no puedo responder de lo quebrada que tengo la voz...de lo quebrado que tengo el corazón. Necesito compartir esta carga con alguien, necesito que alguien me escuche decir tu nombre porque no soporto la ansiedad que me genera hablarte y que no me contestes, hablarte y que te importe tan poco lo que me pasa que me pedis que no diga nada "no me hables más, dejame en paz". Y lloro, desconsoladamente, con mamá del otro lado del teléfono, porque no soporto pensar en vos, en tus manos acariciando mi espalda, en tu boca besando las cicatrices de mi estómago, en tu cuerpo, tendido al lado mío, y ahora sentirte tan poco mío, como si fueses un desconocido, negando los recuerdos, negando que existo. Deseo que nadie nunca te haga esto...que nadie te corte así, tan profundo que no podes respirar, que no podes comer, que no podes pensar, que no podes estar. Deseo que nadie nunca te lastime tanto que cuando mires tus pedazos en el suelo no reconozcas ni uno de ellos. Deseo que nunca te cruces con tu reflejo, porque es él el que va devolverte esto...es tu reflejo la única persona capaz de tratar así, de disociarse de las personas que lo quieren de esta forma, y convertir algo tan lindo, tan único y extraordinario, en algo vulgar.
Le cuento a mamá sobre vos, sobre todos estos años que hablamos, y tardo mucho tiempo porque no se ni cómo explicarlo. Nunca le había contado a nadie de vos porque se sentía como si no tuviese lógica. No es algo que le pasa a todo el mundo, no conectas así con alguien que no conoces, con quien hablas por años y después cuando te ves, todo parece tener sentido, porque todo ese tiempo estuviste queriendo a alguien de carne y hueso, con un corazón que parece estar hecho a medida, a tu medida. Mamá escucha, porque es psicóloga y es lo que mejor se le da...y cuando termino, se que está más preocupada por que respire hondo que por la historia. Puede sentirme, totalmente hecha mierda, y lo se porque no critica ninguna de mis acciones. "Ahora duele, ahora parece el fin del mundo, pero te aseguro que vas a encontrar a alguien que te valore mejor, porque creeme, después de alguien así, sólo se puede encontrar a alguien mejor", y guardo silencio, porque se que tiene razón, pero A sólo sabe dolerme en todo el cuerpo, como si estuviese arrancándolo de mi piel. Le comenté sobre tu regalo, que quería dártelo, y me dijo que si iba, que esperara a que ella viajara para acompañarme. Y pienso que es un alivio que eso no haya pasado, porque si mamá te veía, si ella veía al responsable de todo ese dolor desparramándose por mi departamento, mi trabajo, mi facultad, mi vida en general, no se que hubiese hecho. Creo que el hecho de casi perderme en julio la convirtió en una leona cuidando a su cría cuando se trata de mí, guardiana y recelosa de quien hiere a quien nunca hizo daño.
Unas semanas después, me internaron, y cuando mamá se enteró, se enojó mucho conmigo, porque te di todo ese poder sin siquiera ser consciente de las consecuencias. Mi prima cuando se enteró salió de su trabajo antes para venir a verme, mi madrina también, y mi papá (montado en cólera cuando se enteró que no comí durante 4 días por la angustia de quien le rompen el corazón) se tomó un avión para venir a verme. Y yo...yo sólo puedo estar enojada con vos...tan enojada que lloro de bronca y frustración. Miro por la ventana de la habitación y pienso en todo lo que pasó, en cómo carajo permití que todo esto se fuese tan a la mierda, cómo fue que terminé acá mientras vos estabas programando tu salida de fin de semana, totalmente al tanto de que estaba internada. No pensaste en mí, o peor, pensaste en mí y no dijiste nada...después de todas las veces que estuve para vos, después de todas las veces que literalmente te di vida. El enfermero me preguntaba si me dolía la intravenosa, si por eso lloraba, y le dije que no, pero era imposible resumirle a él lo que me pasaba, lo que sentía e incluso todas esas cosas que pensaba mientras el hospital volvía bullicio y yo permanecía en silencio. Cuando llegó Agustina, mi prima, se sentó al lado de la cama, me dio la mano, y me dijo "nunca más hagas esto..." y yo lloraba, porque no, no quiero que esto se repita nunca más, no quiero que vuelvas a pasarme si el costo es este, si el costo es mi vida. Mirá...mirá todo lo que hice por vos, mira todo lo que te di, mirá todo lo que nunca más nadie va a hacer por vos, porque esta es la última vez, esta es la última vez que te permito entrar a mi vida y hacer el quilombo que hiciste sólo para que después termines diciendo que me podes borrar de tu vida como si no fuese nadie. Yo soy alguien, soy la persona que nunca te dio la espalda, la que siempre eligió de propia voluntad darte la mano aunque todos dijeran que eras volátil, te abracé sabiendo y conociendo tus imperfecciones porque ninguna de todas ellas me importaban si lo que sentía por vos era genuino. Nadie tenía que enojarse conmigo, porque yo estaba enojada, conmigo también, porque si vos hiciste lo que hiciste, es porque yo lo permití, porque me puse en este lugar de persona incondicional con alguien que no me valora, con alguien que siempre encuentra una buena excusa para no estar, que siempre elige a alguien más, sin importar lo mucho que yo le de, que lo quiera, que este, que me quede.
Y entonces, con todos esos cables conectados, yendo y viniendo para hacerme diversos estudios, entendí que no quiero estar ahí. No quiero estar en el lugar de quien da pero no recibe, no quiero querer a quien no me quiere, a quien no valora mis acciones, a quien no escucha mi voz, a quien no lee lo que escribo, a quien no desea verme, a quien prefiere seguir eligiendo lo que le hace mal. Cuando volví a la vida elegí vivir. Y esa decisión, no me la quita nadie. Ni yo misma. Esta vida es mía, este momento está acá para enseñarme algo, y estas personas que siempre están para mí, todas las personas que me llamaron, que me mandaron mensajes preocupados (incluso personas con las que no hablaba hace años), son la razón por la que la vida vale la pena cuando es en buena compañía. Es verdad, te perdí a vos, pero también es verdad que buscándote, me encontré a mi misma..."

Dear "A"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora