Capitulo 7: Brazo de hierro, puño de cemento

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 Me dirigí hacia la ciudad amurallada. Se veían campesinos trabajando en la tierra aquí y allá. Se olía la pobreza a distancia, sus ropas estaban raídas y viejas y sus cuerpos lastimosos eran flacos y débiles. No había señales de alegría en sus caras.

Me crucé con algún carro de comerciantes, no llevaban mucha carga. Eran un poco más saludables que los campesinos, pero no mucho más. Las mulas se veía un poco escuálidas también.

-Un ambiente pesado.

Estaba apenas a unos cientos de metros de la gran puerta de entrada de la muralla de la ciudad de Goufre o al menos eso leí en un hito de piedra que encontré unos metros atrás. La gran pared tenía no menos de seis metros de altura y estaba construida con sólidas piedras blancas que relucían con la cálida luz de la mañana. Todo un contraste con el lúgubre ambiente que me rodea.

También comprobé que es cierto que cuando estás junto a un monumento no se puede evitar mirar hacia arriba sin abrir la boca.

Un hombre de mediana edad me aseguró que no tendré problemas para entrar mientras pague el peaje de dos monedas de cobre. En la bolsa de Rodetor hay 15 monedas de oro, tres de plata grande, veinte monedas de plata y algunas monedas de cobre grandes y pequeñas.

No se si es mucho o poco dinero porque no conozco los precios de la ciudad. Tendré mucho cuidado para no ser estafado.

-¡¡¡¡¡HYAAAAAAAAAH!!!!!

Oí un fuerte grito.

Una mujer y una niña abrazaban el cuerpo decapitado de un hombre mientras lloraban desconsoladamente. De pié había dos hombres fuertes que vestían una armadura brillante de calidad, uno de ellos sujetaba una enorme espada de dos manos ensangrentada. Sus caros mantos que contrastaban con el entorno dejaban ver claramente que eran nobles.

El caballero de la espada escupió al cadaver.

-Maldita escoria, como osas tocar con tus sucias manos mi peto de mi coraza. ¿Eres consciente de cuanto cuesta limpiar un armadura de mithril?

El segundo hombre tenía una mirada. Me reiría de sus diálogos cliché de novela barata si no fuera por el cadáver que borró cualquier trazo de humor.

-Esa perra podría pagar con su cuerpo o tal vez podríamos vender a la niña en el mercado de esclavos. Compensará parcialmente tu pérdida.

-No pagan mucho por niños flacos, tampoco creo que paguen mucho por la mujer, no es tan atractiva

Las mujer y la niña temblaban de miedo.

-Pues a mí me parece que no está nada mal, déjamela a mí

-¿Pagarás la cena?

-Si, por supuesto

-Entonces tenemos un trato

El segundo caballero tiró del cabello de la mujer que gritaba. Algunos espectadores lloraban, otros miraban con odio o desviaban la mirada, nadie la ayudó.

-No toques a mi mamá

La niña golpeó con sus pequeños puños en el brazo del caballero

-La escoria nunca aprende

El primer caballero levantó su espada.

-Mierda, no voy a llegar.

Pateé el suelo con violencia. Si uso el puñetazo intermedio me teletransportaré y el puñetazo débil puede que no sea suficiente.

-Así que esta vez iremos con todo.

Golpeé con todas mis fuerzas al caballero y.......

Ya no había caballero.

Guía básica de supervivencia en un mundo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora