Episodio 28: Arriba y abajo

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Mi estancia en la isla flotante fué breve pero intensa.

No me gusta ser un hombre pegajoso, pero la verdad es que quiero ver a Elsa lo antes posible. Tengo muchas cosas que decirle que no le he dicho, como pedirle que salga conmigo o algo más importante, decirle que me gusta..., no eso no es suficiente, en realidad la amo, pero no se lo he dicho apropiadamente. ¿Es aún demasiado pronto para decir que la amo? No quiero agobiarla tampoco, además ella no es humana y realmente no se mucho de las súcubos, dudas, dudas...

¿Habrá un manual de instrucciones sobre súcubos en la Gran Biblioteca de la capital? Si lo hay denme cuatro, por favor.

Lo cierto es que ya he salido con una chica antes, pero Marta era...., la novia cadáver, así la llamaba mi hermana. Salir con ella no fué muy diferente a salir con un mueble zapatero, así que tampoco aprendí demasiado de aquella relación. No era una mala persona en absoluto, pero era tan inactiva que a veces la tenía que tomarle el pulso para saber si seguía viva o no. La única actividad proactiva suya que recuerdo fué cuando me dejó, la razón que esgrimió es que yo era un tipo aburrido y que nunca hacíamos nada. En serio, ella lo dijo, ELLA.

-¿Cuando he llegado al gremio?

Estaba tan absorto en mis propios pensamientos que ni me había dado cuenta de que ya había entrado dentro del edificio. Justo cuando me dirigía a las ventanillas del gremio noté que me tomaban firmemente de ambos brazos, eran las ocho aventureras que había conocido en la zona muerta de Bon Forese, quizás más de lo esperado, lo que los japoneses llaman amistad al desnudo.

-Hola Marco, ¿viniste a por Elsa?

-Si, justo a eso.

-Es tal como dijo Elsa.

-Nos encargó una misión, tenemos un mensaje para tí.

-Un mensaje, pero...., ¿dónde está ella?

-Elsa tenía muchas ganas de verte, desafortunadamente no sabía cuándo volverías, así que se fué con los chicos a hacer una misión de escolta para hacer algo de dinero. No creo que vayan a volver antes de una semana.

Eso me dejó bastante abatido, cagontodo.

-¿Quieres oir el mensaje?

-Por favor, ¿lo tienes grabado en esa piedra mágica?

-Si, el mensaje está aquí, pero Elsa fué muy insistente en que tendríamos que escucharlo todos juntos.

-¿Eh?

-A mí no me mires, ella fué especialmente insistente con lo de que tendríamos que escuchar el mensaje junto a tí.

-Que raro, bueno, da igual. Vayamos a un sitio más privado.

Nos dirigimos a la mesa que está justo debajo de la escalera, la más escondida del salón del gremio. Lerena puso la piedra de grabación encima de la mesa y vertió un poco de poder mágico sobre ella.

-Hola Marco, ¿cómo estás cariño?

Esa voz inconfundible, ahora que Elsa no está de cuerpo presente, parece que el mismísimo Morgan Freeman me estuviera enviando un saludo amoroso.

-Si estás escuchando este mensaje significará que estoy fuera de la capital y que no hemos podido vernos en persona. No quiero que te quedes esperando en la capital como un idiota, así que vuelve a Sutton con tu familia y amigos. Déjale tu dirección a alguien en el gremio para que me de el mensaje, pero antes de eso tienes que hacer algo por mí.

Se hizo un pequeño silencio, me pregunto que quiere Elsa de mí. Si esto fuera un cómic, tendría un gran signo de interrogación encima de mi cabeza.

Guía básica de supervivencia en un mundo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora