Capítulo 8: Un largo viaje

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{Nota: Como invocar dragones

Otros libros de hechizos explican magias demasiado rebuscadas y retorcidas que requieren círculos, cuadrados u octógonos mágicos para usar la magia de invocación.

Basura. En realidad es una magia muy sencilla.

Lo primero que necesitas es buscar un nido de dragón normal o de dragón antiguo. Una vez encontrado el dragón que más se ajuste a tus gustos hay que partirle la cara, sin piedad, pero no lo mates, los dragones no muertos son bastante inútiles, apenas puedes destruir países con ellos, morralla.

Puedes usar espadas, magia o armas contundentes, pero yo prefiero usar los puños, nada mejor que un guantazo a rodabrazo para corregir la actitud inapropiada de un Dragón.

Lo siguiente es un collar de subyugación, si vas a puñetazos un collar normal también vale.

Le das la vuelta al dragón y escribes en su abdomen con maná [Ven para aquí, majo], no te pases o le harás un agujero, los dragones son delicados, aunque no tanto como los caballeros.

Ahora lo único que necesitarás es usar magia de transporte vinculada a tu orden [Ven para aquí, majo]. La magia de transporte funcionará muy bien si imaginas un autobús urbano, peor si imaginas un tren y nunca visualices un avión o tu dragón vinculado explotará.

Facil, fácil.}


Los tres primeros días del viaje fueron silenciosos y tristes, además Anna y Détora temblaban cada vez que movía un músculo.

Esta maldita cara de mafioso.

Afortunadamente me gané su confianza poco a poco.


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¿Dije que los días fueron silenciosos?

Bueno, en realidad he mentí.

No hay silencio en absoluto desde que partimos, ¿sabes?

Los malditos caballos están cantando.

En este mundo los caballos caaaaaantan tooooodo el día.

No paran ni un segundo.

En cierto modo se puede decir que tienen voces agradables, entonan bien, tienen sentido del ritmo. Pero es que solo cantan cumbia y..... ¡O-d-i-o la puñetera cumbia!

Estoy pensando en enseñarles alguna canción metalera o algo de indie rock para ver si me dejan de dar la paliza.

Y esa no es mi única frustración, tampoco me dejan llevar las riendas del carro. Me hacía mucha ilusión conducir un carro de caballos.

-No, no te voy a dejar las riendas porque eres un peligro. No sabes evadir los baches del camino y el carro se tambalea demasiado cuando tu conduces Marco.

Es duro cuando te regaña una niña de ocho años.

Viajar en carro es mortalmente incómodo, casi echo de menos la tartana de papá... Mierda, he vuelto a recordar a mi familia, los echo tanto de menos.

Cuando me veo triste Détora me da un abrazo fuerte, justo como ahora.

Esta niña es un Sol.

Nuestro destino es la ciudad de Sutton en el vecino Reino de Azure, allí viven dos hermanas de Anna. Azure es un sitio mucho mejor para vivir, nada que ver con el principado de Fizzpak. La producción agrícola también es mala, pero tienen dos mazmorras que producen bastante carne de monstruo y vegetal monstruoso. ¡MAZMORRAS, quiero ir! Por cierto, los dos países no se encuentran en el continente Luteria sino en uno diferente llamado Setonia que está en la otra punta del mundo. Me hubiera gustado devolver los efectos personales de Rodetor a su familia, pero ahora no tengo ni idea de como hacerlo.

Guía básica de supervivencia en un mundo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora