Capítulo 18: El amanecer de los vivos murientes

239 32 12
                                    


El despertador mágico había sonado para avisarnos que ya era la mañana, es difícil saber cuando es de día o de noche en una mazmorra.

Pero no pude moverme ni un milímetro.

Elsa había decidido por su cuenta que era una buena idea usar un Marco Aurelio como almohada humana, su cara no estaba ni a dos de dos de distancia. La sangre estaba circulando hacia lugares diferentes a mi cerebro, así que podía notar como mi inteligencia se disipaba con cada segundo que pasaba.

-Piensa en cuentos tristes, piensa en cuentos tristes, piensa en cuentos tristes.

Elsa finalmente despertó después de llamarla muchas veces, la enfermedad del sueño y ella son la misma cosa según parece.

-Déjame levantarme, parezco el tronco de un koala.

-No quiero, Marco es cálido, ju, ju, ju. Me están entrando muchas ganas de atacarte, tienes suerte que no estemos solos.

-O mala suerte......

-Ju, ju, ju, me gustas más cuando finges ser tímido, pero este lado tampoco está mal.

Tras un inesperado beso de buenos días, las palabras y los pensamientos volaron muy lejos y fueron sustituidas por esa sonrisa idiota de los que empiezan a colgarse por alguien. Elsa es mucha Elsa, si solo el timbre de voz fuera diferente....

-Por cierto, ¿qué clase de maquillaje llevas que ni tan siquiera se arruina por la noche? ¿Magia?

-No es maquillaje, es mi color de piel natural.

-¿Qué? ¿En serio?

-Sip, es porque soy ¼ de súcubo gracias a ello mi peinado está siempre perfecto también, es bastante útil, ahorro en cepillos y tratamientos capilares. El olor a perfume también es mi olor natural.

Elsa se apretó mucho, mucho contra mí de nuevo. ¿Es tan cariñosa porque es su naturaleza? ¿Es por mí? Aaaah, mierda, deja de darle vueltas a la cabeza, estúpido. Ah, ella huele tan bien....

-Ju, ju, ju, ¿ves como no miento? Mi abuela es una súcubo pura, mi madre es medio súcubo y yo un cuarto. La sangre se va diluyendo según avanzan las generaciones, aun así sigue teniendo efecto.

-Qué peligro ¿No es una raza que devora las almas de los hombres durante sus sueños?

-Devoran hombres si, pero en otro sentido, ja, ja, ja. En realidad hay muchas leyendas urbanas con las súcubos. ¿Quieres que también me meta en tus sueños?

-No hace falta, creo que ya lo has hecho.

-Halaaaaa, que descarado, ju, ju, ju.

Finalmente Elsa aflojó su amarre perfecto de pierna y dejó escapar a su presa.

Para enfriar un poco la cabeza lo mejor es entrenar un rato, así que tras ponerme algo de ropa, la espada de madera reforzada anti incendio que había fabricado con mucho esfuerzo estaba en mi mano.

FOOOOOM, FOOOM

Elsa estaba mirando con atención mientras se vestía ¿no llevas nada mientras duermes?

-Marco, no negaré que tienes la habilidad, pero...¿Cómo podía explicar tu técnica con la espada?

-¿Aterradora?

-Aterradoramente horrible, pareces un troll picando troncos con la cabeza.

-¿Tan mala es mi técnica?

-Mala es poco, las habilidades se activan claramente eso de antes ha sido claramente un [barrido contundente], pero el movimiento torpe de la espada es propio de un bebé. Si sigues balanceando así, solo lograrás romperla o algo peor. ¿Cuantas espadas has destrozado ya?

Guía básica de supervivencia en un mundo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora