Capítulo 16: Los hilos rojos del destino

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Antes de salir de la posada reservé cuatro noches más en [El Escupitajo en tu Plato], el desayuno fué tan magnífico como el resto de la posada. Tal vez debería presentarles un asesor de marketing, para que les dé algunos consejos sobre nombres apropiados para negocios de hostelería.

Estaba empezando a refrescar así que probablemente haya otro invierno pronto, aquí las estaciones van y vienen tan rápido como los cantantes de concursos de televisión.

Empezaba una jornada todo lo relativamente normal que puede ser un día en este mundo. Salvo aquella señora mayor que está caminando por una pared no están sucediendo demasiadas cosas raras.

De camino a la puerta me topé con un negocio de venta de salchichas que había abierto temprano. Para mi desgracia no recibí ninguna moneda de platino, echo de menos a Joup.

Aaah, veo a Saúl, por fortuna no soy el último. Saludé con una salchicha en la mano y me devolvieron el saludo, aunque el suyo fué sin salchicha.

-Buenos días. Chicos, este es Marco, el tipo fuerte del que os había hablado

-Hola, ¿qué tal? Soy Marco.

-Te los presento uno a uno. El tipo grande es Hank, nuestro guerrero, es bastante duro y confiable.

El hombre llamado Hank era realmente enorme, mucho más de dos metros de altura, ¿un semigigante? Brazos como troncos, musculoso. La gigantesca armadura de placas que llevaba puesta lo hacía aun más temible. Lo que no acababa de cuajar del todo en su aspecto, era el dibujo de un gatito super adorable en el centro de su escudo.

-Hola Marco, bienvenido.

-Hola Hank, encantado de conocerte.

Cuando le dí la mano parecía la escena de un bebé saludando a un gorila gigante amante de los gatitos. Yo ser Mini Tarzán, tú ser gran Mono gigante.

-Este otro tipo es Thule, nuestro mago.

-Hump

-H..., hola

-Hump

Thule era un hombre de pocas palabras. Otro gigantón, no tanto como Hank pero también enorme, llevaba una túnica tan grande como él ¿Habrán usado tres campos de algodón para confeccionarla? Llevaba las mangas remangadas y el pecho parcialmente descubierto. La viva imagen de un machoman, el aspecto rudo era acentuado aún más por las docenas de tatuajes mágicos que cubrían casi todo su cuerpo. En su mano derecha había algo parecido a un cayado, digo parecido porque tenía forma de martillo de guerra con una enorme piedra mágica roja incrustada en el medio. En su cinturón había una espada bastarda de dos manos que probablemente solo podría ser levantada con una grúa.

-Y este de aquí es Rompepelotas, brujo y bardo. Si tienes cualquier problema con maldiciones o envenenamiento, él será tu salvaguarda.

-Hola Marco

Por algún motivo su nombre no cuadraba excesivamente bien con su oficio, pero si con su altura, expresión y grosor de brazos. Un hombre de piel muy negra y cabello rubio platino, la fantasía ha vuelto. La corona de chamán en su cabeza, que no le pegaba en absoluto, tapaba más o menos su incipiente problema capilar. Al igual que Thule llevaba una túnica, pero mientras la de Thule era de un llamativo color rojo que se veía a kilómetros la de Rompepelotas era de un puro color blanco con algunos intrincados motivos vegetales. Muy elegante, pero ese nombre......

-Falta Elsa, nuestra espadachina

Después de conocer a los sobredimensionados Thule, Hank, Rompepelotas y Saul, en mi mente Elsa solo podía ser una gigantesca valkiria de pecho ancho, musculosa, mandíbula cuadrada y rudas extremidades. Espero que no me tome por su pequeño efebo, quisiera debutar en el mundo de la sexualidad sin sufrir roturas de huesos, si es posible, ya sentí suficiente amenaza por mi vida en el gremio de aventureros.

Guía básica de supervivencia en un mundo fantástico (de mierda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora