Capítulo 20°

227 19 0
                                    

"Cuentas pendientes"

Pasaba de la media noche, la habitación se encontraba en penumbras y la poca luz de fuera se filtraba por las blanquecinas cortinas de suave tela.

Había tenido un encuentro salvajemente pasional con el amor de mi vida, mis manos estaban entretenidas brindando caricias sutiles al cuerpo sin indumentaria de mi novia.

Nos mirábamos directo a los ojos, en silencio, nuestras miradas hablaban por sí solas, sin necesitar voz alguna.

No se puede describir con palabras la conexión que hay entre ambos, es inconmensurable el amor que sentimos mutuamente.

La extrañé tanto...

-¿Quieres que hablemos ya?- su voz interrumpió mi exhaustiva contemplación.

-Quería seguir admirando tu belleza- mi voz era calma y en mi rostro se hallaba una sonrisa pequeña pero notable.

-Estoy segura de que quieres respuestas... Tus ojos me lo dicen dentro de tu contemplación- y estaba en lo cierto, quería respuestas, por lo tanto, accedí para hablar.

Y ella inició diciendo:

-Empezaré desde el momento en el que llegamos a San Diego, apenas al estar en tierras extranjeras me internaron en mi celda de siempre- mi expresión fue de gran sorpresa y terminó de explicar -Así le llamo a mi habitación en esa casa, para mí ha sido, es y será siempre una celda-

-¿Siempre te encerraban allí?-

Hizo una mueca y continuó -No precisamente, recurrían a ella solo cuando me alteraba demasiado- hizo comillas en la penúltima palabra que nombró.

-¿Entonces llegaste muy alterada a San Diego?- imité sus comillas.

-Bueno... En todo el vuelo quise abrir la puerta de emergencia para salir del avión...- me miró despreocupada, todo lo contrario a la mirada que le dedicaba yo
-Creí que era superman- y se encogió de hombros.

Reí sonoramente al escuchar semejante declaración -Eres genial arruinando momentos serios-

-Soy genial en todo que yo sepa- se vanaglorió burlesca.

-Eso no te lo puedo negar- besé sus labios fugazmente y con un gesto le indique que continuase.

-Entonces, al llegar me encerraron allí y me dieron medicación, recuerdo que no me compuse del todo hasta el tercer día, mi nana me cuidó desde que llegué y hasta el tercer día volví a ver a mis padres, entraron cuando el Dr. James estaba haciendo una evaluación y con la misma volvieron a salir, típico de ellos- rodó los ojos.

-No me sorprende para nada- traté de darle apoyo con mi opinión.

-Subsecuentemente, comencé a recibir nueva medicación y James continuó con una nueva terapia, no te voy a negar que fue muy difícil para mí todo el proceso, en serio estaba muy mal y hasta que estuve sana me di cuenta de ello, pero al final lo he logrado-

-Me agrada oír eso- me sentí alborazado con tal desenlace
-Sin embargo, ¿Porqué nunca quisiste hablar conmigo?- mi frente se arrebujó y ella se rió fuertemente, provocando aún más confusión en mi ser.

Obsesión Mórbida. [Dross] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora