Capítulo 39°

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¡Especial de Domingo! [1/3].

"Tan cerca"

#Ángel.

-Samantha...-

-Desapareció- soltó sin más.

¿Cómo puedo describir la sensación qué tuve al escuchar las palabras de Víctor? En realidad no puedo.
Ni siquiera sé cómo llamar este sentimiento, no es como en las ocasiones anteriores, no me he sentido así nunca, no eh tenido esta angustia tan extraña, es la primera vez que lo experimento y eso es porque creo que en esta ocasión, esa mujer sabe cuáles fueron los errores que cometió, sabe qué es lo que debe y no debe hacer, esta vez está decidida a asesinarla y no fallará como la última vez que lo hizo.

Probablemente eso, es lo que me perturba en estos momentos.

...

Ya no había porque estar en el hospital, la policía y los detectives hicieron las investigaciones pertinentes con la promesa de encontrarla, promesa en la que yo no creo.
...

Es el día número 7 desde que no sabemos nada de ella, Víctor y Carolina han movido sus influencias y un nuevo investigador llegará para ayudar en el caso, ellos tienen sus esperanzas puestas en éste nuevo detective, es de la élite de detectives de Washington, a mí ya no me interesa nada acerca de los policías, los detectives y esas mierdas, yo sólo quiero verla.

...

Es el día número 15, Todos los días a las 7:00pm, como si de un ritual se tratase, llamo al capitán Portillo para saber si hay "nuevas noticias" y siempre me dice la misma respuesta "aún nada, pero estamos cerca Revilla", no hay noticias, no hay pistas, no hay nada, pareciera que se esfumaron.

...

Es el día número 36 y alguien llama a la puerta, sé quién es, la noche anterior me llamó para quedar el día de hoy. Dejé mi taza de café sobre el escritorio y me levanté con pereza, salí del estudio arrastrando los pies hasta llegar a la entrada, quité el seguro, corrí el pestillo y le abrí la puerta. La luz del día me molestó un poco, eh mantenido la casa cerrada en su totalidad y cuando necesito comprar lo hago de madrugada en las tiendas de 24hrs, me hice a un lado para que entrase y él lo hizo. A diferencia de mí él se veía impecable y presentable, yo usaba una vieja playera de hace tres días y un sucio pants de hace dos, los calcetines dentro de mis sandalias de plástico son de anoche, creo que es la prenda más limpia que cargo puesta; termina de entrar y cierro la puerta.

-Te ves como la mierda- saludó, me encogí de hombros y lo guié a la cocina, él me siguió. Lo escuché sentarse en la encimera y fui a la cafetera para servirle una taza en completo silencio -Estoy seguro de que esa olla está en la estufa desde la última vez que vine y eso fue la semana pasada- me dijo en tono de burla.

-Está vacía- contesté en tono neutro mientras le llevaba su taza a la encimera.

-¿Está limpia?- me preguntó alzando una ceja y añadiendo azúcar a su café.

Negué -Pero está vacía- y fui al estudio por mi propia taza.

-¿Se te olvidó cómo se lavan las ollas?- escuché su pregunta hasta el estudio y salí de él con mi taza y la canasta de panes que planeaba comer solo.

Llegué a la encimera y me senté frente a él.

-No lo olvidé, sólo no la necesito limpia- contesté -Anoche me comí la última mantecada, lo lamento, fue antes de que llamaras- le dije, pues sé que es su pieza de pan favorita.

Obsesión Mórbida. [Dross] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora