Este no puede ser mi futuro

Capítulo 40 - Los sueños, sueños son (Parte 2)

Disclaimer:

Esta historia pertenece a la increíble génesis black (de Potterfics) Sólo la estoy poniendo en Wattpad para que se pueda leer en un formato más amigable. Pero todo es de su increíble mente y los personajes son de la reina J.K. Rowling

Se encontraba rodeada de muchos folletos, se maldecía una y otra vez por presentar todas las materias así como todos los exámenes, ahora no sabía que escoger para su vida. Todas las carreras le fascinaban, le apasionaban ¿pero qué escoger? Miraba una y otra vez cada folleto volviéndolo a dejar en la gran mesa del gran salón.

-Hola Mione- escuchó la voz de Ginny acercándose a ella.

-Hola Gin- respondió viendo como la pelirroja se sentaba frente a ella.

-Vaya, veo que estas ocupada- dijo mirando todos los folletos, sin prestar mucha atención a la desesperación de su amiga que se removía los rizos.

-No sé que hacer, no sé qué escoger-

-Escoge la que más te agrada-

-Es que ese es el problema todas me agradan- suspiró la castaña con cansancio.

-Incluso ¿leyes?- habló con desagrado la pelirroja mirando el folleto. Hermione sonrió al escuchar a su amiga recordando que esa era su profesión en su sueño. La pasión que tenía hacia ella, los casos, los juicios, sin embargo su recuerdo fue ensombrecido al recordar la ayuda que le brindaba Draco cuando tenía que leer expedientes de nuevos casos... para que al final terminaran hablando de su hija "Adrienne" pensó llevando sus manos a su vientre sintiendo un gran vacío.

-Hermione...Hermione- escuchó la voz de su amiga.

-¿Qué ocurre?-

-Llevo horas hablándote y tu no me escuchas- se quejó su amiga mirándola con molestia falsa.

-Perdón Ginny, sólo pensaba- sonrió levemente la castaña.

-¿A sí? ¿y qué decidiste?- sonrió la pelirroja mirando a los ojos a su amiga.

-Leyes- sonrió ampliamente empezando a escribir su confirmación en el pergamino. Pensando que hoy era su último día en el castillo y que mañana partiría sola, sin ningún cambio en su vida haciendo que se desvaneciera su sonrisa.

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Suspiró cerrando los ojos, pronto acabaría su turno y ya moría por verlo.

-Hermione, ¿me firmas esto?- dijo una chica entrando a su oficina.

-Claro- sonrió tomando el documento para firmarlo.

-Veo que ya es hora de que te vayas- dijo la chica viendo como la castaña firmaba el documento.

Hermione sonrió abiertamente, no podía ser más feliz, tal vez las cosas no se hicieron como se debían hacer pero agradecia que tenía un futuro feliz.

-Sí, no quiero llegar tarde- habló la castaña tomando su bolso mientras le entregaba el documento a la chica.

-Que tengas un feliz día Hermione- sonrió viendo como la castaña desaparecía de la oficina.

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Acomodaba con detenimiento sus cosas, con toda la elegancia que la caracterizaba. No dejaba de pensar en todo lo ocurrido, en todo referente a su sueño. Era claro que ese gran sueño trajo cambios radicales en su vida, podía escuchar los murmullos acerca de ella, los chicos decían que se estaba volviendo mojigata mientras las chicas decían que trataba de ocultar su pasado para poder atrapar a Draco Malfoy.

-Ingenuos- se dijo a ella misma mientras doblaba su ropa acomodándola en su baúl -si supieran la verdad- suspiró deseando poder gritar a los cuatro vientos que estaba enamorada de Harry Potter ¿pero cómo hacerlo? No podía exponerlo al qué dirán o a las burlas. "Y en eso consiste el amor ¿no? en tratar de evitar que el ser amado pase por incomodidades" pensó llorando un poco, recordando tan bien que nunca se cumpliría ese sueño, que no vería a sus gemelos Samanta y Dylan, sobre todo a su bebe que nunca supo que sería.

-¿Se puede?- escuchó una voz interrumpir sus pensamientos secando sus lágrimas.

-Claro que si Blaise, lo sabes- murmuró continuando con su trabajo.

El chico sólo sonrió al verla tan concentrada, camino sigilosamente y se sentó al borde de la cama.

-¿Qué es lo que te ocurre Pan?- cuestionó el moreno sin dejar de mirar a su amiga.

-Nada Blaise, sólo preparo mis cosas para partir mañana- respondió mirando un poco a su amigo que jugaba con uno de sus collares entre sus dedos.

-Te conozco Pansy y sé que algo te pasa- habló con sencillez mirándola a los ojos sin dejar de jugar con el collar.

-En serio nada me pasa, ya sabes sólo es la nostalgia- suspiró la pelinegra sonriendo un poco.

-Sabes que puedes cambiar las cosas ¿no?- Pansy lo miró con detenimiento tratando de descifrar qué había detrás de esas palabras.

-¿A qué te refieres?- cuestionó con temor mirándolo a los ojos.

-A que puedes cambiar tu futuro- sonrió tomando el rostro de su amiga -a que puedes romper con esa cadena que se te impone desde hace generaciones...ser una mujer fría sin sentimientos, amarrada a un matrimonio sin sentido sin un poco de amor- Pansy podía sentir como una lagrima caía por su mejilla.

-¿Tú crees en eso Blaise?-

-Creo que eres una mujer sensacional y sé que alguien te va a valorar- sonrió tomando sus manos -Y creo que alguien ya te valoró- la pelinegra sonrió sabiendo quien era esa persona.....Harry Potter la primera persona que creyó en ella y la hizo sentir especial.

-Gracias Blaise- se limitó a decir abrazando fuerte su amigo.

-Toma- le dijo entregándole una caja larga con un pequeño moño. Pansy la tomo y al abrirla se sorprendió al ver un hermoso brazalete. La Slytherin sólo sonrió Blaise era un gran amigo.

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Caminaba entre la gente se sentía tan feliz. Hoy era un buen día, uno de los tantos que siempre vivía pero hoy era más especial. Sonrió al ver su pulsera.

-Hace quince años que estamos juntas- dijo mirando el brazalete -¿Tanto tiempo ha pasado?- se cuestionó mirando de nuevo el camino.

Caminaba apresurada ya moría por llegar a su casa, quería estar con él decirle lo mucho que lo había extrañado pero sobre todo....

-¿Dónde está?- decía buscando su celular entre sus cosas-¿Por qué tengo tantas cosas?- se maldijo escuchando el ruido constante del celular -¿Diga?- contestó inmediatamente -si, ya voy para allá....lo tendré presente- sonrió ampliamente al llegar a su coche abriendo la puerta -también TE AMO- casi grito al momento que colgaba su celular.

No podía creer lo sorprendente que podía ser la vida en tampoco y la vez en tan largo tiempo.

-Soy feliz ¿Quién lo diría?- concluyó entrando en su coche dispuesta irse a su casa, contenta.