Spyro se hallaba acostado, boca abajo, jadeando como si hubiera estado corriendo. Acababa de sobrevivir de un sueño muy vivido y tenía las garras sobre la cara. Las extremidades del cuerpo le ardían como si alguien le hubiera aplicado un hierro al rojo vivo, y no podía sentirlos con total libertad.
Ignorando el dolor, intentó incorporarse, pero no había podido levantar un pie completo cuando se estrelló contra el suelo, que lo sentía frío, llenó de polvo y con grietas. Al levantar la cabeza, sacudiendo con irritación el hocico, abrió los ojos y analizó el lugar en el que estaba.
Era un gran salón redondo al aire libre, iluminado por una leve y brumosa luz anaranjada que se filtraba en el techo desde sus agujeros, cuyos pilares desgastados lo sostenían, no había paredes entre ellos, salvo un arco grande y ancho que servía como entrada, dejando un panorama amplio, nublado y confuso a la vista.
Frunció el ceño, extrañándose por el parecido que tenía aquella sala con la primera y única habitación que tuvo en el Templo Dragón, cuando Ignitus se lo presentó para que se sintiera como en casa, y volvió a mover el cuerpo. Aún le dolía. Notó un brillo verde que tenía a su lado y sintió interés: cruzó el salón a rastras, lanzando muecas y gemidos, llegó, lanzando grandes suspiros de derrotas, y observó, con ojos iluminados, al misterioso artefacto. Unos trozos le iluminaron el rostro con un suave tono esmeralda en sus ojos púrpuras, y él los agrupó en una pequeña montaña en sus garras delanteras. Los examinó más de cerca y unió, con extremo cuidado, cada una de sus piezas. Iba pareciéndose cada vez más a una figura serpentina, pero Spyro, asombrado, paró en seco, porque había descubierto lo qué alguna vez fue.
Era la cadena verde. ¿Cuántos momentos incómodos pasó él con Cynder? Todavía la recordaba chillar y mordisquear desesperada aquel artefacto maldito. La intentaba convencer que no era tan malo, pero ella no lo escuchaba. Fue un viaje entretenido e interesante, según Spyro. Y ahora... ¿Son libres? No lo podía creer. Quiso reír, pero luego recordó que Cynder no estaba con él. ¿Dónde se fue ella? La buscó con una mirada desorientada, girando su cabeza en todas direcciones, gritó el nombre de la dragona pero la brisa le contestó y la angustia comenzó a comérselo por dentro.
Las patas de Spyro todavía no respondían, así que éste decidió, de mala gana, a que la dragona volviese. Matando el tiempo, Spyro intentó recordar lo que soñaba antes de despertarse. Había sido tan real... Aparecían viejos enemigos, y un viejo conocido a la que tenía mucho aprecio. Se concentró todo lo que pudo, frunciendo el entrecejo, tratando de recordar...
Vislumbró la oscura imagen de una cámara, o cueva, en penumbra. Había una figura muy parecida a él..., una estatua grande con un símbolo extraño y familiar..., la amenazadora forma de Terror de los Cielos..., un simio grande y horrible llamado Gaul..., y una voz cálida y refrescante... La voz de Ignitus. Sólo con pensarlo, Spyro sintió como si la punta de pluma se le hubiera deslizado por la espalda hasta el cuello.
Apretó los ojos con fuerza e intentó recordar todos los acontecimientos que sucedieron en su mente, pero no pudo del todo, porque en el momento en que la oscuridad había finalizado de hablar, Spyro tenía que huir de Cynder, el espasmo de horror y pánico no lo habían permitido asimilar toda la información... ¿O había sido la negación de aceptarlo en un principio?
¿Y cuál era la función del éter? Porque ya tenía claro que en el sueño habían mencionado ese nombre: Spyro lo había entendido como una fuente de energía ilimitada y mística que él podría manifestar como un elemento púrpura. Las imágenes y palabras le llegaban de manera confusa. Se volvió a cubrir la cara con las patas delanteras e intentó representar la cueva en penumbra (y las conversaciones que habían llevado a cabo), pero era tan difícil como tratar de aterrizar sin tropezar en un campo cubierto de piedras deformadas. Spyro Oscuro había hablado de la historia de los dragones púrpura, aunque no podía recordarse de los detalles... y había estado siguiendo una única misión: infectarle con oscuridad, y controlarlo.
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La Leyenda de Spyro: El Reino de Éter [CANCELADA]
FanficLa historia toma lugar justo después de los acontecimientos desatados en Dawn of the Dragon. El planeta se ha vuelto irreconocible y extrañamente fragmentado en pequeñas islas que flotan a su alrededor que van colisionando entre sí. ¿Y qué ha pasado...