Damien Westermann
Llevábamos tres días sin tener noticias favorables para la madre de Katherine, ella se pasaba día y noche en el hospital cuidándola mientras yo iba a la oficina y resolvía mis pendientes del juicio. Katherine no tenía cabeza para las cosas de la boda así que deje que la organizadora escogiera todo, inclusive yo tuve que aprobarlas porque ella no parecía al principio tener interés hasta hoy.
Le pedí que se tomara un momento para irse a casa y tomar una ducha en lo que yo vigilaba a su madre, así lo hizo, prometió hacerlo y hacerle una llamada a Chloe, la organizadora. No iba a vigilar a nadie, fui a la cafetería y maté el tiempo hasta que ella regresara. Recibí una llamada de su regreso y fui a la habitación otra vez para simular que no me había movido de ahí, la madre de Katherine lucía horrible, tenía hematomas por toda la cara, la cabeza vendada, un respirador que estaba dentro de su garganta, había muchas máquinas que realizaban la tarea de su respiración, lo que su cuerpo ya no hacía, sería cuestión de tiempo para que no resistiera más y falleciera.
Ella entró un poco más refrescada, tenía un aire del exterior que la hizo ver más reanimada, tomó asiento junto conmigo en uno de los pequeños sofás de la habitación, contemplaba a su madre con tanta atención que su concentración era difícil de romper, no había nadie más en la estancia para ella que su madre, ni siquiera yo.
—Deberías comer algo, te vez muy pálida, recuerda, estás embarazada. —repuse con voz serena.
Ni siquiera sabíamos de cuanto estaba, íbamos a hablar con alguien para que nos hicieran una cita con la ginecóloga del hospital y ver de cuánto era el embarazo, necesitaba saberlo.
—Sí, debería comer algo aunque no tenga tanta hambre. —aceptó de todos modos con una ligera sonrisita aun con el ánimo decaído.
La lleve a la cafetería del hospital y le compré más comida de la que ella quería comer. Dio bocados muy indecisos al principio pero con un poco de mi perseverancia hice que se terminara un plato completo, por lo que vi ella tenía la cabeza concentrada en la situación de su madre lo que no me gustaba en absoluto, quería deshacerme de todo lo que estuviera distrayéndola de mí.
Estudie su rostro por largos minutos esperando que se diera cuenta de que trataba de leerle la expresión aunque a este grado era muy evidente el dolor y la preocupación en todos los ángulos posibles.
—Kate, ¿Estás bien?
Parpadeo cómo si hubiera salido abruptamente de sus pensamientos y se volvió con un cansancio en sus ojos que hace unas horas no estaba.
—Sí, sí, no te preocupes —admitió mostrando una sonrisa poco convincente.
Iba a preguntarle otra cosa pero una enfermera se nos acercó y nos dio aviso acerca de nuestra previa cita al ultrasonido para Katherine, nos aseguró que la ginecóloga podía atendernos. La idea pareció entusiasmar a Katherine, funciono lo suficiente para desaparecer lo cansado de su mirada. Esto la haría pensar en mí y no en su madre y me gustaba que fuera así.
Entramos a la habitación y ahí dentro nos recibió la ginecóloga, una mujer un poco mayor, tal vez unos cuarenta y siete, cabello rubio, ojos verdes y anteojos muy pequeños para su cara, nos sonrió en cuanto nos vio y le pidió a Katherine que se acostada sobre una camilla. En todo momento me quedé en un rincón, esperando a que prepararan la máquina luego le colocaron un gel transparente en su vientre y le pegaron un pequeño visor que movió sobre el vientre de Katherine varias veces.
—Veamos, señor Westermann, ¿Podría apagar la luz, por favor? —me pidió sin quitar vista del monitor.
Al apagar la habitación quedo a oscuras a excepción de la pequeña luminosidad que emanaba de la pantalla de la máquina, Katherine se estremecía al ver también por la pantalla mirándome con unos ojos alegres, un brillo saltarín desquiciado.
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Oscuros Encantos©+18 [COMPLETA]
General FictionDamien Westermann es obsesivo con el orden, tiene un carácter explosivo, goza de un poder que le gusta proyectar a la mayoría de las personas que lo rodean y no parece tener ningún defecto; su apariencia le ha ayudado a conseguir lo que quiere pero...