Capítulo 6

15.4K 1.1K 561
                                    

El publico si aplaudió de pie al final por unos buenos diez minutos hasta que por fin se dio cuenta que era hora de irse a casa cuando Kylen y el resto del elenco dejaron de hacer aparición delante de la cortina.

—¿Eres de los que piensa que Tatiana debió perdonar a Onegin y convertirlo en su amante para huir con él, o de los que sienten satisfacción al ver la forma en que lo echa al final? —me preguntó Cedric mientras salíamos.

—No soy un romántico, admiro a las mujeres fuertes como Tatiana, pero debo reconocer que es un final agridulce. Ella no puede perdonarlo, estaría mal que lo hiciera, pero la separación les hace daño alos dos. Es triste, pero así es la vida. Los finales felices son escasos.

Ya estábamos fuera del teatro y teníamos que despedirnos. No habíamos venido juntos ni nada y además, quería ir a esperar a Kylen en la puerta de artistas para darle las gracias y felicitarlo. Sin embargo, no quería marcharme y Cedric tampoco decía nada parecido a «buenas noches» o «adiós».

—Creo que debo ir a felicitar a Kylen —dije no muy seguro señalando con mis dedos un lugar impreciso, pero sin decidirme a dar un paso en ninguna dirección.

—Tú y otros cien fanáticos que lo esperarán cerca de una hora parados en el frío —dijo mirando hacia la ciudad. —Siempre se demora una eternidad en salir. Yo voy a procurarme algo de comer ¿vienes?

Estaba mal no esperar a Kylen, a fin de cuentas era él quien me había invitado, pero el traje ajustado ya me estaba matando para esperar parado en el frío. Adicionalmente la mano de Cedric extendía hacia mí era el tipo de invitación que no podía ni tampoco, vaya a saber Dios por qué, quería rechazar.

El GTO estaba aparcado un poco más adelante. Nuevamente me deslicé dentro de su auto y por segundo día consecutivo me dejé conducir por las calles de Londres por un perfecto extraño.

Pensé que pararíamos en cualquier lugar para tomar un café o comer algo ligero pero últimamente como que nada era lo que esperaba y nuevamente me encontré estacionado frente al edificio donde vivía Kylen.

—Kylen es mi vecino —explicó Cedric mientras apagaba el coche, como dándome una explicación valedera para bajarme. —Siempre después de cada función importante pasa por mi casa buscando algo que comer, así me evito esperarlo donde lo hace todo el mundo.

Después de todo, al parecer, iba a agradecerle a Kylen por el boleto y como colofón comer algo mientras esperaba. Ganar, ganar había dicho Matt. Eso sin mencionar que me moria por saber si en la casa de Cedric había fusiles de asalto colgados en las paredes, cuchillos de caza bajo e sofá, paneles secretos que se abrían con una clave dejando al descubierto una Walter PPK o tal vez, un gato blanco con un collar de diamantes.

El vestíbulo del edificio parecía diferente visto a una hora más decente. Tal vez la primera vez, por estar mirando mis zapatos y distraído con mi diatriba mental, o porque había menos luz, no había notado que era, no solo amplio, sino que tenía «clase». Un portero uniformado nos abrió la puerta musitando un «buenas noches», los pisos eran de mármol y había un sofá en un costado que parecía muy cómodo. En esta oportunidad no tuve que usar las escaleras, sino el ascensor que nos llevó hasta el quinto y último piso.

A diferencia de donde vivía Kylen, en este pasillo había una sola puerta que Cedric abrió haciéndome un gesto con la cabeza para que entrara.
No había rifles, ni cuchillos de caza, ni ningún tipo de arma, al menos no a la vista, tampoco ningún gato. El lugar era mucho más grande que el de Kylen y estaba decorado con gusto, pero de manera simple y moderna.

En un solo ambiente convivían la cocina y el recibidor, separados por una barra de granito negro. Todo en la cocina era de granito y acero inoxidable mientras que en el recibidor dos sofás de cuero color crema se agrupaban entorno a lo que parecía una mesa de forma irregular, también de piedra negra.

Ballet en Londres (Gay +18) [Terminada] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora