Capítulo 15

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Cuando escuché la puerta del apartamento cerrarse me vestí y comence a dar vueltas como un animal enjaulado, y no me refería a uno de zoológico, sino a uno salvaje recién capturado y muy, muy enojado.

Arreglé la cama, me lavé los dientes, me peiné y hasta me hice un bocadillo que comí lentamente de pie frente a la nevera. No había nada peor que la espera.

Lo más grave de mi situacion era que todas esas tareas no necesitaban gran esfuerzo intelectual. Servían unicamente para llenar el tiempo que parecía ir tan lento que casi marchaba en reversa, pero mi mente no podía dejar de pensar en Kylen. ¿Suicidio? Eso parecra algo extremo, algo que les sucede a otras personas, no a alguien que conocías y que de hecho te agradaba.

Podía entender el concepto, estar tan abrumado que apagar las luces era todo lo que te apetecía hacer, pero el llevarlo a cabo era algo mucho más poderoso. Requería valentía y resolución, pero al mismo tiempo era el ultimo acto de cobardía. Tal vez se necesitaba ser valiente para ser un gran cobarde.

No podía saberlo. Nunca había conocida a nadie que se hubiese suicidado, aunque sí había escrito varias noticias sobre el tema: banqueros, hombres de negocio en quiebra y estrellas del rock. Incluso en esos casos, cuando el desapego periodístico se apoderaba de mi y solo trataba el asunto como una sucesión de hechos (el qué, el quién, el cuándo, el dónde y el porqué), siempre me había preguntado si esa persona no habría tenido alguien cercano con quien hablar, una persona que le hiciera entender que a la luz de un nuevo dia las cosas no se verían tan terribles.

Traté de repasar mentalmente mi última conversacion con Kylen el día anterior cuando estábamos sentados en St James's Park, buscando pistas en sus palabras que me hubiesen podido dar algún tipo de indicio. También analicé las mías escudriñando en el recuerdo si habían sido demasiado duras en algun punto. Pero lo único me venia a la mente era la imagen de un niño de pelo castaño claro y ojos azules solo en un pais del que desconocía hasta el idioma, empeñado en triunfar no porque lo deseara, sino porque tenía que hacerlo, porque no tenía otra alternativa. Lo vi cruzar ese punto definitivo en el que bailar dejó de ser algo que amaba para convertirse en algo que debía hacer mejor que nadie porque era eso lo que se esperaba de él y en ese momento que su vida dejó de pertenecerle. ¿Y qué te queda cuando lo mas importante que tienes ya no es tuyo?

No. Debía alejarme de esa línea de pensamiento. Kylen no estaba intentando suicidarse, seguramente era solo una broma de borracho o algún delirium tremendo en el que veía modelos desnudos bailando en el Támesis. Lamentablemente el resultado podria ser el mismo, intencional o no.

Exasperado encendí el televisor. Necesitaba una pelicula, una serie, algo que ya hubiese visto una docena de veces pero que aun captara mi atencion. No conseguiría concentrarme en algo nuevo, por muy bueno que fuera, pues solo la mitad de mi cerebro (en el mejor de los casos) estaria siguiendo la trama, pero algo familiar podría hacerme compañía.

Cambiando exasperadamente los canales, deseando que estuvieran poniendo alguna repetición de Harry Potter o un maratón de Friends, di con la imagen que mi mente deseaba y temía al mismo tiempo encontrar: un hombre parado en el borde del Puente de Waterloo. Arriba de la pantalla una pequeña señal indicaba que la trasmision era en directo y el titular en la parte inferior de la pantalla decía: Kylen Deshawn intenta suicidarse.

—¡Por Dios! Bájenle al amarillo numero cinco —grité en voz alta mirando a mi alrededor como si esperara ver al responsable del generador de caracteres sentado a mi derecha sonriendo estúpidamente por su gran ingenio.

Mi siempre malhumorado y exigente jefe me había enseñado muchas cosas y una de ellas era que la informacion era una cosa delicada y podías hacer más mal que bien si no la manejabas adecuadamente. En situaciones confusas siempre existia la tentación de dejarse llevar, lo habia experimentado en carne propia, pero siempre estaba esa figura detrás del escritorio que con su voz irritada me decía: "confirma lo que vas a poner al aire un millon de veces. Más vale decirlo diez segundos después que arriesgarte a un desmentido. Nadie recordara quien dio primero la información, pero si quien metió la pata".

Ballet en Londres (Gay +18) [Terminada] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora