Nunca habia sido fanático de dormir abrazado con alguien. No parecía haber una posición comoda para ambos o, al menos, correcta. Siempre algún brazo estaba atravesado, una respiración demasiado cerca, una pierna que chocaba y, encima no podias moverte mucho y el querer mantenerte en tu lado, minimizando todo contacto, se parecía mucho a un desprecio. Así había sido siempre para mi, al menos hasta que abrí los ojos la mañana siguiente.
Estaba sobre mi costado y uno de los brazos de Cedric reposaba alrededor de mi cintura. Lo sentía en mi espalda, no pegado a mí, sino confortablemente cerca.
Toda la logística había transcurrido sin traumas tras abandonar el sofá. Cedric se puso un pantalón de pijama, me dio una de sus camisetas de algodon y se fue al que siempre habra sido «su lado» desde la primera vez que me desperté en esa cama. Cuando me le uní, tomó una de mis manos, la besó y la puso sobre su pecho, cubriéndola con la suya y cerro los ojos.
Normalmente me habría sentido preso, inmovilizado, pero extrañamente estaba bien. No queria moverme, sino quedarme así sobre mi costado, viéndolo relajarse mientras el sueño lo vencía. Tampoco me sentí atrapado en la mañana a pesar del enorme brazo sobre mi cintura.
Moviéndome muy despacio, sin querer despertarlo, me di vuelta para verlo dormir. Otro cliché. Pero verlo así era todo un espectaculo, no solo por el torso y los brazos que aun en estado de reposo tenian una definicion muscular impresionante, sino por la placidez de su rostro que me permitía perderme en cada uno de sus angulos sin pensar demasiado en que significaban sus expresiones.
Sin embargo, esa placidez del sueño no le restaba su esencia. Cedric no lucía frágil ni siquiera cuando dormía, a pesar de que sus ojos de acero estaban cubiertos. Tal vez fuera el efecto de su mandibula cuadrada sombreada por una incipiente barba que había crecido durante la noche, su nariz recta, su frente amplia y sus cejas pobladas, pero parecía una estatua inspirada en un guerrero de la antigüedad, la perfecta definición de la masculinidad.
Me gustaba y no se trataba solo de su físico, su cara o la manera salvaje y desesperada de practicar sexo. Me agradaba tenerlo cerca. No podía imaginarme dejando Londres a sabiendas de que Cedric no sería parte de mi vida en el futuro sin que ese pensamiento me contrajera el estómago.
Era un tipo extraordinario. Serio y a Ia vez divertido, centrado e inteligente. Leal con sus amigos y, en una manera que le era unica, muy tierno cuando era el momento. «Ademas de rico», susurró una voz en mi cabeza que se parecía demasiado a la de Matt.
Esa idea, en vez de darme el empuje que me hacía falta, me contenía. Era una especie de secreto que se había instalado entre nosotros tal vez por la misma forma en que esta relación habia empezado. No había forma ahora de deslizar ese pedazo de informacion en medio de una conversación casual: «Controlo más del cincuenta por ciento de todo el petroleo que se mueve en el mundo, soy rico ¿quieres otra cerveza?».
Tal vez él había asumido que yo sabía y me estaba preocupando por una tontería. Sin embargo, estaba la otra parte, la referente a mí y el desprecio irracional que Cedric sentía por los periodistas y en este caso no había disculpa posible. Habíamos tenido más de un debate sobre el mundo de la información y yo nunca había sido claro con él.
Ahora, lejos del calor de las discusiones, imaginaba más de una docena de formas en las que podía habérselo dicho, y deseaba regresar el tiempo. En un principio me excuse a mí mismo pensando que Cedric me intimidaba demasiado para revelarle mi verdadera profesión, pero la verdad era que, desde la primera vez que me monté en su coche, me había agradado y quería agradarle también.
Recordé el buen humor que nació de la nada cuando me dejó en mi hotel tras la desastrosa noche con Kylen, lo aliviado que me sentí cuando se sentó a mi lado en el teatro, la forma en que aquella misma noche algo dentro de mí no queria que nuestro tiempo juntos terminara y las mariposas que sentí en el estomago cuando recibí sus mensajes en Nueva York.
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Ballet en Londres (Gay +18) [Terminada] #1
RomanceLa vida de Danny Miller, periodista neoyorquino está en un dilema. Siguiendo un incentivo, renuncia a su trabajo y se va de viaje intentando restablecer sus ideas. Llega a Londres sin saber qué hacer con el resto de su vida. Quiere ser alguien difer...