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01-04 | eleven years ago

El olor a desinfectante nunca le había agradado al pequeño Tae, ni el rápido caminar de los doctores y enfermeras, ni a los pacientes en camilla pasar a urgencias por algún accidente. Pero solo ese día al adorable niño de 7 años no le molestaban ninguna de esas cosas.

Sentado en esa gran silla movía sus pequeñas piernas para adelante y para atrás, esa acción le era fácil ya que su tamaño no le permitía llegar por completo al suelo.

Taehyung comenzó a sentirse un poco ansioso, la espera comenzaba a ponerlo nervioso. Suspiró y miró a la señora abuela, sus ojos se cerraban de repente dándole a entender al menor que estaba cansada. Y era de esperarse, ya llevaban dos días en el hospital. Dos días en los que su madre adoptiva había roto fuente para dar vida a su primer bebé.

Por una parte Taehyung se encontraba feliz y emocionado, por fin tendría a alguien con quien jugar... pero por otro lado, su miedo crecía un poco. Al fin y al cabo él sabía la razón por la que lo habían adoptado.

El pequeño sacudió su cabeza alejando esos pensamientos y finalmente saltó de su silla para irse al ventanal, sonrió emocionado al ver como los pétalos de cerezo chocaban contra el gran pedazo de cristal del hospital.

Era tan bonito que le dieron ganas de salir y jugar un poco, pero justo en ese momento el doctor salió de la habitación y llamó a la familia Kim.

La abuela despertó en seguida y busco a Taehyung con la mirada hasta que lo vio parado admirando lo que sea que hubiera afuera.

– ¡Taehyunggie! – El pequeño inmediatamente giró la cabeza al escuchar el grito, miró a la señora y se acercó a ella.

– ¿Sí, abuela-ssi? – La pobre anciana estuvo a punto de decirle nuevamente que no terminará con "ssi", después de todo eran familia, pero lo dejo pasar esta vez.

– Tu madre ya dio a luz, vamos a ver el bebé. – Acarició el cabello del menor, claramente se podía ver en los ojos de éste un poco de miedo así que la abuela simplemente tomó su mano con fuerza. – ¡Vamos!

Ambos entraron a la habitación encontrándose con una bonita imagen. La hermosa mujer tenía en sus brazos a una pequeña envuelta en cobijas color blanco. La mujer al ver entrar a Taehyung sonrió grande.

– Ven, cariño. Conoce a tu hermanita. – Taehyung se quedó inmóvil, la abuela al darse cuenta le dio un pequeño empujón, solo así comenzó a avanzar.

Taehyung al no alcanzar fue ayudado por su abuela para subir a la camilla y finalmente poder ver a la bebé. Sus ojos se abrieron con sorpresa al verla tan pequeña, tan bonita.

– ¿Cómo se llama? – Preguntó tímido.

La madre sonrió. – ¿Cómo te gustaría que se llamara? Elijamos su nombre juntos, cariño.

– Hanami. – Soltó de repente el pequeño niño, en su mente aún se encontraba plasmado aquella imagen de hace algunos segundos. Amaba mirar los pétalos volar.

– ¿Hanami? – Preguntó la madre. – ¿Te refieres a los cerezos?

Las mejillas de Tae se sonrojaron un poco, tal vez era demasiado tonto, aún así asintió con timidez. – Los pétalos son bonitos y débiles, necesitan protección. – susurró. – igual que ella...

La sonrisa de la madre iluminaba totalmente la habitación por lo que Taehyung había dicho. La mujer miró a su madre ocupada limpiando una lágrima que había salido de sincera felicidad.

Ella regresó la mirada a su pequeño, él miraba a la bebé admirado. – Tienes razón, cariño. – Taehyung alzó la cabeza sorprendido. – Estoy segura de que a Nami le encanta su nuevo nombre, ¿no crees?

– ¿Nami? – susurró feliz. Por dios, a él le encantaba el nombre, ¿Por qué al bebé no le gustaría? – A Nami le encantará, Kim-ssi...

La sonrisa de la mujer se debilitó un poco, ya había pasado unos meses desde que adoptaron al pequeño pero aún así le seguía llamando así.

– ¿Tae? – Llamó su atención, él la miró esperando por lo que le diría. Ella acarició su suave rostro con una mano para luego hablar. – Cariño, yo soy tu mamá, eres mi pequeño y así va a ser para siempre, ¿me entiendes? Siempre te protegeré y amaré, al igual que haré con Nami...

Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas al escucharla e inmediatamente la abrazó.

¿La abuela? Ella ya estaba nadando en su propio mar de lágrimas, esa era la imagen más hermosa que había visto en su vida.

– Yo también las voy a proteger... a las tres, mami.

La madre con lágrimas recorriendo sus mejillas sonrió y abrazo más fuerte a sus hijos, la abuela igual se unió al abrazo, cerrando la promesa.

Una promesa que con el paso de los años se volverá tan frágil y débil como el pétalo de un cerezo y tan fácil de convertir en cenizas con solo un poco de fuego. Ardiente e infernal.


Painful, Beautiful
Killsopaplease

She is back, bitches.

Painful, beautiful » kth, mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora