;11

169 20 8
                                        

?? | ???

El sonido de una gota caer, cada segundo, había logrado alterar su sentido auditivo. El olor a metal oxidado, humedad y otro olor que no logró identificar inundó sus fosas nasales, dificultándole la acción de respirar.

Un dolor se extendió por su cuerpo al intentar moverse solo un miserable centímetro. Sus ojos, aunque abiertos, no lograban ver más que solo obscuridad. La desesperación comenzó a aparecer en la parte baja de su estómago mientras intentaba recordar qué demonios había pasado.

Pero solo intentaba, porque no lograba recordar, ni moverse, ni ver algo con claridad. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? ¿Por qué sus brazos y piernas no obedecían a las órdenes de su cerebro? Había muchas preguntas que invadían su mente en ese momento, pero había una pregunta que le estaba carcomiendo... ¿Por qué sentía una profunda tristeza?

Una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla, y de esta, le siguieron más, hasta que un sollozo consiguió salir de su profunda garganta.

En el profundo silencio del misterioso lugar en el que se encontraba, solo era cortado por los sollozos del muchacho, hasta que una dulce voz irrumpió con amabilidad.

— ¿por qué lloras?

De repente un dolor horrible golpeó su cabeza, su mano en seguida trató de sobar para aliviar aquel dolor, pero le fue imposible al no poder moverla nuevamente. Pero esta vez, se dio cuenta de algo. Estaba atado.

De momento a otro, su vista logró aclararse por fin, miró sus manos, acertando en su sospecha. Y al igual que esa, las cuatro extremidades se encontraban igual. Trató de moverlas, pero le era imposible, las cuerdas estaban atadas con una terrible fuerza en ambas muñecas y piernas.

— te lastimaras si sigues moviéndote así. — La dulce voz hizo que su mirada se dirigiera al lugar de origen de esta. Gracias a que la luz aún le cegaba no logro ver de quién se trataba, pero aún así, su miedo hizo de las suyas para quemarle internamente. Las lágrimas salieron con más libertad y su desesperación aumentó al ver todo borroso.

— alguien ayúdeme, por favor... — Rogó entre sollozos el pobre joven. ¿Qué es lo que pasaba? ¿En dónde se encontraba? ¿Por qué a él? Le desesperaba no saber ninguna de esas preguntas, le enojaba no poder recordar nada. Internamente el chico sabía que nadie podía ayudarle, nadie podría responder sus preguntas, así que decidió a tratar de tranquilizarse, si seguía llorando como Niño pequeño entonces no lograría nada.

Después de haberse calmado un poco y que la sombra de los sollozos simplemente vinieran como intensos suspiros y contracciones al pecho producto de haber llorado tanto, la dulce voz se hizo nuevamente presente.

— Es bueno que ya estés mejor.

Un poco de tranquilidad golpeó su cuerpo al saber que no estaba solo en aquel lugar, pero el miedo aún le dominaba. Su vista logró aclarárselo un poco más así que pudo ver cómo en una esquina rodeada de obscuridad se encontraba un pequeño bulto quien acariciaba algo en su rebozo.

— ¿q-quién eres? — Su tartamudeo salió sin que se lo esperara, una dulce y calmada risa resonó por aquel tenebroso lugar, él frunció el ceño sin saber si la chica reía en burla o porque le había parecido adorable. Pero pronto, su pequeña confusión acabó dándole paso a otra mayor y peor.

— La verdadera pregunta aquí es... ¿y tú? ¿quién eres?

— E-es... yo... — Su ritmo cardiaco se prendió otra vez como vil llama y las lágrimas se arremolinaron en sus globos oculares como tornado. — ¿quién soy?

El chico no recordaba lo que había ocurrido, como había llegado ahí, no recordaba ni su propio nombre.

Y eso... detonó fuego en su ser.



-_-_-_-_-_-

Thanks for read

Painful, beautiful » kth, mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora