Capítulo 12

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El sol iluminaba el día maravillosamente, el cálido aire movía los pequeños y delicados pétalos de ese bello campo de flores.

Él no se esperaba ver ese bello ángel frente a sus ojos y ella no esperaba a un visitante tan peculiar; observaba con sumo cuidado a la persona que estaba enfrente suyo.

-Hola... ¿Estas bien?- acercándose temerosa, toco la suaves hebras ajenas, las cuales le proporcionaron un suave toque que le pareció tan nostálgico, sintiendo en su pecho un calor agradable; cerrando sus ojos, disfrutando aquel sentimiento- Tienes un lindo cabello rubio es suave y lo tienes un poco largo, tu ojos carmesí me parecen vivos y relucientes- dijo la joven con una sonrisa, dejando anonadado al chico quien recordaba perfectamente esas palabras, puesto que ella misma se lo había dicho en su primer encuentro. Dándose cuenta de sus palabras ella se alejó avergonzada de sus palabras, pero al separarse un vacío indescriptible la cubrió; y él a no querer alejarse de la calidez emanada de su lindo ángel le tomo las manos, llevándolas a su cara sintiendo la manos de ella temblar por lo desconocido, decidió soltarlas, pero la suave caricia ajena dio como resultado que esmeralda y rubí chocaran.

-¿Nos conocemos de antes?-pregunto la joven de cabellos verdes, mientras dulcemente seguía acariciando la mejilla del desconocido, pensando que aunque fuera raro o peligroso; no quería separarse de él.

-No... lo creo, pero la luna que es testigo de todo puede decirte- en su cara se presentaba un ligero carmín denotado su pena, tenía un ceño fruncido que sería de miedo para cualquiera, claro que existen las excepciones como aquella peliverde.

-Oye, si frunces mucho el ceño te saldrán arrugas- dando un toque en aquel lugar con un puchero formado en sus labios

-¿AHH? ¿Quién te crees para decirme que hacer Deku?- dijo con cierta rabia el rubio

-¿Deku?-pregunto confundida ella, dándose cuenta de su error el ojicarmín trato de enmendar lo que había dicho, pero en cambio recibió la dulce risa que se había ganado su corazón- ¿Me acabas de poner un apodo? Es lindo...- dijo con una pequeña sonrisa y un ligero sonrojo, de inmediato el chico se puso rojo, no le cabía en la cabeza que existiera algo tan lindo como ella.

-Si bueno, no le tomes como algo bueno porque Deku significa Inútil- dijo con una sonrisa burlesca por la reacción de la chica; un pequeño empujón le dio, luego se viro con los brazos cruzados tratando de verse enfadada

-Y yo que pensé que me estabas diciendo algo bonito- la felicidad no le cabía a Bakugou por ningún lado, era capaz de hablar con ella, como siempre había querido desde que se conocieron, ver la pequeña sonrisa en los labios de su amor, era el paraíso mismo.

El viento seguía moviendo aquella ligera y corta cabellera alborotada que le proporcionaba un dulce olor.

-Ahora que lo pienso- dijo ella entusiasmada olvidando por completo su supuesto enfado hacia el rubio- Aun no nos hemos presentado, soy Izuku Midoriya es un gusto ¿Cómo te llamas desconocido?- con una sonrisa radiante se presentó, él a punto de responderle escucho su nombre sonar a los lejos del recinto donde se encontraba, sabiendo que era Kirishima quien gritaba su nombre chasqueo la lengua irritado, recordando donde se encontraba realmente. En un reino de mierda, con un gobernante de mierda con personas de MIERDA.

Él no estaba dispuesto a que otra persona conociera o si quiera se atreviera a ver a su precioso tesoro, decidido a irse; se dio la vuelta, para luego sentir el agarre a su muñeca y ver la mirada triste de Deku

-No te vayas... aun no me has dicho tu nombre – no quería que su fuera aquel desconocido, algo en ella decía que lo abrazara y no soltara nunca más, algo decía que lo conocía y que no era una simple persona que conoció por accidente

-Yo, me tengo que ir- dijo retirando la mirada de esos ojos tristes que al él le dolían más que a nadie- Soy Bakugou Katsuki, si es todo lo que necesitas, me voy.

-¿Volverás?-pregunto susurrando

-Si así lo deseas, puede que lo considere- una gran sonrisa surco en sus labios y sus ojos relucieron de un brillo único que hizo latir fuertemente el corazón de Katsuki.

Izuku tomo una simple margarita de aquel gran recinto, aspirando levemente su delicioso olor y entregándosela al chico en la palma de su mano

-Es una promesa que volverás, y esta flor es la prueba de nuestro pacto

-Es una simple flor, en cualquier momento se puede morir- dijo viendo la pequeña planta en su mano, la mano ajena de Izuku, tomo la flor con cuidado; mirando con dulzura aquel presente.

-Si las sabes cuidar, nunca se marchitaran- devolviendo la flor a su nuevo dueño. Katsuki no quería que el momento acabara, pero los llamados de Kirishima cada vez se hacían más fuertes; obligándolo a retirarse- Hasta luego Katsuki- tomando algunas flores del prado se dio la vuelta.

Ambos tomando diferentes lados, sin saber que eran observados por dos personas

Te quiero verte otra vez 

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Corto lo siento, últimamente no tengo mucha inspiración. Intentare actualizar más rápido.

Felices Fiestas y Gracias por su apoyo. 

Mi Bestia (KatsuDeku)- BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora